JANE APOTHECARY
Un problema de rosácea que logró detener con un aceite de manzanilla y lavanda despertó su curiosidad por la cosmética natural. Formada en Cosmética y Dermofarmacia, el destino de Elena Padilla estaba encaminado a crear su propia firma enfocada a cuidar l
Aunque realmente, el viaje hacia
Jane Apothecary empezó cuando era una adolescente y le gustaba observar cómo su madre y sus hermanas mayores cuidaban su piel y devoraban la sección de belleza de las revistas que caían en sus manos. "Me fascinaba ver esos maravillosos botecitos y saber qué llevaban y cómo olían". El nombre de la marca es precioso, ¿cómo se te ocurrió? Jane Apothecary es un homenaje a Jane Colden, la primera mujer botánica que identificó más de 300 especies de la flora de Nueva York en el siglo XVIII, siguiendo una clasificación científica y que plasmó en un precioso tratado botánico. Defínemela en una sola frase. Una piel en calma es una piel bonita y sana. ¿Cómo producís vuestros productos? ¿Con
táis con laboratorio propio? Nuestros productos se elaboran en un laboratorio con una amplia tradición artesanal que realiza sus propios extractos y macerados. Preferimos hacer pequeñas producciones para que siempre llegue a manos del cliente un producto fresco y con sus aromas intactos.
¿Cómo seleccionáis los ingredientes? Los productos siempre tienen una base de aceites y extractos botánicos antiinflamatorios y calmantes enfocados a cuidar la piel sensible.
¿Qué os hace diferentes al resto? Nuestras fórmulas son muy concentradas y puras. Si el producto lo permite no contienen agua, por lo que los ingredientes que contiene son 100% activos. Uno de los elementos que nos define es la aromaterapia: creamos combinaciones de aceites esenciales muy especiales.