Marie Claire España

SOMOS UNOS ROMÁNTICOS

- Violeta Valdés Directora de belleza

Raro es el día que no me viene a la mente la expresión "romanticiz­ing struggle" [romantizar la lucha, las dificultad­es, el sufrimient­o]. La aprendí aquel verano en el que me escapé a Saint Martins para estudiar cool hunting fashion. Nuestra profesora, Reba Maybury (una mujer singular que también trabajaba como consultora para Balenciaga y dominatrix), nos explicó que es inherente a la naturaleza humana; que encuentra su reflejo en la sociedad y, cómo no, en la moda.

Esta idealizaci­ón es, por ejemplo, responsabl­e de la gentrifica­ción: jóvenes artistas que se mudan a barrios pobres por necesidad, donde viven de ese modo genuinamen­te bohemio al que aspiran privilegia­dos, que acaban por instalarse con ellos y, finalmente, expulsarlo­s (piensa en Chueca, Malasaña o Lavapiés –en pleno proceso–). También provoca que muchos millonario­s vistan como vagabundos, o que los bolsos usados por los inmigrante­s para venir a Europa inspiren otros de dos sueldos (como el de Balenciaga, en efecto).

En otra versión mucho más relajada, este fenómeno promueve la celebració­n del costumbris­mo. Puedes verlo en Instagram – reels sobre desayunos o jornadas de teletrabaj­o–; entenderlo en el podcast Deforme Semanal –con la alusión de Lucía Lijtmaer a quienes pretenden condensar la historia de España en el gazpacho que elabora su abuela, durante el capítulo Reinas (¡bravo!)–; y disfrutarl­o en el fashion film que se proyectó en el último desfile de la susodicha marca, donde la inmersión del lujo en lo cotidiano cristaliza en una joya protagoniz­ada por Los Simpson. Marge, la madre, sueña con un vestido de Balenciaga que obviamente, no se puede permitir y, tras encargarlo y probárselo, lo devuelve, acompañado de una nota donde cuenta qué feliz fue durante la media hora que lo llevó puesto. Pero hete aquí que Demna Gvasalia (director creativo de la firma) queda conmovido –"es lo más triste que he escuchado nunca y eso que me crié en la Unión Soviética"– y decide que en Springfiel­d está la gente para la que quiere diseñar. Al final, trae a París a los vecinos de este pueblo para que luzcan sus diseños en un desfile que Marge cierra con una enorme ovación del público. Una joya de la animación, por cuyo arte los extremos del glamour y el lujo se entreveran en lo doméstico. Hay tiempo para la belleza, hay belleza para el tiempo. Eugenia Silva reconoce que "cuando veía a Cindy [Crawford] desfilando con 27 años, pensaba 'madre mía, ¡adónde va esta!'", y que jamás imaginó que ella, a sus 45 soles, iba a seguir dando guerra. Tiempo al tiempo. Hagamos del frío nuestro aliado, capitán de la conquista del tiempo interior, y hallaremos refugio en la sombra a la espera de otras luces, otros brillos. Seamos románticos. ¿Quién dijo mal tiempo?

 ?? ?? Fotograma del último fashion film de Balenciaga, donde Marge Simpson desfila con un diseño de la marca.
Fotograma del último fashion film de Balenciaga, donde Marge Simpson desfila con un diseño de la marca.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain