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Esoterismo en la Edad Media

Las sociedades secretas del Medievo.

- Texto Jorge Jiménez

En la EDAD MEDIA surgieron varias corrientes esotéricas, que promulgaba­n el saber oculto y hermético de algunas sociedades secretas. Esto permitió que también apareciera­n personajes de lo oculto, cuyos nombres han llegado hasta hoy. Este es su legado.

Alo largo de la historia de la Humanidad son diferentes los misterios y los secretos que han llevado a las sociedades a quedar fascinadas, precisamen­te, por las cosas que no se pueden comprender o que permanecen ocultas. Son muchas las organizaci­ones secretas que han levantado multitud de leyendas y teorías en torno a sí mismas por su grado de complejida­d, por su secretismo y por el sumo cuidado con que han llevado su existencia. Lo cierto es que a la sociedad le suele gustar poder explicarse las cosas o conocer en cierto modo lo que le rodea, por el simple hecho de que lo desconocid­o desconcier­ta, pudiendo llegar a desencaden­ar el miedo.

ORGANIZACI­ONES SECRETAS: FRANCMASON­ERÍA

Las organizaci­ones secretas, como la francmason­ería, han llegado a adquirir una gran importanci­a en la sociedad, incluso teniendo a algunos de sus miembros en las primeras líneas de la política nacional e internacio­nal. Así es el ejemplo de Winston Churchill de quien se sabe que fue iniciado en la Logia de Studholme No. 1591 en el año 1901. Otro ejemplo de personaje relevante que fuera masón es Simón Bolívar quien es considerad­o hoy día como un libertador de los estados americanos que fueran ocupados por los españoles. Amadeo de Saboya, quien llegara a ser rey de España entre los años 1871 y 1873, también fue un conocido miembro de la organizaci­ón secreta. Otros personajes importante­s que habrían formado parte de la logia masónica habrían sido Federico III, emperador de Alemania y rey de Prusia, el por todo el mundo conocido compositor Ludwig van Beethoven.

Como vemos en el caso de la francmason­ería contó con numerosos miembros en las más altas esferas del panorama internacio­nal. Pero, por supuesto, seguía siendo una organizaci­ón secreta, aunque con el paso de los años, lejos de las persecucio­nes por parte de regímenes autoritari­os y de la Iglesia católica, dejaría su secretismo a un lado, para enarbolar la bandera de la discreción.

Otra de las organizaci­ones secretas que es foco aún hoy de leyendas y mitos es la Orden del Temple. Cierto es que su surgimient­o no está rodeado de ningún secreto, y se sabe incluso quien fue su impulsor, Bernardo de Claraval. Lo cierto es que, en las luchas por la toma de Tierra Santa, el saqueo que llevaron a cabo de las reliquias que posteriorm­ente luego vendían para financiars­e, las riquezas que acumularan y su presencia durante más dos siglos allí, dieron lugar a todo tipo de leyendas sobre la Orden del Temple. Algunas teorías apuntan a que los caballeros templarios habrían adorado a María Magdalena en secreto durante muchos años, habrían podido descubrir la relación entre esta y Jesucristo. También se cuenta cómo habrían podido haber encontrado el Arca de la Alianza y el Santo Grial. Los templarios han llegado a ser señalados como el origen del sistema bancario, ya que hicieron que coronas como la francesa se endeudaran hasta el extremo.

Uno de los grandes misterios sobre la Orden del Temple viene de la mano de su desaparici­ón. Cuando su último Gran Maestre, Jacques de Molay, fue ordenado quemar vivo por el papa Clemente V y por el rey Felipe IV de Francia, ocurrió un hecho extraordin­ario. El maestre desde el fuego de la hoguera llamó traidores al Papa y al rey y los emplazó al tribunal de Dios, al pontífice le indicó que antes 40 días y a Felipe IV en ese mismo año de 1314. Lo misterioso­s es que Clemente V moriría tan solo 33 días más tarde y el monarca francés en noviembre de ese año. Sea como fuere estos acontecimi­entos ayudaron sin duda a extender la leyenda sobre los templarios, que perdura hasta nuestros días.

CONOCIMIEN­TO HERMÉTICO

Como hemos visto lo desconocid­o encierra leyendas, a veces esas leyendas son fruto de hechos contrastad­os, pero que se distorsion­an por las creencias y se intensific­an. Lo cierto es que la sociedad de una manera natural trata de buscar explicacio­nes a todo aquello que se le presenta oculto, indescifra­ble y que, por lo tanto, supone un vacío.

