2020 EL INICIO DE UN NUEVO CICLO Damos
la bienvenida a un año de la máxima importancia desde el punto de vista astrológico debido a que los dos gigantes del sistema solar –Júpiter y Saturno– formarán una conjunción entre los signos de Capricornio y Acuario, a la que también se unirá, aunque algo más distante, Plutón. Esto nos dice que estaremos al final de un ciclo astrológico e histórico y que, al mismo tiempo, se abrirá la puerta a otro que comenzará a manifestar sus características a partir de este año.
Asimismo, 2020 será un año muy marcado por el elemento “tierra”, ya que los planetas más poderosos o importantes transitarán todos por signos de este elemento: Júpiter, Saturno y Plutón por Capricornio, y Urano por Tauro. Esto marcará profundamente este nuevo período que ahora vamos a analizar.
ENCUENTRO ENTRE GIGANTES
Las grandes conjunciones Júpiter-saturno se producen cada 20 años y definen perfectamente una época que, además, suele mostrar claramente dos etapas, una de desarrollo o de expansión, que suele abarcar la década siguiente, y otra de decadencia o recogida de frutos que abarcaría la década posterior. Para poderlo ver claramente tomaremos algo de distancia y pondremos algunos ejemplos. En 1940 y la década que le siguió se desarrolló la Segunda Guerra Mundial y se constituyeron los dos bloques, nació la OTAN y se llevó a cabo el Pacto de Varsovia. Pero ya en los años 50 se desarrollaba de nuevo la economía y se reconstruía Europa. En 1960 se iniciaba una época muy distinta, grandes avances en la economía, sociedad y cultura, la carrera espacial o la apertura de la Iglesia, entre otras muchas cosas. Pero en los años 70 todo esto entraba en declive tras la grave crisis de petróleo y el hundimiento de la economía mundial. Ya en 1980 comenzó otra época muy distinta a la anterior, marcada por grandes líderes conservadores como Ronald Reagan, Margaret Thatcher o el papa Juan Pablo II. En 1990 cayó el muro de Berlín y se deshizo la URSS, llegaron nuevos líderes mundiales y se avanzó hacia un nuevo período.
Pues bien, ahora nos encontramos ante una nueva y muy importante conjunción Júpiter-saturno que forzosamente nos traerá profundos cambios y transformaciones, primero porque se producirá a 0 grados del signo de Acuario y, en segundo lugar, porque también se hallará muy cerca el volcánico Plutón. Estas grandes conjunciones no pueden calificarse ni como favorables ni como de lo contrario, sino que dan entrada a un nuevo ciclo histórico.
Si volvemos la vista atrás, hacia la antigua mitología, esta nos relata cómo Júpiter destronó a su padre Saturno y se proclamó rey de los dioses, es decir, se abría una nueva etapa para la Humanidad. Liz Greene, en su obra “Los planetas exteriores y sus ciclos”, apunta que “algo ya viejo y gastado es destronado, y hay una irrupción de energía nueva”. También Alexander Ruperti, en su obra Ciclos del devenir, afirma que “las conjunciones de Júpiter-saturno corresponden a nuevas tendencias sociales”. Y del mismo modo que el mito nos relata que Júpiter destronó a Saturno la experiencia práctica también nos indica que en torno a estas grandes conjunciones suelen darse muchos cambios de jefes de estado o primeros ministros, a veces por muerte del anterior, como ocurrió con los reyes de Marruecos, Siria o Jordania en la anterior conjunción de 2000.
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UNA CONSTELACIÓN MALDITA
Da la casualidad de que uno de los países donde habrá elecciones presidenciales en 2020 es, precisamente, los Estados Unidos. Pues bien, la experiencia confirma, y de forma abrumadora, como casi todos los presidentes que han sido elegidos bajo esta gran conjunción han tenido un final trágico o tuvieron que afrontar alguna situación trágica, y la gran mayoría de ellos fallecieron antes de terminar su mandato. Ahí van una gran cantidad de ejemplos: William Henry Harrison, el cual falleció en 1840 por enfermedad. Abraham Lincoln, en 1860 murió asesinado; James A. Garfield fue asesinado en 1880; William Mckinley en 1990 también fue asesinado; Warren G. Harding en 1920 murió por enfermedad; Franklin D. Roosevelt en 1940 también murió por enfermedad; John Kennedy en 1960 fue asesinado; Ronald Reagan en 1980 fue herido en un grave atentado y, finalmente, George Bush Jr. en 2000 tuvo que sufrir el terrible atentado de las torres gemelas el 11-S. Ciertamente todo parece indicar que se trataría de una constelación maldita para Estados Unidos, o por lo menos altamente peligrosa. No sabemos qué le aguarda al nuevo presidente que salga de las urnas en 2020, pero es seguro que tendrá que enfrentarse a algún grave peligro o dilema.
