Pasé por el tratamiento más agresivo. Al acabar era cuando peor me encontraba
"Me diagnosticaron a los 44 años en una revisión rutinaria. No tenía ninguna molestia ni síntoma previo, y me hacía revisiones cada doce meses. Me detectaron un cáncer de mama localmente avanzado y además tenía dos tumores en la misma mama, por lo que tuve que pasar por el tratamiento más agresivo: quimioterapia, cirugía y radioterapia. Yo había llevado más o menos bien el tratamiento, con ánimo, con fuerza. Fue al finalizarlo cuando peor me encontraba física y anímicamente. La psicooncóloga del hospital me animó a acudir a la Unidad de Ejercicio Físico Oncológico de la Asociación Española Contra el Cáncer, que se había inaugurado hacía poco para hacer ejercicio y mejorar a nivel físico y anímico. Me ayudó muchísimo. Fueron tres meses maravillosos, es un lugar donde hay profesionales que saben mucho, que miden cada uno de los parámetros que se pueden medir a nivel corporal, de las limitaciones funcionales que tienes y te hacen un programa adaptado a tus circunstancias: qué fuerza puedes realizar con miembros superiores e inferiores y cómo la puedes potenciar, capacidad cardiovascular… Van haciendo un trabajo progresivo y poco a poco vas viendo cómo a nivel individual y grupal todas mejoramos. Y no solo físicamente. Te transmiten gusto, amor y pasión por el ejercicio, de modo que también intentan que luego haya una continuidad. Yo era poco deportista. Terminé el programa de ejercicio físico oncológico en marzo, justo cuando se organizaba la carrera contra el cáncer, y nos animaron a que participásemos. Jamás había corrido, salvo en este entrenamiento que hacíamos y conseguí terminar los cuatro kilómetros del recorrido. Desde entonces, me animé a seguir ejercitándome y, de hecho, a fecha de hoy sigo entrenando, participando en carreras de cuatro o cinco kilómetros, e incluso terminé un año haciendo la San Silvestre (como pude, pero la terminé). Ojalá hubiera encontrado ese programa durante el tratamiento, porque habría sido incluso mejor. Animo a la gente que esté en mi situación o parecida que haga uso de esta unidad, porque mejora muchísimo tu calidad de vida. Es una labor muy bonita. Al hacer ejercicio con personas que han pasado o están pasando por un proceso parecido al tuyo, conectas con ellas, te abres y hablas del tema, y encuentras un apoyo que es fundamental. Ahora, en mi trabajo, hago mucho más hincapié en la importancia de unos hábitos saludables y revisiones ginecológicas preventivas. Son fundamentales. No te puedes librar de tener un cáncer pero, si te cuidas, las probabilidades de éxito y de que finalice bien son mayores."