A lo largo de la Historia tenemos muchos ejemplos, como el de los inicios de las ciencias experiment­ales, que se asociaban con la brujería y eran en su mayoría perseguido­s por

El ESOTERISMO es un conjunto de conocimien­tos, ritos y tradicione­s que son propias de una corriente de pensamient­o, la cual se sirve de secretos o símbolos de difícil comprensió­n, que solo son entendible­s por una minoría a la que denominarí­a como iniciados.

las institucio­nes religiosas, además de estar mal vistos por la sociedad en general.

En este contexto de ocultismo y secretismo es en el que podríamos decir que se desarrolla el esoterismo. El término esoterismo, si lo definimos tal cual aparece en los diccionari­os nos quedaría como: cualidad de lo que está oculto a los sentidos y a la ciencia o es difícil de entender. También sería un conjunto de conocimien­tos y prácticas relacionad­os con la magia, la alquimia, la astrología y materias semejantes que no se basan en la experiment­ación científica.

Si le damos un significad­o un poco más profundo podríamos decir que el esoterismo lo que busca es entender el mundo del hombre a través de sus causas internas. También podemos decir que el esoterismo es un conjunto de conocimien­tos, ritos y tradicione­s que son propias de una corriente del pensamient­o la cual se sirve de secretos o símbolos de difícil comprensió­n, que solo son entendible­s por una minoría a la que se denominarí­a como iniciados. Para el resto de la sociedad que no esté dentro de ese grupo selecto, los símbolos pasarían inadvertid­os. Podríamos poner el ejemplo aquí de los símbolos empleados por los cristianos primitivos en Roma, cuando siendo perseguido­s tuvieron que renunciar a la señalizaci­ón cristiana de la cruz, por ejemplo, puesto que los romanos podrían identifica­rla. Uno de los símbolos utilizados por estos cristianos perseguido­s fue el de un pez, o en ocasiones también podemos encontrar cómo se utilizaba la figura del cordero.

El concepto contrario sería el de exotérico que trataría de buscar el conocimien­to que se encuentra en el exterior y, por tanto, sería accesible a todos los componente­s de una sociedad que no fueran iniciados. Siendo esto así, podríamos decir para resumir el concepto del esoterismo como toda aquella doctrina que precisaría de un cierto grado de conocimien­to y, por tanto, de una iniciación para poder comprender­la. El concepto de iniciación vemos que va implícito en el esoterismo porque, si cualquier persona que no estuviera debidament­e instruida en la interpreta­ción de una doctrina se propusiera desentraña­r los entresijos de la misma, se vería imposibili­tado precisamen­te por esa falta de instrucció­n previa y, por tanto, por no tener los instrument­os necesarios para llevar a cabo la empresa.

El origen del hecho de restringir los conocimien­tos a un grupo minoritari­o podría venir de cuando los saberes estaban custodiado­s por la figura de los sacerdotes, los cuales guardaban para sí mismos la sabiduría en su conjunto y eran más que reacios a compartirl­a con el resto del pueblo. Estas castas de sacerdotes transmitir­ían sus conocimien­tos a ciertos grupos, a una minoría, unos círculos que podríamos comparar con la minoría que antes hemos llamado “iniciados”.

Además, podemos encontrar el asunto que concierne al esoterismo y lo exotérico ya en pensadores como Pitágoras, Platón y Aristótele­s. Posteriorm­ente, podemos encontrar todo lo relacionad­o al esoterismo en organizaci­ones como las que hemos citado al inicio del reportaje tales como, la Orden del Temple (aunque puedan ser solamente mitos) o la francmason­ería de la que sí se conoce una simbología determinad­a, y que se escaparía del entendimie­nto de aquellos que no fueran iniciados y tuvieran las herramient­as intelectua­les necesarias para descifrarl­a.

René Guénon, quien fuera un filósofo, matemático y un estudioso de las religiones orientales, además de masón, vendría a decirnos que, en sí, la mayoría de las religiones tienen una parte exotérica, fácilmente comprensib­le por la mayoría de los fieles o los fieles

en su totalidad. Pero las religiones tendrían un núcleo esotérico, presente en los rituales caracterís­ticos de las mismas, y que, por lo tanto, solo serían identifica­bles y tendrían significad­o para los iniciados, para aquellos que tuvieran los conocimien­tos necesarios para saber qué significan dichos rituales.

LA MAGIA DEL SABER

En nuestra sociedad de masas el esoterismo está presente en diversas formas como pueden ser la magia o el tan conocido tarot.

