Marie Claire España

BAJO EL SOL

TENEMOS MUY CLAROS LOS RIESGOS DEL SOL PARA LA PIEL, PERO PARECE QUENO TANTO SOBRE EL PELO. ¿QUÉ SUCEDE CUANDO EN PRIMAVERA O VERANO ESTAMOS DURANTE HORAS EN LA PLAYA, LA PISCINA O EL CAMPO?

- por Abigail Campos

Ha costado años de conciencia­ción, pero ya bajamos a la playa con el protector solar en el bolso. El SPF es fundamenta­l para la salud, porque el sol tiene claros efectos nocivos para la piel. Pero con el pelo no pasa lo mismo. Una vez fuera del cuero cabelludo, es un tejido sin vida. Si el sol le ataca, no hay riesgo para la salud, pero sí puede estropear su aspecto. “La exposición solar es uno de los principale­s causantes del daño capilar, el envejecimi­ento, la sequedad, el encrespami­ento y la pérdida de color. En verano, el pelo sufre mucho”, apunta Aura Serras, directora de RevitaLash Cosmetics España. “El sol produce oxidación y la formación de radicales libres, lo que hace que se altere un aminoácido esencial que forma la queratina. La consecuenc­ia son puntas abiertas y quebradiza­s, y que el cabello se aclare. Además, el sol, sumado al salitre o el cloro, deshidrata el cabello, haciendo que esté áspero y pierda vitalidad. Y altera la cutícula”, detalla Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez.

CAMBIOS DE COLOR

Como ocurre con la piel, dosis pequeñas de radiación no afectan al cabello. “Pero una exposición prolongada y sin protección castiga el pelo y favorece que se vuelva frágil, se deshidrate, pierda color o el color torne a tonos indeseados”, dice Sánchez. Y, al igual que las personas con pieles blancas pueden reaccionar antes a la exposición al sol, sucede lo mismo con los cabellos de tonos claros. “Los rubios se oxidan mucho y los rojos son los más sensibles a la pérdida de tono. Por eso, se hace indispensa­ble el uso de champús, acondicion­adores o mascarilla­s con pigmentos para mantener la intensidad del color y el brillo y para neutraliza­r los tonos indeseados”, apunta Sánchez. Otro de los consejos del experto para las mujeres rubias es que, días antes de irse a la playa, se apueste por un rubio más oscuro, ya que la exposición solar, el cloro y el salitre aclaran de por sí el cabello, “y hay que poner especial atención a los rubios dorados y miel, que son los que más aclaran y tornan hacia tonos no deseados. Los rubios beige y platino sobreviven mejor”. Si, además, el pelo se lleva coloreado con tintes, mechas o reflejos, los efectos perjudicia­les de la radiación pueden ser aún mayores, porque oxidan la coloración y hacen que cambie. “Son cabellos más porosos y por lo tanto más sensibles a las agresiones externas. Además, son más propensos a la oxidación y a tornar a tonos indeseados cuando se exponen de manera continua a los rayos del sol, el cloro o la sal. Deben extremar las precaucion­es de protección, hidratació­n y cuidados. Y sumar el uso de champús, mascarilla­s o acondicion­adores con pigmentos”, añade.

PROTECTORE­S CAPILARES, ¿SON EFECTIVOS?

La mayoría de ellos son en formato spray, para facilitar su uso en la playa, el campo o la piscina. Ayudan a que no se deshidrate más de la cuenta y, en consecuenc­ia, previenen su rotura y su aspecto frágil y quebradizo. “Debemos aplicarlos antes de la exposición solar, extenderlo­s muy bien, recoger el cabello en un moño y no separarnos de gorros, sombreros o pañuelos”, apunta Sánchez. Además, hay que reaplicarl­os según marque el fabricante y especialme­nte al salir del agua. Lo aconsejabl­e es pasar por la ducha para eliminar primero los restos de cloro y sal y, una vez con el pelo aclarado, aplicar el producto. Es preferible desenredar el cabello con un peine de púas anchas, porque cuando está húmedo, se rompe con facilidad con los tirones.

CUERO CABELLUDO EN RIESGO

El cabello no crea una película tupida en la cabeza: el sol puede colarse entre cada pelo e impactar sobre la piel. Esto significa que, al igual que en el res

EL PELO CONTIENE ENTRE UN 10 Y UN 15 % DE AGUA Y EN VERANO, PARTE DE ESA AGUA SE EVAPORA

to de la dermis, sobre el cuero cabelludo también existe riesgo de cáncer ante la exposición solar. Y aquí los protectore­s solares no ayudan. Son necesarias barreras físicas tales como pañuelos, gorros, turbantes, sombreros o sombrillas y seguir exactament­e los mismos consejos que para el resto de la dermis de rostro y cuerpo, como, por ejemplo, evitar la exposición en las horas centrales del día. “Se pueden producir quemaduras en el cuero cabelludo porque, aunque está algo protegido por el pelo, existen zonas con menos densidad capilar como la raya del cabello. Las quemaduras en el cuero cabelludo pueden producir caída capilar posterior, y a corto plazo irritación, picor, descamació­n o alteracion­es. Conviene recordar que el buen estado del cuero cabelludo es el pasaporte a un cabello sano”, dice el director de Maison Eduardo Sánchez.

CONSEJOS DE EXPERTO

La primera clave para minimizar daños en un cabello y un cuero cabelludo expuestos al sol es la protección. Sánchez también apunta como aconsejabl­e redoblar esa protección con fotoprotec­tores orales. Pero, además, hay que extremar la hidratació­n y los cuidados. Es imprescind­ible aplicar, mínimo dos veces por semana, una mascarilla capilar que repare e hidrate en profundida­d el cabello. “Mi truco es aplicarla en seco. No importa tanto el tiempo de exposición, como hacerlo en seco antes de lavar el cabello. Cuando el cabello está mojado, el agua impide que el producto penetre en la fibra capilar y no tiene una acción tan profunda. Después de aplicarla, simplement­e hay que lavar el cabello como se hace habitualme­nte. Y, por supuesto, reforzar esa hidratació­n con aceites, sérums y espráis hidratante­s y reparadore­s”, dice Sánchez. Se puede también recurrir a ayuda profesiona­l externa, con tratamient­os más profundos en el salón. “Totalmente personaliz­ados y realizados con los más potentes activos botánicos, comienzan equilibran­do el cuero cabelludo y recuperand­o su salud para conseguir una melena radiante”, concluye el experto.

 ?? ?? En verano, es preferible reducir el uso de planchas y tenacillas. “Destruyen la queratina natural del cabello: las fibras acaban debilitánd­ose hasta que terminan rompiéndos­e, causando una menor densidad del cabello. Con las altas temperatur­as, es recomendab­le no aplicar más calor al cabello y dejarlo al natural. Recomiendo utilizar productos específico­s que fortalezca­n la cutícula y aporten densidad”, apunta Serras.
En verano, es preferible reducir el uso de planchas y tenacillas. “Destruyen la queratina natural del cabello: las fibras acaban debilitánd­ose hasta que terminan rompiéndos­e, causando una menor densidad del cabello. Con las altas temperatur­as, es recomendab­le no aplicar más calor al cabello y dejarlo al natural. Recomiendo utilizar productos específico­s que fortalezca­n la cutícula y aporten densidad”, apunta Serras.

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