“La respuesta a la crisis de la COVID-19 lleva nombre de mujer”
Para Dolors Montserrat, eurodiputada del Partido Popular, llegar a ser ministra de Sanidad, Servicios Sociales, Igualdad y Consumo no fue tarea fácil. Y razón no la falta. Ella sola asumió el trabajo que hoy en día se reparten cuatro ministros diferentes. El diálogo, el tesón y la ilusión alumbraron la carrera de una mujer que ha dado el salto de la política nacional a la europea. Un logro que no está al alcance de cualquiera. ¿A qué retos se ha enfrentado en su carrera política como mujer?
Decidir dar el paso en política y hacerlo en el municipalismo, en Cataluña, donde el nacionalismo señala, no ha sido un camino fácil. También fue un gran reto ser ministra de Sanidad, Servicios Sociales, Igualdad y Consumo. Ahora lo llevan cuatro ministros, pero en mi etapa lo llevaba una sola mujer: yo misma. En cada etapa de mi vida política he tenido que superar retos, pero, al final, si una desempeña su trabajo convencida, ilusionada y con pasión, no hay reto que se resista.
¿Una mujer se encuentra con más dificultades que un hombre a la hora de liderar un partido político?
Tengo la suerte de formar parte de un partido que cree en el talento femenino. Pero una mujer, no solo en política sino en los diferentes sectores, tiene dificultades. A veces, la mujer frena su carrera por la maternidad, el cuidado de sus hijos o sus mayores y desde la política tenemos que ayudar a la conciliación y a la corresponsabilidad. Venimos de una sociedad de roles divididos en la que nuestros abuelos trabajaban y nuestras abuelas se encargaban del cuidado de la casa. En la generación de nuestras madres, estas ya se incorporaban al mundo laboral, pero con roles duplicados: trabajaban y mantenían el rol de cuidar a la familia. Ahora estamos en un momento importante: la sociedad de la corresponsabilidad. Tenemos que trabajar desde la política para romper esos techos de cristal o de cemento.
¿Bastaría con las políticas de conciliación actuales para romper esos techos de cristal?
Hemos avanzado mucho, pero debemos continuar trabajando en la educación en igualdad, sin dogmas, y en la visibilidad de las mujeres referentes que han roto estos techos de cristal, porque así permiten a las futuras generaciones tener modelos a seguir. Desde la política hay que seguir contribuyendo a luchar contra la brecha salarial, contra la brecha en STEM, donde muchas jóvenes no se apuntan a carreras tecnológicas, y contra la violencia de género. Me llena de orgullo haber sido la ministra de Igualdad que consiguió un Pacto de Estado para luchar contra la violencia de género con el apoyo casi unánime de toda la sociedad. Y cuando era ministra de Igualdad, estaba en un Gobierno en el que fuimos capaces de conseguir el récord de mujeres trabajando: apostamos por el emprendimiento de la mujer y, sobre todo, reducimos la brecha salarial.
¿Hay alguna diferencia entre España y Europa en cuanto al liderazgo femenino?
El PP español forma parte de la familia popular europea y están en la misma línea: demostrar, con hechos, la igualdad real y efectiva. Creemos tanto en el talento femenino como en el masculino. En lo que tenemos que trabajar es en conseguir esa normalización, ese romper los estereotipos para que todos estos modelos a seguir ayuden a futuras mujeres.
¿Las políticas de salud en Europa tienen perspectiva de género?
Totalmente. Y un ejemplo es que en Europa quienes han dado soluciones y respuesta a la crisis de la COVID-19 han sido todas mujeres: Ursula von der Leyen, presidenta de la CE; Stella Kyriakides, comisaria de Salud de la UE; Sandra Gallina, directora general de Salud de CE; Emer Cooke, directora de la EMA; Andrea Ammon, directora del ECDC. Por tanto, el haber dado una respuesta a la crisis de la COVID-19 lleva nombre de mujer. No solo está la igualdad en nuestras políticas de forma transversal, sino que las mujeres hemos liderado la posición de nuestra salud pública en un momento de crisis.
¿Qué le diría a las mujeres que quieren hacer carrera en profesiones que históricamente han ejercido los hombres?
Que nunca se rindan, que nadie decida por ellas y que puedan ejercer en libertad en aquello que quieran ser. Desde la política tenemos que ayudar a que esto pase. En cuanto a visibilización en el ámbito sanitario, las mujeres que son responsables de una nueva investigación o de un nuevo medicamento, no aparece su nombre en los titulares, al contrario que ocurre en el caso de los hombres.