UN BUEN AMIGO

UNO DE LOS INTELECTUALES MENOS CONOCIDOS DE LA GENERACIÓN DEL 27 Y UNO DE LOS MEJORES COLEGAS DE FEDERICO GARCÍA LORCA. TRAS JOAQUÍN AMIGO, ¿CUÁNTO NOS QUEDA POR DESCUBRIR DE LA EDAD DE PLATA ESPAÑOLA?

La Granada de los años 20 del siglo pasado era un cráter rebosante de inquietudes e ideas. El paseo rumbo al Albaicín era todo menos triste; por él paseaban los intelectuales del sur. Francisco Ayala, Luis Rosales, Federico García Lorca, Joaquín Amigo. En el libro Amigo (Editorial Destino, 2022) de Ana Merino, la novelista combina la ficción con un hallazgo literario real de gran valor. El azar permitió a Merino encontrar el archivo personal de uno de los intelectuales más polifacéticos de la Generación del 27, haciéndonos regresar la memoria de su persona. Tres cajones repletos de escritos, postales, cartas intercambiadas con su amigo Lorca —del que siempre defendió su proyecto literario a pesar de mantener ideologías dispares— o los primeros poemas de Luis Rosales nos revelan las amistades, roces, ideas y el pensamiento literario del grupo. La vida de Amigo fue la de un hombre que la autora cree, fue asesinado "por dar clases de filosofía e ir a misa", por leer "libros prohibidos". De ideología conservadora y fe católica, el intelectual ha cargado durante todo este tiempo con el peso de la desmemoria. Es uno de esos nombres, como otros tantos, que se perdieron en el viaje de cartas; en medio de una generación que nos dejó poemas, estudios, lecturas, artículos y obras que reflejan parte del pasado cultural de un país. Por eso, el legado documental que recupera Merino, ocho décadas después del asesinato de Amigo, en su nueva novela-homenaje es tan valioso. En él se nos revela la relación entre el intelectual y Lorca gracias a la Revista Gallo y la prodigiosa Generación a la que pertenecieron. Amigo, que fue alumno predilecto de Ortega y Gasset, no dejó obra escrita, pero sí la que muchos de los que le querían le dedicaron. Dos marinos en la orilla fue uno de los poemas que Lorca le dedicó dentro de Canciones. Quizás a modo de presagio, barrunto, intuición: Se trajo en el corazón / un pez del Mar de la China / A veces se ve cruzar / diminuto por sus ojos. / Olvida siendo marino / los bares y las naranjas. / Mira al agua. Tenía la lengua de jabón. / Lavó sus palabras y se calló. / Mundo plano, mar rizado, / cien estrellas y su barco. / Vio los balcones del Papa / y los pechos dorados de las cubanas. / Mira al agua. En algún lugar de España están Lorca y Amigo, ambos asesinados, uno fue fusilado y el otro lanzado al Tajo. Cada uno por un bando de la Guerra Civil, con nueve días de diferencia, en agosto de 1936. De Amigo, el primero decía: "Es uno de los jóvenes de más valía de Granada, de más entusiasmo y pureza". Ahora sabemos que Amigo fue su mejor confidente dentro de una Generación que parece que nunca se acaba del todo.