Quizás pueda explicar esta situación, o al menos hacerlo en parte, el hecho de que Júpiter y Saturno forman una tensa cuadratura en la carta astral de los Estados Unidos. Sin embargo, no podemos decir propiamente que estemos ante una maldición, al menos en un sentido pleno, ya que, a pesar de las terribles pruebas y peligros que afrontaron estos presidentes, eso no les impidió obtener, en casi todos los casos, indudables triunfos, como en el caso de Abraham Lincoln, vencedor de la guerra de Secesión, Franklin D. Roosevelt, vencedor de la Segunda Guerra Mundial o Ronald Reagan, brillante triunfador de la llamada Guerra Fría contra la URSS, entre otros muchos ejemplos. El presidente que salga elegido bajo esta gran conjunción deberá pagar un alto precio por ello, pero eso no le impedirá alcanzar grandes éxitos.
HACIA LA ERA DE ACUARIO
En las últimas décadas del pasado siglo XX se produjo una apasionada polémica respecto a la inminente llegada de la Era de Acuario, sobre todo porque esta era vista como una especie de Edad de Oro en la que desaparecerían las grandes tribulaciones que afligen al mundo actual. Desde el punto de vista astronómico aún queda algún tiempo para que llegue esa mítica era, probablemente hacia el año 2100 o quizás un poco después, sin embargo algunos han dicho que esa era ya hace tiempo que ha entrado, y en concreto muchos han barajado el mes de febrero de 1962 como el momento más probable, puesto que se produjo una gran conjunción de planetas en Acuario, y entre ellos estaban Júpiter y Saturno. Pues bien, al final de 2020, y sobre todo en 2021, se volverá a reproducir esta misma conjunción, o muy parecida. La década de los 60, los famosos “años 60”, tuvieron muchos rasgos relacionados con Acuario: un gran desarrollo tecnológico y científico, sobre todo en aeronáutica y la carrera espacial, que llegó a su cenit por aquellos años para desaparecer en la década de los 70. Se llevaron a cabo grandes avances sociales, políticos y culturales, que marcaron una época muy progresista en todos los ámbitos, incluso el nuevo Papa, Juan XXIII, convocó el concilio Vaticano II para darle un aire nuevo a la Iglesia.
Es evidente que no se entra en una nueva era de un día para otro, uno no se acuesta en la era de Piscis y al día siguiente se levanta en la de Acuario, sino que en la vida real esa transformación se va dan
2020 REPRESENTARÁ UN CICLO DE CRISIS, EL CUAL DARÁ PASO A UNA ETAPA MUY DIFERENTE A LA ANTERIOR, Y QUE AFECTARÁ A TODOS LOS ÁMBITOS.
do poco a poco y por eso es muy probable que ese acercamiento a la era de Acuario tuviese su comienzo en los años 60 y luego continuase con la llegada del siglo XXI, ya que en 2000 tanto Urano como Neptuno se hallaban en Acuario. Pues bien, ahora en 2020 y 2021 se dará un nuevo paso con esta gran conjunción Júpiter-saturno y también se dará otro en 2023 con la entrada de Plutón en Acuario. Y es que todo indica que nos dirigimos hacia otro gran período de avances técnicos y científicos, en el que ya se habla nuevamente de la reanudación de la carrera espacial, la posible llegada a Marte o de hacer la guerra desde el espacio. Para esta próxima década son de esperar grandes y profundos cambios en el mundo material y el espiritual, según las profecías de San Malaquías, puesto que el papa Francisco podría ser el último, en el mejor de los casos el penúltimo... Todo indica que cabalgamos hacia un mundo nuevo, quién sabe si hacia un terrible apocalipsis... Pero de lo que no hay duda es de que en los años 2020 y 2021 es probable que encontremos muchas respuestas a todas estas preguntas.