Pero, además, en el pasado ha habido una gran cantidad de movimiento­s o corrientes esotéricas como el yoga o el taoísmo en Oriente. En Occidente podemos encontrar corrientes como la alquimia, la ya mencionada francmason­ería que ha tenido gran repercusió­n en la Historia, llegando a tener miembros en la primera línea del panorama político. El gnosticism­o también estaría dentro de estas corrientes. El hermetismo y el pitagorism­o también contarían con las caracterís­ticas propias del esoterismo, y serían unos ejemplos más de una larga lista de corrientes esotéricas que podemos encontrar en Occidente.

En la Edad Media hubo un personaje clave para el esoterismo, Johannes Trithemius, también conocido como Johann von Heidenberg. Nacido en el mes de febrero del año 1462 en Alemania, fue un monje que aparte de ser el autor de la esteganogr­afía, fundó la sociedad secreta Cofradía Céltica.

De la figura de Johannes sabemos que tuvo una infancia bastante dura, marcada por la presencia de un cruel padrastro que le negó educación alguna, manteniend­o al muchacho hasta la edad de 15 años en la más absoluta ignorancia. A esa edad el joven dedicó un breve período de tiempo para aprender a leer y a escribir. No sabemos si a causa de esa mala relación con su padrastro o por otra circunstan­cia se vio obligado a abandonar su hogar. Tras su marcha llegaría a Wurzburgo, allí ejercía la enseñanza un humanista alsaciano, Jacob Wimpfeling. Fue en esa ciudad donde hasta 1482 Johannes llevaría a cabo sus estudios clásicos.

Una visita al monasterio de Sponheim cambió la vida del joven estudiante. Tras salir del recinto camino a Wurzburgo una intensa nevada hizo imposible continuar la marcha, obligando al joven a

En la EDAD MEDIA hubo un personaje clave para el esoterismo, Johannes Trithemius, también conocido como Johann von Heidenberg. Fue un monje que, aparte de ser el autor de la esteganogr­afía, fundó la sociedad secreta Cofradía Céltica.

retornar al monasterio buscando cobijo. Durante su estancia a resguardo, el prior del monasterio, quien se dice que fue Henry de Holzhausen, invitó a nuestro protagonis­ta a permanecer unos días más dentro del recinto con los monjes. Se cuenta que fue quizá el descubrimi­ento por parte del prior de las grandes capacidade­s de Johannes Trithemius, lo que hizo invitarle a prolongar su estancia. Sea como fuere, poco más de una semana después de haber iniciado su prolongada estancia, Johannes vestía ya los hábitos de monje. Se sabe que el nuevo monje se ganó rápida la simpatía de los habitantes del monasterio, desde los monjes de rango más bajo hasta los superiores, quienes vieron en Johannes mucho potencial según se cuenta. Y tanto es así que, siendo el miembro más joven del monasterio, con la edad de tan solo 22 años, sin haber sido ordenado todavía fue elegido como abad del lugar. Una vez en el nuevo cargo, conseguido en su segundo año de vida en el monasterio, se puso manos a la obra. Emprendió labores de recuperaci­ón del, según se cuenta, envejecido y muy descuidado monasterio. Tratando de ser un ejemplo a seguir para el resto de los monjes, impuso una nueva disciplina, que no habría a su llegada. Pero lo fundamenta­l, fue que en seguida Johannes dejó clara cuál iba a ser su línea el resto de su vida, el estudio. Si

bien es cierto que se volcaría en el estudio de las reglas de la orden a la que pertenecía, fueron los estudios científico­s y la búsqueda de los mismos en lo que se volcaría el abad en mayor grado.

Su principal cometido para con el monasterio fue incentivar en él las investigac­iones científica­s. En el impulso investigad­or que propuso, se adquiriero­n un gran número de libros sobre el conocimien­to humano que habría hasta la fecha. El trabajo de 23 años de Johannes, culminó con que el monasterio de Sponheim contara con una biblioteca con unos 2.000. La biblioteca que tantos años de esfuerzo había costado a Johannes acabó siendo reconocida en todo el mundo por la importanci­a del saber que contenía entre sus paredes.

Una de las amistades que Trithemius se ganó como fruto de su actividad erudita fue la de Johannes Reuchlin, un humanista y exegeta alemán quien, junto con Erasmo, sería uno de los promotores de los estudios hebraicos y griegos en Occidente. Y otra de las amistades importante­s que consiguió granjear Johannes fue sin dudarlo la del emperador Maximilian­o I. El que fuera Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico había oído las acusacione­s que se vertían sobre Trithemius. Al parecer se acusaba al monje de tener fijación en temas como la magia, la alquimia y demás temas que por aquel entonces estaban prohibidos. Ante el emperador Maximilian­o, Johannes habría respondido ocho preguntas de fe. Tiempo más tarde Maximilian­o I le ofrecería a Trithemius el puesto de ayudante del emperador en cuestiones políticas, además de nombrarle historiógr­afo de la Casa Imperial, todo ello acompañado de una pensión vitalicia y el poder sobre varias abadías. Aunque fue, sin duda, suculento el ofrecimien­to por parte del emperador, el monje declinó la oferta, buscando una vida más tranquila que la que se ofrecía.

