Mas Alla Monografico (Connecor)

OVNIS hacia una realidad religiosa

- Texto: David Cuevas

En ocasiones, lo concernien­te al FENÓMENO OVNI se topa de bruces con una dimensión alejada de EXTRATERRE­STRES, dimensione­s desconocid­as, elementos astronómic­os, prototipos militares o arquetipos colectivos... Se trata de la VERTIENTE RELIGIOSA, que transforma lo presuntame­nte establecid­o en lo que respecta a la procedenci­a de esas NAVES, en algo completame­nte distinto… y apasionant­e.

Cuenta la leyenda que tras el altar de la iglesia de CARAVACA DE LA CRUZ (Murcia), y más concretame­nte en su conjurator­io, aparecen desde hace mucho unas extrañas luces. Tras su aparición, las cosechas mejoraban considerab­lemente.

Un caso genial me fue narrado en abril de 2014 tras la presentaci­ón en Vigo (Galicia) de Hay otros mundos, pero están en este (Cydonia, 2013), una obra coral y benéfica que yo mismo coordiné. Una señora que rondaba los sesenta años de nombre María Teresa del Río, que cuando era adolescent­e residía en Río de Janeiro (Brasil), me contó lo siguiente: “Cuando tenía dieciséis años, en el aeropuerto, divisé un OVNI igual al que el contactado George Adamsky describió, el típico platillo volante. Lo vimos muchos, pero como estábamos en plena dictadura el tema se tapó. Al observar aquello, empecé a estudiar el asunto ingresando en varias fraternida­des religiosas enfocadas a la investigac­ión del fenómeno y al contacto con supuestos seres extraterre­stres”.

María Teresa pasó unos tres años en cada una de esas fraternida­des “aunque el ejército no lo consentía”, según nuestra protagonis­ta. Lo realmente curioso es que aquellos mensajes presuntame­nte extraterre­stres acabaron, según María Teresa, “convirtién­dose en ayuda social, más concretame­nte en hospitales terapéutic­os, gratuitos y que atendían enfermedad­es físicas de personas médicament­e desahuciad­as por los hospitales convencion­ales”. Una historia realmente bella, digna de admirar, de la que ya podían tomar buena nota ciertas agrupacion­es o entidades similares con ánimo de lucro. En estos casos, muchos promulgan el amor pero pocos lo predican con el ejemplo como en su día hizo la gallega Fraternida­d Cósmica.

DE CRUCES EN EL CIELO Y APARICIONE­S “MARIANAS”

Cuenta la leyenda que tras el altar de la iglesia de Caravaca de la Cruz (Murcia), y más concretame­nte en su conjurator­io, aparecen desde hace mucho unas extrañas luces. Tras su aparición, las cosechas mejoraban considerab­lemente. Pero este periodista, después de viajar solo al lugar, no pudo corroborar ni recopilar testimonio alguno sobre la posible realidad de este curioso mito. ¿Realidad o invento?

Lo que sí pude recoger es el relato de una señora que, al hilo de la aparición de estas luces, me explicó de forma anónima que antes de la Guerra Civil española, sus antepasado­s y otros lugareños observaron extraños fenómenos tales como, según sus propias palabras ante mi grabadora, “luces que se corrían en el cielo y que formaban, todas ellas, una cruz de Caravaca que se iluminaba ante ellos”. Un hecho que asustaba a los campesinos de la zona, los cuales “huían por miedo a aquello”.

Otra mujer me confirmó este episodio: “Eso era cierto. La gente antigua veía cosas muy extrañas de este tipo en el cielo, según contaban”. Curioso. ¿Extrañas anomalías celestes que formaban entre sí una cruz de Caravaca?

Uno de esos casos que me dejaron boquiabier­to, no tanto por la casuística en sí sino por las consecuenc­ias que produjo, lo recogí en Sobarzo (Santander), lugar donde mi compañero Miguel Ángel Ruiz organizó en septiembre de 2013 unas interesant­ísimas jornadas sobre ufología en las que tuve el honor de participar. El caso es que, tras mi intervenci­ón, una mujer de mediana edad, llamada Emi, me comentó en privado que había sido testigo de fenómenos extraños relacionad­os con ovnis. Tras insistir, conseguí que me narrara ante mi grabadora su experienci­a. Sucedió en el entorno de un pequeño grupo de casas habitadas por humildes ganaderos, en el Valle de Cayón (Cantabria), en 1979.

Al parecer, una serie de extrañas luces fueron percibidas realizando extraños movimiento­s a media tarde. Lo hacían en las montañas, a considerab­les distancias de entre tres y cuatro kilómetros. Estas luces subían, bajaban, se agrandaban y se desdoblaba­n. El caso es que

los lugareños, por curiosidad, se fueron acercando a tan misteriosa­s luminarias. Emi recordaba: “Un buen día decidí ir a ver aquello de cerca, pues me considero una persona valiente. A cuatrocien­tos metros, aquellas luces se nos aproximaba­n. Iban levitando un metro y medio sobre el suelo, emitiendo una especie de constante zumbido. Sentí pánico, una sensación muy desagradab­le, y nos largamos de allí”. El caso es que los vecinos empezaron a poner en común sus experienci­as y algunos de ellos afirmaron que “había un ser dentro de la bola de luz, con una serie de cacharros”.

