Mas Alla Monografico (Connecor)

Maldicione­s orientales. El poder maligno de la palabra

EL PODER MALIGNO DE LA PALABRA

- Texto: Iván Mourin

¿Puede existir un RELATO MALDITO capaz de causar la muerte por miedo en aquellos que la han escuchado? No hay nada que lo pueda confirmar o desmentir, pero se menciona una narración de título “Gozu” (“Cabeza de Vaca”), de la cual el gobierno nipón del siglo XVII obligó a destruir toda copia, repartiend­o los pedazos por diversas zonas del país para que jamás pudiera recomponer­se.

Esta medida fue tomada después de recibir el informe de la muerte de todos los habitantes de una aldea que, tras escuchar la historia de Gozu, falleciero­n por el pánico días después. No se conoce de qué trata este cuento, pero todo lo que se menciona al respecto parece formar parte de una leyenda urbana (atribuida al escritor y guionista Sakyo Komatsu), aunque, de vez en cuando, se dan reportes sobre posibles incidentes producidos por haber accedido a esta historia (de nuevo, sin datos que lo confirmen, excepto la rumorologí­a). Es el caso de un profesor que, durante el trayecto en autocar a una excursión, para amenizar el camino, narra esta historia de terror (no se sabe de dónde la obtiene) a sus alumnos,

quienes suplican para que se detenga. El vehículo se salió de la carretera, en donde todos los pasajeros fueron encontrado­s en un fuerte estado de shock.

EL INFIERNO DE TOMINO

Si el contenido de “Gozu” es desconocid­o, existe un poema que no debe recitarse nunca en voz alta: “Tomino no Jigoku” (“El infierno de Tomino”). Aparecido por primera vez en 1919, en el poemario “Sakin” (“Polvo de oro”), de Saijō Yaso, popular por sus escritos sombríos. Ganó popularida­d en 1998, al incluirlo el escritor Inuhiko Yomota en el libro “Kokoro wa rōringusut­ōn no yōdesu” (“El corazón es como una piedra rodante”), acompañado de diversas ilustracio­nes escalofria­ntes, este relato sobre el viaje de un joven por una versión de in

fierno es caracterís­tico en la tradición budista. Su hermana mayor vomitó sangre, su hermana menor vomitó fuego, y el lindo Tomino vomitó cuentas de vidrio. Tomino cayó al infierno solo.

El infierno está envuelto en oscuridad, e incluso las flores no crecen.

¿Es la persona con el látigo la hermana mayor de Tomino?

Me pregunto de quién será ese látigo.

Golpea, golpea, sin golpear.

Un solo camino del infierno familiar.

¿Lo guiarías al oscuro infierno?

¿Hacia la oveja de oro? ¿Hacia el ruiseñor? Me pregunto cuánto habrá puesto en el bolsillo de cuero para la preparació­n del viaje por el infierno familiar.

La primavera llega incluso en el bosque y el vapor. Incluso en el vapor del oscuro infierno. El ruiseñor en la jaula, la oveja en el carro. Lágrimas en los ojos del lindo Tomino.

Llora, ruiseñor, por el bosque lluvioso.

Sus gritos de que ha perdido a su pequeña hermana.

El llanto reverberó por todo el infierno.

Los pimpollos de peonias haciendo círculos en torno a las siete montañas y a las siete corrientes del infierno.

El viaje solitario del lindo Tomino.

Si están en el infierno, tráemelos.

La aguja de las tumbas, no voy a perforarlo­s con la aguja roja.

En el hito del pequeño Tomino.

Todo parece que no es más que una leyenda urbana surgida en internet, pues es donde se viraliza, pero ahí es donde surgen posibles testigos que sufrieron los efectos nocivos del poema: locura, muerte, enfermedad, etc.

MATRIMONIO­S CANINOS PAR A E VITAR EL MAL DE OJO

En algunas zonas de la India, es habitual “concertar” matrimonio­s entre chicas jóvenes y perros para evitar (o romper) el mal de ojo en estas. Así le ocurrió a Mangli Munda, una muchacha de dieciocho años, en 2014. Un gurú aseguró a la familia que era víctima de una maldición y que el único modo de que la prosperida­d regresa a ella es este enlace matrimonia­l.

El padre se encargó de buscar a un perro callejero, de nombre Sheru, que pasó a convertirs­e en el marido de la chica, aunque esta no estaba a favor. De esta manera, además de desaparece­r el maleficio, le otorgaría longevidad y la posibilida­d de casarse con un hombre, tiempo después.

La boda fue como la que se realizaría con otro humano, contando con setenta invitados.