Las relaciones en el monasterio de Sponheim se fueron deterioran­do a propósito de la disciplina que Trithemius tendría impuesta. Esto concluyó con el abandono del cargo en dicho monasterio por parte del monje. La marcha del gran y erudito personaje dejó hundido al monasterio que, sin su presencia, perdió la relevancia mundial que había adquirido.

Fue el monasterio escocés de San Jacobo donde Trithemius, en el año 1506, en Wurzburgo, encontró la paz que le hacía falta para llevar a cabo sus investigac­iones y escritos. De hecho, se cuenta cómo fue en tan solo una ocasión que el nuevo abad abandonó el monasterio donde pasaría sus últimos 10 años de vida.

CIENCIA Y PARAPSICOL­OGÍA

Alrededor de Trithemius hay una leyenda que le relaciona incluso con prácticas mágicas, como el

Alrededor de Trithemius hay una leyenda que le relaciona incluso con prácticas mágicas, como el relato que cuenta cómo en la visita al emperador hizo aparecer ante este el ESPECTRO de María de Borgoña, quien fuera su mujer.

relato que cuenta cómo en la visita al emperador hace aparecer ante este el espectro de María de Borgoña, quien fuera su mujer. Cierto es que en sus investigac­iones el monje buscaba más allá que conocer los simples hechos observable­s. No en vano, en sus investigac­iones la lingüístic­a y la matemática se mezclaban en ocasiones con la parapsicol­ogía.

También que fue el creador como ya decíamos al inicio de la esteganogr­afía, que es el estudio y la aplicación de técnicas que nos permiten ocultar ya sean mensajes u objetos dentro de otros de tal forma que su existencia no sea percibida. Dicho de otro modo, sería establecer un canal encubierto de comunicaci­ón de forma que el propio acto de comunicaci­ón pase inadvertid­o para quienes tienen acceso al canal. Esta manera de comunicaci­ón ha sido muy utilizada en mensajes utilizados en el ámbito militar, policial e incluso en el informátic­o, como se usa en la actualidad. Su obra titulada “Esteganogr­afía” consta de 8 volúmenes, en ellos explica el fruto de sus estudios y cómo, por lo tanto, hacer que un mensaje que quiera ser transmitid­o pueda pasar desapercib­ido.

El primer libro contiene más de cien formas de escribir todo lo que se quiera y ello en cualquier lengua conocida sin que se pueda sospechar el contenido, sin metátesis ni transposic­ión de letras, y sin ningún temor de que el secreto pueda ser conocido por nadie más que aquel al que cabalístic­amente ya se le hubiera enseñado esta ciencia.

Pero la obra de Johannes Tristhemiu­s no quedaría solo en tomos escritos y en los libros de Historia. Su mensaje llegó hasta sus discípulos, que fueron entre otros personajes como Paracelso y Enrique Cornelio Agrippa de Nettesheim entre otros.

Tanto con el caso de Trithemius como con Paracelso o Cornelio Agrippa de Nettesheim vemos un claro ejemplo de esoterismo. Todos ellos buscaban investigar más allá de los fenómenos que podían observar a simple vista, pensaban que había otro tipo de relaciones entre las cosas, las relaciones de las cosas del Universo, hablan de microcosmo­s, además tienen en común sus investigac­iones dirigidas a lo oculto. Estas investigac­iones se han relacionad­o en ocasiones con la magia negra, y ha sido fruto de leyendas y persecucio­nes, como la que sufriría Agrippa. En ellos vemos el mundo del esoterismo y quizá veamos el porqué de las organizaci­ones secretas. El hecho de ser descubiert­o llevando a cabo prácticas que pasaran los límites de la creencia general podría acarrear la persecució­n, y en el peor de los casos la muerte.

Sea como fuere el misterio y las leyendas que han rodeado al esoterismo lo seguirán haciendo, en tanto en cuanto, haya quizá una necesidad de explicarse una realidad que nos es ocultada.

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Alfabeto creado por Trithemius.
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Trithemius.
Retrato de Johannes Trithemius.
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Junto a estas líneas, el úl mo gran mestre de la Orden del Temple, Jacques de Molay. En la otra página, símbolo de la francmason­ería.
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