Mas Alla Monografico (Connecor)
AMULETOS CONTRA EL MAL DE OJO
Son múltiples los sistemas que se han utilizado desde antiguo, y aún se utilizan, para precaverse del hechizo y contrarrestar el influjo supuestamente malévolo que algunos seres humanos emiten. Todos se inspiran en la misma idea: desviar su efecto negativo oponiéndole un objeto luminoso, obsceno o capaz de frenar su avance.
El más numeroso de todos los amuletos protectores es una mano en diversas posiciones o gestos. Entre los pueblos mediterráneos los más populares son el de la higa, una mano con el dedo pulgar inser tado entre los otros dedos doblados y el de la mano cornuda con los dos dedos centrales doblados y el pulgar y el meñique extendidos imitando la cabeza de un animal con cuernos. Estos gestos o mudras se basan esencialmente en la creencia de que los órganos sexuales masculinos, fuente de fer tilidad, poseen la vir tud mágica de repeler ataques malignos.
Las campanitas, llevadas por los niños y el ganado, y la sal, símbolo sustentador de vida, en el bolsillo son amuletos comunes contra el mal de ojo. Pero existen muchos más (ver recuadro “herradura”). Los antiguos griegos llevaban el amuleto de la Medusa, y el caduceo, la vara tradicional del dios Hermes. Los romanos, en cambio, llevaban colgados falos de bronce, oro o plata contra los enemigos de la vida. También se llevaban cuentas con el diseño de un ojo humano. La flor de lis, otro símbolo-barrera contra el mal de ojo, se convir tió en el emblema de las brujas blancas en algunas zonas de Francia.