APOGEO DE LOS SIGNOS DE TIERRA
A lo largo de casi todo 2020 los grandes e influyentes planetas lentos transitarán por signos pertenecientes al elemento Tierra, en concreto, Júpiter y Saturno lo harán por Capricornio, y Urano lo hará por Tauro. También Plutón se hallará en Capricornio determinando una influencia muy dominante de este elemento que aún será algo mayor cuando el Sol transite por signos de Tierra en los meses de enero, mayo y septiembre. A consecuencia de ello veremos cómo las cuestiones materiales, financieras, políticas y, en general, relacionadas con el poder pasarán claramente a primer plano, situándose por encima de los altos ideales y principios de tipo moral o espiritual. Si queremos entender esto un poco mejor, es como si Sancho Panza fuese a tener un protagonismo o una influencia mucho mayor que Don Quijote, al menos en el próximo 2020, porque en 2021 eso podría cambiar y de un modo bastante radical. Ahora lo que más importará y estará sobre el tapete serán las cuestiones materiales y mundanas, que estarán relacionadas con el poder o la riqueza. Y esto es precisamente lo que se hallará detrás de las grandes iniciativas políticas, financieras o bélicas del próximo año, tanto a escala mundial como también en España. Afortunadamente, esta gran tendencia general estará, en parte, contrarrestada por el paso de Neptuno por su propio signo de Piscis, por lo que se hallará en su máximo poder y acentuará también el mundo espiritual y religioso y los más altos ideales de carácter filantrópico.
Pero la masiva ubicación de planetas en signos de Tierra no carece de ventajas porque junto con la persecución de la riqueza,
poder del becerro de oro”, en general, también estimulará el realismo, el sentido común, la sensatez y, asimismo, una mayor prudencia. Esto, sin duda, tendrá efectos claramente positivos frente a actitudes alocadas y megalómanas de los grandes líderes políticos mundiales o al riesgo, siempre presente, de que pudiera desencadenarse una guerra mundial devastadora. Con planetas tan poderosos e influyentes transitando por signos de Tierra todos estos peligros no desaparecerán pero sí se hallarán un poco más atenuados. El realismo y la sensatez tenderán de un modo u otro a imponerse, aun a pesar de la ambición y la codicia en pos del poder y la riqueza. Es algo que a todos nos vendrá muy bien, teniendo en cuenta que a lo largo de toda la segunda mitad de 2020 Marte se estacionará en su propio signo de Aries y podrían aumentar de forma apreciable las tensiones y los riesgos de guerras, revoluciones u otro tipo de conflictos a nivel mundial.
LOS PROTAGONISTAS
La importante conjunción, o alineamiento, entre Júpiter y Saturno llegará a ser exacta el 21 de diciembre de 2020 a 0 grados de Acuario. Y teniendo en cuenta la carta astral de los países más importantes del mundo, esta constelación afectará con la máxima influencia a Rusia, China, Francia, Reino Unido, Brasil, Arabia Saudí y España. Estos países tendrán un protagonismo muy grande no solo en 2020, sino también a lo largo de la próxima década. En algunos podría ser para bien y quizás en otro suceda la contrario, pero lo importante es que esta poderosa conjunción se formará sobre uno de los puntos más relevantes de su carta astral. En el caso de Rusia y de Reino Unido lo hará sobre el cenit de la misma, en el caso de China, Brasil, Francia o España sobre el ascendente o la Casa I y, finalmente, formará una conjunción con el Sol natal de Arabia Saudí.
Sin embargo, Júpiter y Saturno formarán aspectos armónicos o favorables con las cartas astrales de los Estados Unidos, la Unión Europea, Israel, Cuba o Venezuela, y todos ellos tendrán un desarrollo positivo o constructivo a lo largo de 2020 y también en los próximos años. En algunos casos, esto sucederá a nivel político; en otros económico, y en otros la mejoría podría ir en otros sentidos.
Y, finalmente, Júpiter y Saturno formarán aspectos algo más tensos o disonantes con las cartas astrales de México y de Corea del Norte. Esto no significará necesariamente que la evolución deba ser negativa, pero sí podrían plantearse mayores tensiones o dificultades en 2020 y también en los años de la próxima década que ahora se iniciará. n