REFERENTES
Historiadora del arte, escritora, aromaterapeuta y perfumista, cuando Mónica Ceño creó el multiespacio de belleza e imagen The Lab Room en 1999, encontró la forma de unir muchas de sus inquietudes culturales. Cinco años más tarde, fundó su línea de bellez
Ellas piensan en
verde Las nuevas empresarias de belleza.
Durante el confinamiento, la gente tenía ganas de viajar sin salir de casa, y nosotros en eso somos expertos", afirma Mónica Ceño. Porque, como explica su fundadora, "The Lab Room no solo es cosmética para el cuerpo, también lo es par para el alma". ¿Cómo y por qué nace la marca? La firma nace de mi deseo de cuidar de los demás, de hacerles sentir m mejor a través de la sensorialidad, de la naturaleza llevada a los tratamie tratamientos y del deseo de traer técnicas técnic y tendencias que no podían encontrarse e en España. ¿Con qué criterio se seleccionan los l ingredientes que empleáis? pleái Para mí es importante conocer conoc las propiedades del ingrediente, gredien quién lo cultiva y lo
vende. Traemos ingredientes de todo el mundo. El aceite inca, por ejemplo, que usamos en nuestro reconocido Sensitive
Skin Serum, procede de una cooperativa de mujeres en India.
¿Qué os hace diferentes? La personalización. Todas nuestras fórmulas permiten ser mezcladas entre sí. ¿Habéis visto crecer en los últimos años el interés del público en las marcas que abogan por la sostenibilidad y lo natural? Por supuesto, y estoy feliz. Yo llevo 22 años usando aromaterapia, envases de cristal, packaging con papel reciclado... ¿Cuál ha sido el mayor reto al que se ha en
frentado la marca desde su creación? Mi vocación sigue como el primer día, a pesar de lo difícil que lo tienen los empresarios en España, porque no se favorece para nada el emprendimiento.