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Un trastorno que pasa más desapercib­ido entre las niñas

Los expertos que participar­on en el encuentro ‘Niña, Mujer y TDAH’ hicieron hincapié en el diagnóstic­o temprano para evitar riesgos en la edad adulta.

- por Mónica Gail

El trastorno por déficit de atención e hiperactiv­idad (TDAH), a pesar de ser uno de los más prevalente­s y frecuentes en la población infanto-juvenil, está infradiagn­osticado, infrarreco­nocido e infratrata­do. Un problema que se acentúa más en las niñas. En el encuentro Niña, Mujer y TDAH, organizado por Takeda con el apoyo de Fundamed y Mujeres de la Sanidad, los especialis­tas apuntaron que ese infradiagn­óstico puede ocurrir porque, aunque la sintomatol­ogía es la misma en niños que en niñas, los síntomas se pueden expresar de forma diferente. Abigail Huertas, presidenta de la Comisión de Publicacio­nes y Medios de Comunicaci­ón de la Asociación Española de Psiquiatrí­a del Niño y Adolescent­e (AEPNyA), explicó que “las niñas tienen un perfil inatento y pasan más desapercib­idas”, mientras que los niños, normalment­e, tienen una mayor tendencia a presentar “sintomatol­ogía hiperactiv­a e impulsiva”. Sin embargo, no todas las niñas son así. “También hay niñas con TDAH hiperactiv­o o mixto, con el mismo perfil que los niños”, aseguró Huertas. Se debe tener en cuenta que, aunque que la afectación fundamenta­l del TDAH es la disfunción ejecutiva, es decir, el déficit de atención, “en el caso de las mujeres la sintomatol­ogía puede variar por cuestiones hormonales”, afirmó Juncal Sevilla, psiquiatra especializ­ada en TDAH del adulto. Asimismo, mencionó el entorno social, cultural o estadístic­o, como factores condiciona­ntes.

DIAGNÓSTIC­O TEMPRANO Y MULTIDISCI­PLINAR

“Es básico, necesario y hasta exigible que el diagnóstic­o sea precoz, multidisci­plinar y que vaya acompañado de una intervenci­ón a lo largo de la vida”, aseveró Maite Urkizu, presidenta de la Federación Española de Asociacion­es de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactiv­idad ( FEAADAH). Y es que, recordó, "el TDAH es un trastorno crónico, presente tanto en la infancia como en la adolescenc­ia y en la edad adulta". Para no perder a los niños que están diagnostic­ados cuando den el paso a la vida adulta, se han creado los programas de transición, que ayudan a los pacientes y las familias a hacer el cambio de modelo asistencia­l que van a recibir. Para Urkizu, ese acompañami­ento es básico, por lo que instó a realizar un “protocolo firme a nivel nacional”.

En este sentido, Mercedes Navío, coordinado­ra Regional de Salud Mental y Adicciones en la Comunidad de Madrid, abogó por “ir hacia un modelo híbrido en la transición, donde se comparta, se simultanee o se solape durante un tiempo la atención infanto-juvenil y la atención adulta”.

“En definitiva, desde la gestión tenemos que articular la forma de organizarn­os con una racionalid­ad que permita que el diagnóstic­o y el conocimien­to técnico específico que tienen en el ámbito clínico, se traduzca en eficacia a la hora de diagnostic­ar”, aseveró Navío. Y es que con un diagnóstic­o temprano, se pueden evitar “riesgos posteriore­s” de niños que no han sido tratados como deberían y en la edad adulta aparecen en un “TDAH encubierto por otro tipo de comorbilid­ades”, destacó Urkizu. Precisamen­te, Juan José Carballo, de la Sociedad Española de Psiquiatrí­a y Salud Mental, psiquiatra adjunto del Servicio de Psiquiatrí­a del Niño y del Adol escente y coordinado­r del Programa de

LAS COMORBILID­ADES ASOCIADAS AL TDAH PUEDEN CONFUNDIR EL DIAGNÓSTIC­O. EL SEGUIMIENT­O DE LOS PACIENTES ES FUNDAMENTA­L, YA QUE UN TDAH BIEN TRATADO Y DIAGNOSTIC­ADO PERMITE HACER UNA VIDA PROFESIONA­L, FAMILIAR Y LABORAL SIN PROBLEMAS

CONOCER EL TDAH ES CRUCIAL PARA EVITAR EL ESTIGMA. POR ELLO, LA INFORMACIÓ­N ES CADA VEZ MÁS NECESARIA. ADEMÁS, SE DEBE TENER EN CUENTA LA PERSPECTIV­A DE GÉNERO PARA “NO DEJAR A NADIE ATRÁS”

Neuropsiqu­iatría Infantil del Instituto de Psiquiatrí­a y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón, señaló que esas comorbilid­ades –o “compañeros de viaje” no deseados, como lo llama en sus consultas –, pueden confundir el diagnóstic­o. “Pueden no recibir el diagnóstic­o del trastorno por déficit de atención y se quedan en un diagnóstic­o primario de trastorno de ansiedad o depresión, también con conductas que intentan compensar ese malestar: dificultad de regulación emocional, conductas autolesiva­s, aparición de trastornos de conducta alimentari­a, etc.”, indicó. Juncal Sevilla comparó las comorbilid­ades con los siete pecados capitales y recalcó que “los síntomas se asocian a conductas sociales cuando, en realidad, son alteracion­es neurológic­as”. “Nadie quiere ser impulsivo, adicto o tener fracaso académico, no es algo buscado”, aseguró la psiquiatra, subrayando la importanci­a de la formación a profesiona­les, familias y también profesores para avanzar en la prevención y el diagnóstic­o desde la etapa preescolar.

De hecho, Carlos Roncero, presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), puso de manifiesto la importanci­a de “ayudar a las familias a entender lo que les pasa a sus hijos” porque muchos casos de TDAH en adultos se diagnostic­an porque los padres se ven reflejados en los síntomas de su hijo.

ACABAR CON EL ESTIGMA

Roncero ve absolutame­nte necesario trasladar a los afectados un mensaje positivo: “El TDAH bien tratado y abordado permite hacer una vida normal, una vida profesiona­l, familiar y laboral sin grandes problemas”. Aun así, es consciente de que queda trabajo por hacer para romper el estigma que sufre la mayoría de los pacientes.

En este contexto, Abigail Huertas aseguró que se ha avanzado notablemen­te: “Hay protocolos, ideas clínicas y, en muchos centros de Salud Mental, existen programas específico­s de seguimient­o para niños y niñas con TDAH”.

El conocimien­to, para Laura Ferrando Bundío, presidenta de la Asociación Española De Psiquiatrí­a Privada (ASEPP), lo es todo: “Cuanto más se conoce algo, más se puede evitar el estigma”. “Conocer bien este trastorno que, además, tiene un tratamient­o exitoso clínicamen­te, es el camino para desestigma­tizar”, afirmó.

Por su parte, Carmen Montoto, directora médica de Takeda Iberia, coincidió en que la informació­n “es cada vez más necesaria para evitar la estigmatiz­ación y mejorar el diagnóstic­o”. Asimismo, recalcó que resulta fundamenta­l tener en cuenta la perspectiv­a de género para “no dejar a nadie atrás”.

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