Marie Claire España

Quería tener la libertad de que el programa se moldeara a sí mismo. Por eso lo financio yo

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Participan­tes para un delirio son "conversaci­ones disparatad­as que no se sabe cómo van a acabar". El leitmotiv: las crisis creativas. Los episodios que presenta Coco Dávez son un reflejo de los cuadros que pinta, llenos de color, alegría y ganas. Ahora, el podcast es una extensión más de su estudio.

Eres pintora, fotógrafa, escritora, directora de arte y ahora, además, presentado­ra de tu programa. Quería lanzar mi podcast a comienzos de 2020, pero con el inicio de la pandemia me invadió el miedo. Y pensaba: "¿ Qué puede aportar mi proyecto a esto, si no sé cómo hacerlo, si no soy periodista, si no sé qué voy a contar, si no sé a quién le interesa?" Quería un espacio para el delirio, que comenzáram­os hablando de un tema y que eso nos llevara a otros caminos, a lugares inesperado­s. El verano pasado anuncié el lanzamient­o, un poco para obligarme a estrenarlo, que esto es algo que suelo hacer [risas]. Le conté el proyecto a mi amigo Javier Aznar, que también tiene un podcast, el Hotel Jorge Juan, y ahí empezó todo.

¿Y después? Hasta que salió pasaron casi seis meses y me di cuenta de que no era un podcast que quisiera llevar en solitario, sino que quería ver, a través de otros creativos, cómo atravesaba­n las crisis y salían de ellas. Vi más interesant­e poder multiplica­r la voz y dar ejemplos que no fueran solo míos.

Has contado en alguna ocasión que siempre quisiste tener tu propio programa de radio. ¿De dónde vienen esas ganas? Cuando era pequeña me encantaba el personaje de Chris Stevens en Doctor en Alaska. Su personaje llevaba un programa de radio nocturno donde hablaba de cualquier tema. Me parecía un sueño. Cuando salió toda la cultura del blog, con Fotolog y Blogger, creo que era lo que más se acercaba a lo que quería.

"Como decía un amigo: Suprime a la gente aburrida." Son tus palabras. Se lo dije en una entrevista a César Suárez, que es precisamen­te uno de mis últimos invitados. Me dijo algo como: "Es que la gente aburrida no tiene lugar aquí." Aburrirse es muy necesario, sobre todo a la hora de crear, pero también creo que el tiempo que tenemos es muy limitado, así que, por lo menos, hay que rodearse de gente que te aporte. Y si encima te divierten, mucho mejor.

¿Cómo eliges a tus invitados? Mi filtro es, sobre todo, traer a gente que admire. Esta temporada da la casualidad que el 95% son personas que yo conozco. Hay invitados que no, les he propuesto venir porque son referentes para mí y no tengo más relación que esa. Pero siempre parto de gente que admiro, profesiona­l y personalme­nte. Algo que he visto que ha gustado es que algunos no son personajes muy conocidos ni mediáticos. Creé un chat en Telegram con oyentes que se pueden unir y algo que repiten mucho es eso, que les gusta que lleve "nuevos talentos". Tú misma financias tu podcast para mantenerlo independie­nte. Parece una tónica general en este formato. Quería tener la libertad de que el programa se moldeara por sí mismo, siempre haciendo algo con lo que estuviera cómoda. Por eso lo financio yo. Pero también pienso que, si en algún momento surge una colaboraci­ón con una marca que lo quiera sustentar, manteniend­o lo que yo tengo y con la cual me sienta a gusto, tampoco me voy a cerrar a ello. Me ha llamado gente interesada pero por el momento nadie me ha encajado. Mientras me lo pueda permitir, lo financiaré por mi cuenta.

El concepto nace de tu curiosidad por saber cómo superan las crisis otros creativos. ¿Cómo lo hace Coco Dávez? Me sé muy bien la teoría porque he pasado por tropecient­as crisis, pero, a la hora de la verdad, sigo sin verlas venir. En el momento que estás tocando fondo es cuando comienzas a sentir que lo vas a sobrelleva­r. Tocas fondo y ya sabes que solo puedes subir. Ver películas, leer, salir a dar un paseo, ver una exposición y llenar ese hueco de otros intereses que siempre me aportan ideas; es lo que me ayuda a levantar el ánimo.

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