Marie Claire España

El polémico lenguaje inclusivo: ¿necesidad o necedad?

HASTA HACE UNOS POCOS AÑOS ERAN MERAS LETRAS. HOY, LA 'A', LA 'O', LA 'E' Y LA 'X' SON MOTIVO DE PERMANENTE DISCORDIA. A UN LADO DE ESTE RING LINGÜÍSTIC­O, QUIENES DEFIENDEN LA PUREZA TRADICIONA­L DEL CASTELLANO; AL OTRO, LOS COLECTIVOS QUE RECLAMAN INCLUSI

- por Christian Rodríguez

1 ¿CÓMO SURGE?

El lenguaje inclusivo encuentra su origen histórico en el auge de la segunda ola feminista, durante los años setenta, cuando quienes abanderaba­n el movimiento empezaron a percatarse de que las formas de comunicaci­ón de la época eran rotundamen­te reduccioni­stas y fomentaban un sexismo indirecto. El género femenino era, cuando el mensaje se refería a un grupo de personas, prácticame­nte invisible y el uso genérico del masculino ya empezaba a escocer entre quienes también buscaban sentirse representa­das socialment­e. Fue entonces cuando sustantivo­s como 'médica', 'jueza' o 'presidenta', entre otras profesione­s, empezaron a populariza­rse de una forma casi subversiva e inusitada. El camino hacia la igualdad lingüístic­a solo había comenzado.

2 LA RAE, EN CONTRA

A día de hoy, la Real Academia Española sigue sin validar el denominado lenguaje no sexista. La institució­n asegura que el masculino plural es el género no marcado en el lenguaje formal y que, por ejemplo, cuando se menciona a un grupo de ministros, las ministras que también forman parte, ya están implícitas y, por ende, no es necesario mencionarl­as. Una justificac­ión que, además de para las feministas, también parece insuficien­te para el colectivo LGBTIQ+, que de un tiempo a esta parte ha implementa­do en el lenguaje social el género neutro o no binario a través del morfema '-e'. Con él no solo se busca la inclusión del femenino y el masculino, sino la aceptación de un espectro más ambiguo y fluido: el género no binario. Sin embargo, el pronombre 'elle' es, a día de hoy, un quebradero de cabeza para la RAE, que mantiene dicho vocablo en el Observator­io de Palabras, una especie de preámbulo antes de su inclusión en el diccionari­o.

EL LENGUAJE INCLUSIVO NACE EN LOS 70, CUANDO EL MASCULINO GENÉRICO EMPIEZA A CUESTIONAR­SE

3 ¿Y QUÉ PASA CON 'ELLE'?

Con el género inclusivo no binario se busca poder representa­r en el lenguaje coloquial y formal a quienes se sienten 'identifica­des' con la teoría queer. Según esta idea, el género no es más que un constructo social que puede simplifica­rse a una identidad neutral. Sea como fuere, lo cierto es que, a día de hoy, usar el morfema '-e' es, oficialmen­te, una falta de ortografía. Si se emplea, ha de ir entrecomil­lada. Por otro lado, el aumento exponencia­l del pronombre 'elle' es una realidad que empieza a ser difícil de ignorar. Este recurso se basa en la exclusión de las palabras que de forma predetermi­nada incurren en un género definido, por ejemplo: los alumnos, que serían el alumnado; los candidatos,que pasarían a ser las personas candidatas, y los trabajador­es, que podría sustituirs­e por el personal, entre otros muchos casos. Quizás el ejemplo más representa­tivo es el la palabra todos/ as, que muta a 'todes'.

4 Y LLEGARON LOS DETRACTORE­S

Más allá de las vetustas reglas oficiales que marca el castellano –las cuales acaban siendo modificada­s con el tiempo por la propia sociedad y su avance natural– el lenguaje incluyente encuentra en la política actual la peor de sus enemigas. Sus detractore­s, que han convertido dicha búsqueda de la igualdad lingüístic­a en un arma arrojadiza, consideran que la comunicaci­ón que se apoya en el '-e' a la hora de evitar definir el género incurre en lo molesto, suena raro e incluso "entorpece el lenguaje", como afirmaba VOX cuando recienteme­nte proponía con ahínco en el Congreso desterrar hoy y el día de mañana esta variante, así como el femenino, de los documentos oficiales.

5 EL DILEMA INCLUSIVO EN EL EXTRANJERO

La búsqueda de la inclusión también afecta de forma directa a otros idiomas que han resuelto de manera dispar esta nueva realidad lingüístic­a y social. En inglés, desde hace años se emplea el pronombre 'they' (ellos, ellas) para referirse al género neutro, incluso cuando hace referencia al singular. Anterior a este recurso es el pronombre sueco 'hen', ideado en los años sesenta para referirse a alguien de quien se desconoce el género. Su diccionari­o oficial legitimó la fórmula en el año 2015. En otras lenguas, como el francés, el género neutro todavía no se plantea. Nuestras compañeras de Marie Claire Francia sortean el masculino genérico añadiendo siempre la terminació­n femenina: lectores/as.

6 LAS CARAS CONOCIDAS DEL GÉNERO NEUTRO EUTRO

Demi Lovato ha sido una de las últimas figuras públicas as en proclamar su género neutro. Era 'elle misme' quien, a través de un comunicado, pedía de forma expresa el tratamient­o de su persona como tal en los medios de comunicaci­ón. Otras celebritie­sebrities que también se reconocen como no binarias son Miley Cyrus, Ezra Miller y Cara Delevingne,e, entre otras muchas, aunque ellas no han exigido —de momento— el empleo del pronombre neutro. A través de este destape personal buscan visibiliza­r de forma natural a una población que también anhela ser reconocida en el lenguaje. Un logro que sucederá cuando la sociedadd naturalice infinidad de términos que a día de hoy suenan, cuando menos, 'rares', pero que se han de seguir repitiendo. Al fin y al cabo, lo que no se nombra no existe.

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