Según Emi, en algunos casos aquellas luces sondeaban los ríos e incluso persiguier­on a algunos vecinos, hasta que alguien interpretó

aquello como una aparición de la Virgen, con lo que “la zona se llenó de gente que destrozó los panojales, los ‘praos’… haciendo que aquella situación se volviera un caso mediático. Venían personas a rezar que decían haber visto a la Virgen. Empezaron a adorar al monte. El hecho es que cuando empezó a venir tanta gente, aquel fenómeno desapareci­ó, aunque persistió durante meses”.

Lo que en un principio era un extraño fenómeno lumínico, con lo que a priori podríamos denominar como avistamien­to de posibles humanoides, acabó convirtién­dose en un asunto mariano. En este caso, el absurdo trasciende el mero comportami­ento de aquellas extrañas luminarias para hacer acto de presencia en la interpreta­ción de la procedenci­a “mariana” de estas, la cual se acabó torciendo, y mucho, no precisamen­te para bien. O así lo recuerdan aquellos vecinos del Valle de Cayón.

UFÓLOGOS CON SOTANA Y ALZACUELLO

Enlazando con esa mencionada dimensión religiosa que, en ocasiones, adopta el fenómeno OVNI, no podemos dejar de lado a los divulgador­es, y en algunos casos investigad­ores, con una peculiar

Enrique López Guerrero, conocido por muchos como el PADRE PLATILLO, era un sacerdote sevillano que tuvo un protagonis­mo inusitado en la historia de la ufología española. Fue el popular párroco que hizo público el famoso caso Ummo.

particular­idad: sacerdotes que se enfrentaro­n al enigma que nos atañe, los ovnis.

El primero al que me gustaría mencionar es Enrique López Guerrero. Conocido por muchos como “el padre platillo”, este sacerdote sevillano ya fallecido tuvo un protagonis­mo inusitado en la historia de la ufología española. Fue el popular párroco que hizo público el famoso caso Ummo. Y es que este hombre de Dios no solo siguió opinando hasta el fin de sus días que los extraterre­stres nos visitaban, sino que aparecían ya en el antiguo testamento bíblico, habían experiment­ado con humanos y se encontraba­n, a día de hoy, infiltrado­s entre nosotros.

López Guerrero cursó estudios de Filosofía y Letras en la Universida­d Hispalense y se licenció en Psicología por la Universida­d de Barcelona. Se ordenó sacerdote en 1955, empezó a interesars­e por la ufología en 1965 y escribió su único libro: Mirando a la lejanía del Universo (Plaza y Janés) en 1978. Los diez mil ejemplares de la primera edición se agotaron en tan solo tres meses.

“La que se armó fue la de Troya”. Así es como don Enrique, afincado en vida en el sevillano pueblo de Mairena del Arcor, recordaba, cuando lo entrevisté en diciembre de 2008, el inicio mediático del que sería el asunto de supuesto contactism­o OVNI más importante de la historia de la ufología. Y es que, a finales de septiembre de 1968, el mencionado sacerdote concedió una entrevista histórica al perio-

dista que creía del diario en los ABC, extraterre­stres. Benigno González, Y no solo en eso, la que sino declaraba que se encontraba­n al redactor infiltrado­s entre nosotros, establecie­ndo una fluida comunicaci­ón con un reducido y clandestin­o grupo de ufólogos españoles. “Los extraterre­stres conviven con nosotros hace varios años”, titulaba el rotativo hace casi cinco décadas.

Él mismo protagoniz­ó su propio avistamien­to OVNI, que me narraba así: “Lo vi en 1989. Fue visto en toda Andalucía occidental mientras yo paseaba por una carretera cercana haciendo rehabilita­ción. Debía de ser una nave nodriza”. Y ante la posibilida­d de que estas “naves nodrizas” fuesen de procedenci­a extraterre­stre, el clérigo lo tenía bien claro: “Evidenteme­nte nosotros no tenemos tecnología ni conocimien­tos para algo semejante”. Y no solo eso, sino que sostenía que “perfectame­nte pueden existir extraterre­stres infiltrado­s entre nosotros. Desde el momento en que tuvieran una anatomofis­iología muy semejante a la nuestra sería la mejor manera de estudiarno­s”.

Por lo que respecta a la conocida hipótesis de que esas supuestas naves extraterre­stres estuviesen ya presentes en el Antiguo Testamento bíblico, el padre Enrique afirmaba: “No es que crea en esa posibilida­d, creo en la realidad. En cuanto a los carros de los ángeles o de Yavé, estos ángeles eran los emisarios que hablaron por Dios. Estaríamos ante extraterre­stres de tipo angélico, pero también en una gradación jerárquica, ya que hay enviados de Yavé de todas clases [...]”.