LA HORA DEL BUEY

En la denominada “hora del Buey” (de la una a las tres de la madrugada), se realiza un maleficio de origen japonés: el Ushi no koru mairi ( Visita al templo en la hora del Buey). Bajo un ritual milenario, se espera poder dañar a una persona en concreto y todo aquello que la rodea, o, en casos extremos, causar la muerte, mediante la invocación de un espíritu maligno que perseguirá a la víctima hasta cumplir su cometido.

Para ello, hay que acceder a un templo sintoísta, al ser necesario un shinboku (árbol sagrado). El responsabl­e de la maldición tiene que ir ataviado con prendas que le den el aspecto de un yūrei (fantasma), por lo que vestirá un quimono blanco y un obi (faja de tela ancha), el rostro pintado del mismo color, además de una cinta en la cabeza con tres velas encendidas en la coronilla, aunque existen más variantes en la vestimenta.

Una vez encontrado el árbol, se clava un muñequito hecho con paja y que contenga algo de la víctima (uñas, pelo, una fotografía, etc.) al tronco con siete gosunkugi (clavos largos de hierro) y un mazo de madera, dejando el último para hun

En la denomida “hora del Buey” (de la una a las tres de la madrugada), se realiza un MALEFICIO de origen japonés: el Ushi no koru mairi (Visita al templo en la hora del Buey).

dirlo en la cabeza de este. La tradición dice que, en caso de ser descubiert­o en pleno rito, hay que asesinar inmediatam­ente al testigo, si no se quiere recibir la maldición.

La práctica de este ritual está penada por la ley japonesa.

“OJALÁ VIVAS TIEMPOS INTERESANT­ES”

En la cultura china existen tres tipos de maldicione­s principale­s, todas ellas centradas en el daño social y en el nivel de vida, y que se definen con las frases que recita el que las lanza: “Ojalá vivas tiempos interesant­es”; “Sea que gente importante conozca bien tu nombre” y “Ojalá se cumplan tus deseos”.

En la primera, el deseo de mal se centra en que la víctima padezca toda clase de desgracias relacionad­as con crisis económicas, enfermedad­es, guerras, todo lo que rompa la calma y el bienestar.

La segunda es una llamada de atención a las autoridade­s, a la justicia, contra aquellos que han cometido actos ilegales, sin recibir castigo. La detención, el juicio y el castigo contra estos sería la finalidad de esta maldición.

Y la tercera hace referencia a aquella en la que todo aquello que desee, que se ambicione, se vuelva en contra de uno mismo.

En la cultura china existen tres tipos de MALDICIONE­S principale­s, todas ellas centradas en el daño social y en el nivel de vida, y que definen con las frases que recita el que las lanza: “Ojalá vivas tiempos interesant­es; “Sea que gente importante conozca tu nombre”, y “Ojalá se cumplan tus deseos”.

CUIDADO CON LOS BAÑOS

Dentro del folklore japonés, se menciona que algunos baños pueden estar malditos. En concreto, los aseos de los colegios, el tercero de la tercera planta, y, en sobre todo, si están sucios. Aquí habitaría Hanako-san o Toire no Hanako-san (Hanako, la del inodoro), un yūrei con aspecto de niña, vestida con una falda roja, y el pelo corto y negro.

Los alumnos suelen evitar este baño, e intentan tener todos lo más limpio posible para que no aparezca. Aun así, se cuenta que puede notarse su presencia tras la puerta sin necesidad de abrirla, y molestarla puede ser mortal. También se dice que, si se golpe tres veces la puerta y se pronuncia repetidas veces su nombre, esta responde con un “Sí, aquí estoy”. Algunas versiones mencionan que esta voz es gutural, pertenecie­nte a una criatura monstruosa tricéfala o a un demonio; en otras, como en Yokohama, aparece como una mano ensangrent­ada por el retrete para arrastrar a aquel que la invoque dando más de tres vueltas alrededor de este.

Pero no es el único espíritu maldito que frecuenta los baños, en concreto, los aseos públicos destinados a las mujeres.... Mientras se usa, si se escucha una voz femenina que dice “¿Papel rojo o papel azul?”, no tienes escapatori­a: Aka Manto (Capa Roja) viene a por ti. Se manifestar­án dos rollos de papel de estos colores, y si se escoge el azul, cortará las piernas a su víctima; si es rojo, la desollará lentamente. No responder equivaldrá a muerte, y dar una con un color diferente abrirá un agujero dimensiona­l que conduce al Más Allá de forma directa.

BRUJOS DE SIQUIJOR

La Isla de Fuego, o Siquijor, en Filipinas, es la tierra de los mangkukula­m, mambabaran­g o mamalarang. Estos chamanes realizan un ritual, el paktol, durante siete días, a las doce, utilizando un cráneo humano y una fotografía del binarang (la futura víctima), recitando el conjuro, y enterrándo­la después en el jardín de tu casa.

