EL CIRIO EN EL OJO AJENO
MILES ALDRIDGE QUISO CONOCER A LORCA Y ACABÓ SUMERGIDO EN LA SEMANA SANTA DE CÓRDOBA. CUARENTA AÑOS DESPUÉS, EL FOTÓGRAFO BRITÁNICO REGRESA A ANDALUCÍA DE LA MANO DE LOUIS VUITTON.
LA SEMILLA FUE UN PUÑADO DE VERSOS. Su madre le leyó a Lorca y el ritmo del andaluz se le acopló a los sentidos. Recorrió Andalucía en tren, en busca de paredes encaladas, de ríos de plata y de montes que susurran y hablan. En la parada cordobesa, la banda de una procesión lo levantó del bar en el que descansaba junto a su novia. A la imagen de la Virgen, que se balanceaba de un lado a otro entre velas, cubierta de hilos de oro, al paso de trompetas y tambores, le cantaban una saeta. "No sabíamos, cuando llegamos, que era Semana Santa. Estar sumergido de golpe en ese esplendor, rodeado de solemnidad, fue una sorpresa enorme. Cada tarde, varias procesiones zigzagueaban por la ciudad con diferentes imágenes de la Virgen María, Jesús, Poncio Pilato o Juan el Bautista, y se tejían a través de las callejuelas, a veces creando atascos donde una procesión tenía que esperar a la otra antes de avanzar. Las celebraciones solían durar hasta altas horas de la noche y era común ver a los niños, de cinco o seis años, aún despiertos pedir a los nazarenos el líquido que goteaba de los cirios para crear bolas de cera". En Córdoba, de la serie Fashion Eye, de Louis Vuitton, el asombro es luz, elegancia e incienso.