CORRER SIN PRISA
Al otro lado del cristal no hay gorriones ni cotorras ni urracas. El animal que Merche ve en la ventana tiene un ojo a cada lado de la cabeza. Y osiconos.
MERCHE SALE DEL PORTAL, aún es de noche, se dirige en modo automático a la esquina del kiosco. Baja al metro, ya leerá el periódico después. La señora de enfrente le sonríe o se está sonriendo sola.
En la oficina derrochan energía. Mientras arranca el ordenador, ve pasar por la ventana el cuello de una jirafa. Hay dos tipos de jirafa y se distinguen por el dibujo de su pelaje. Habrá que ponerse con los correos.
A las cinco sale, la jirafa se exhibe ahora de cuerpo entero. La ve amblar por la ventanilla del metro. Estos animales no galopan, amblan. Lo hacen pausadamente, es lo que le gusta de ellas.
Tiene que comprar verduras. La jirafa entiende que no debe pasar y espera fuera.
Al llegar al portal de su casa, el animal se queda en la calle. Merche tiene bastante quehacer. Por último prepara la ensalada. Cuando la mastica recuerda a la jirafa.
Sale al balcón. Marea un poco cruzar la mirada con un herbívoro.