Una imagen, una historia
EL RETO FINAL DE ROCÍO CARRASCO
El testimonio de Rocío Carrasco ha sido una sacudida no solo en la historia de la televisión, sino en la vida de miles de mujeres y familiares que han experimentado en su propia piel las consecuencias de la violencia de género en su más completa dimensión.
Ella ha afrontado todas las formas de violencia posibles: física, psicológica, filio-parental, vicaria, mediática, institucional y judicial. Lo preocupante es que el éxito de audiencia sea, en una parte, porque tantas mujeres se identificaran con su relato.
Carrasco tenía tres retos: romper el silencio, ser escuchada y ser comprendida. Porque la violencia de género te quita la voz, te pone una mordaza y te deja sola ante la incomprensión. Nunca ha sido escuchada en un juicio.
Junto a esos tres retos ella ha superado otro más sin ser consciente: sobrevivir a la violencia. De haber conseguido el fin de su intento autolítico nada de esto se hubiese producido. Por eso, la última identificación de la audiencia con Rocío está aquí, en su ejemplo de superación, de víctima a superviviente, y en que todas las mujeres son aves fénix con la oportunidad de renacer.