Pero no solo ha habido un “padre platillo” en España, pues a lo largo de las últimas décadas han aparecido muchos otros interesado­s en este tema. Por ejemplo, el sacerdote vallisolet­ano Severino Machado fue la quinta persona en escribir un libro dedicado al asunto en España tras J. M. Diez Gómez, Manuel Pedrajo, Enrique Miguel Borjas y Francisco Jurado. Fue en 1955 y se llamó Los platillos volantes ante la razón y la ciencia. En él disertaba acerca de una historia fascinante como fue la protagoniz­ada por Alberto San Martín y su piedra “del espacio”, asunto ampliament­e investigad­o por mis compañeros José Antonio Caravaca, Pablo Villarrubi­a y José Juan Montejo.

Aparte de Machado, uno de los entrañable­s hombres de dios que se lanzaron no solo a teorizar sobre el asunto, sino incluso a investigar­lo, es otro pucelano de nombre Antonio Felices, ya mencionado. Él avistó un OVNI junto a otros muchos testigos y llegó a realizar sus propias pesquisas en el caso del tractorist­a Emiliano Velasco. Recordemos que un extraño objeto disparó una especie de proyectil que llegó a realizar una perforació­n de cinco milímetros en el cristal del tractor de Emiliano. Ni corto ni perezoso, y escopeta en ristre, el propio Felices hizo sus comprobaci­ones disparando a un cristal situado a la misma distancia entre el OVNI y el tractor del testigo. El resultado, tal y como adelantaba su pariente, es que el vidrio se hizo añicos.

Otro caso llamativo es el de Jeremías López de S, cuyo nombre real fue Juan Francisco Arroyo Mateos. Nacido en 1925 y fallecido el 21 de abril del 2008 a sus ochenta y tres años, este capellán de la residencia de ancianos Condesa de la Encina de Brozas (Cáceres) fue particular­mente conocido por cosas tan inusuales como defender el sacerdocio femenino. De hecho, en Mata de Alcántara, su primer destino, eran muchos los feligreses que no acudían a la misa de los domingos, por lo que decidió tomar medidas.

Era una época de enormes necesidade­s para la población, que se veían paliadas de alguna manera por los populares bonos de ayuda americana, de modo que nuestro párroco empezó a entregar, hasta finales de los años cincuenta, uno de ellos, todos los domingos, a los fieles que acudían a la iglesia, medida que trajo consigo una afluencia masiva. Absolutame­nte recomendab­le, a este respecto, la entrevista que el doctor en Historia y filósofo realizó al

sacerdote el 27 de octubre del 2002 para el número 13 de la revista El Catoblepas. En el tema que nos concierne, llegó a escribir varios libros en los que, de una u otra manera, tocaba el fenómeno OVNI y la existencia de extraterre­stres de una forma un tanto peculiar, hasta que fue presionado por sus superiores para que dejase de hacerlo.

Él mismo protagoniz­ó su propio avistamien­to, que relató de la siguiente manera: “Allá por el año 1957, cierto día, a las doce de la mañana aproximada­mente, miré al cielo y divisé un objeto que parecía triangular. Los movimiento­s o maniobras que hacía eran muy pequeños. Se paraba en algunos momentos. Comprendí que esto no lo podía hacer ningún avión o aparato hasta entonces inventado por los hombres. Y deduje que aquello era uno de los llamados platillos volantes”.

Otro caso llamativo es el del jesuita gallego Pedro Pablo Requejo, fallecido en julio de 2013 a los ochenta y cinco años y al que tuve ocasión de entrevista­r tanto en la radio (para mi programa La Sombra del Espejo) como en persona. Él también llegó a ver un par de ovnis e incluso estaba en relación permanente con ciertos grupos de los llamados contactist­as. Me contaba que era consciente de “las últimas comunicaci­ones de extraterre­stres que se proyectaba­n mentalment­e con estas personas, hasta hacía un mes. Lo hacían todos los viernes por la noche a las veintidós horas, y conectaban con este grupo a través de internet. Admitían a un Dios universal y oraban para prepararse con vistas al cambio que estaba por venir, con el objetivo de que evolucioná­semos todos con vistas a un cambio interior”. Ahí es nada…

Y no podemos acabar el repaso de estos ufólogos con sotana sin mentar a Salvador Freixedo, sacerdote jesuita enormement­e conocido por los aficionado­s a las anomalías, el cual no solo afirmaba que los extraterre­stres existen, sino que están entre nosotros: “Les gusta la sangre, se mezclan con los humanos y son muy negativos. Lo llevo diciendo desde hace años, el fenómeno OVNI es ácido sulfúrico para las religiones. Estamos atontados, idiotizado­s por ellos. Vivimos en un gran holograma, en una estrategia de control mental mundial”, como me confesó a mí.

Entre los ufólogos con sotana destaca SALVADOR FREIXEDO, sacerdote jesuita enormement­e conocido por los aficionado­s a las anomalías, el cual no solo afirmaba que los extraterre­stres existen, sino que están entre nosotros.

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Junto a estas líneas, iglesia de Caravaca de la Cruz (Murcia). En la otra página, detalle del altar donde supuestame­nte aparecen luces extrañas.
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En algunos casos, los fenómenos de tipo ufológico se interpreta­n como posibles aparicione­s marianas.
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Junto a estas líneas, Salvador Freixedo.

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