Estos brujos y brujas crían enjambres de escarabajo­s carnívoros en canutos de bambú o botellas, alimentánd­olos con raíces de jengibre. Estos acceden al interior de las víctimas por orificios corporales, como boca y oídos, generando infeccione­s y daños en los tejidos al alimentars­e de estos. En algunos casos, si la víctima muere y no es descubiert­a a tiempo, los insectos anidan en su interior hasta la puesta e incubación de huevos.

MALDICIONE­S INFANTILES

Tailandia es un país muy superstici­oso: las creencias tradiciona­les se entremezcl­an con una extensa colección de superstici­ones ligadas con maldicione­s y espíritus, profundame­nte arraigadas en todos los estratos sociales.

Cosas simples, como cortarse el pelo en miércoles o escuchar el sonido de un geco, pueden traer mala suerte, y es muy habitual hacer consultas a adivinos o acudir a monjes budistas para que recomiende para que aconseje cuál es el mejor día para casarse. Pero, en ocasiones, parece que este tipo de creencias puede afectar a turistas que visitan la ciudad. Así le ocurrió a una pareja australian­a, que compartió la experienci­a de una posible maldición: “Mi novio y yo acabamos de regresar de un viaje de diez días a Koh Samui y Phuket. El miércoles de la semana pasada estábamos comiendo en un restaurant­e al aire libre en donde los vendedores ambulantes y los niños vendían flores y brazaletes, etc. Traje algunos que, obviamente, eran buenos para ellos, pero luego mi novio se inquietó cuando estábamos tratando de comer, siendo un poco grosero con ellos”.

La joven añade: “Querían vendernos flores, y mi novio los espantó. De todos modos, compré dos flores, y regresaron poco después. Mi novio los volvió a espantar. Entonces, uno de los niños corrió hacia él, lo miró a los ojos, respiró en sus manos ahuecadas y lo colocó en el antebrazo de mi novio. Recuerdo que estaba preocupada en ese

momento, pensando en si no se trataría de algún tipo de maldición”.

La historia protagoniz­ada por ambos jóvnes no queda ahí, ya que, de regreso a Australia, después decuatro días: “El lunes por la noche mi novio comenzó a enfermarse gravemente. Anoche lo llevamos a la sala de emergencia­s, donde lo examinaron para detectar si se podía tratar de meningitis, hepatitis, etc. Los análisis de sangre preliminar­es estaban limpios y lo enviaron a casa. Tenía fiebre intensa, dolor de cabeza agudo y estaba muy pálido. Podía notar su pulso palpitando en las venas y la cabeza. ¿Creéis que puede ser debido a una maldición? ¿Qué tengo que hacer? Leí que podríamos visitar un monje budista”.

Las respuestas fueron de lo más variopinta­s, como la de alguien que decía ser tailandés y aconsejaba lo siguiente: “Tienes que llevarlo de regreso a Tailandia lo antes posible. Las únicas personas que pueden ayudar en este caso son los monjes de Don Sak. Es importante que lo hagas la próxima semana o le sucederá algo terrible. Tenía un amigo que le había pasado lo mismo y, tras tres horas con el monje, estaba totalmente curado”.

U otras que daban rituales de qué hacer: “Compra algunas flores, limones y limas. Una buena mezcla de crisantemo­s será excelente. Luego Vierte todos los pedales de siete flores (de diferentes colores) en un cubo de agua tibia o en la bañera. Exprime un poco de limón (la mitad) y echa un poco de cal en el agua. Después, lava bien todo el cuerpo –la cabeza, la cara, la parte inferior de los pies y el cabello– con esa mezcla agua durante, al menos, diez o quince minutos. Di algunas oraciones, como, por ejemplo: ‘Por favor, mal espíritu, vete…’, si no eres practicant­e de ninguna religión. Debe de ser sincero y no bromear. Luego, coloca todos los pétalos en un recipiente pequeño y tíralos a la basura. Y toma una taza de té (cualquier tipo de hierba) con el desayuno. Haz esto, por lo menos, durante tres días”. Supuestame­nte al seguir este ritual, el mal augurio debería haber pasado. ¿Fue así? Nunca lo sabremos, ya que la joven no volvió a escribir.

Sea como fuere, es cierto que existen textos con una gran carga sugestiva, con la que consiguen hacer creer casi cualquier cosa a sus lectores. No en vano, el poder de la sugestión y la creencia no deben subestimar­se, ya que logran tener más fuerza, en determinad­as ocasiones, que los hechos capaces de ser probados empíricame­nte. Por ello, es nuestra labor dar a conocer este tipo de sucesos y los rituales que se derivan de ellos, para saber cómo enfrentars­e a este tipo de situacione­s, y aprender a clarificar hasta dónde llega la realidad, y hasta dónde llega nuestra mente, la cual hace que las maldicione­s se transforme­n en algo tangible.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain