El hombre del sombrero
¿Quién se esconde en nuestros sueños?
Desde la Antigüedad el hombre ha tenido miedo a las sombras. Jung nos habló de cómo el arquetipo de la sombra personificaba todo lo oscuro de nuestro subconsciente, y han sido frecuentes a lo largo de la Historia de la parapsicología los avistamientos de sombras humanoides asociados a fenómenos poltergeist y a casas encantadas. Pero el avistamiento de sombras humanoides no se circunscribe a esta fenomenología, y en los últimos tiempos se están multiplicando los casos de avistamientos de sombras humanoides en otros contextos, por lo que el fenómeno ha tomado un carácter independiente y más amplio, e incluso se le ha dado una denominación que, quizá, sea demasiado genérica, pues bajo ella se engloban diferentes manifestaciones que pueden ser bien diferenciadas: La gente sombra.
El fenómeno de la gente sombra adquirió dicho nombre el 12 de abril de 2001, en el programa radiofónico Coast to Coast AM, que realizó una emisión en la que se abordaba el tema. En él, el presentador Art Bell animó a los oyentes a enviar dibujos de los seres de som- bras con los que hubieran tenido encuentros. El público envió gran cantidad de dibujos en los que parecía haber ciertos modelos que se repetían, como si hubiera varias categorías de sombra o personajes diferenciados. Pero la primera investigadora en bautizar el fenómeno como The Shadow People fue la investigadora Heidi Hollis, que publicó un libro sobre el tema en octubre de ese mismo año.
Parálisis del sueño y los visitantes de dormitorio
A menudo la gente mezcla este fenómeno con el de la parálisis del sueño y los visitantes de dormitorio, porque están íntimamente relacionados. Por este motivo, en mi libro, Seres de otra dimensión. Explorando lo inexplicable, dediqué dos capítulos separados a cada uno de estos fenómenos, pues fue documentándome para el mismo como empecé a profundizar en el misterio de la gente sombra y, más concretamente, en el del hombre del sombrero.
Bien es cierto que muchas de las personas que tienen episodios de parálisis del sueño tienen experiencias con visitantes de dormitorio, pero en estas experiencias ven desde sombras humanoides hasta extraterrestres grises, o algunos ven demonios.
¿Qué significado tienen las PESADILLAS? ¿Podrían ser producto de seres de OTRO MUNDO? ¿Por qué existen las pesadillas recurrentes? ¿Qué es la PARÁLISIS DEL SUEÑO? Todos los misterios del sueño ven la luz en este reportaje.
Pero el fenómeno de la gente sombra no se limita a la parálisis del sueño, porque hay testimonios de gente que en pleno estado de vigilia ha visto a las denominadas “Sombras errantes”, siluetas enormes de más de dos metros que parecen ir embutidas en una sotana y que han sido protagonistas de encuentros en la carretera, o de casos clásicos como la Pantaruja de Vegas de Coria. Es por eso que el fenómeno de la gente sombra va más allá que los casos de parálisis del sueño y los visitantes de dormitorio.
Como indicaba en la introducción, el fenómeno de la gente sombra o The Shadow People es muy amplio, y dentro de él pueden encontrarse incluso varias categorías, por lo que, para su análisis, es conveniente que primero sentemos las bases de dicha clasificación.
El hombre del sombrero o hat man: ¿demonio o entidad astral?
Dentro del fenómeno de los Shadow People hay una entidad que destaca por su malignidad y por la intensidad con que los testigos describen su presencia. Sus características y apariencia, que coinciden en la mayoría de los casos, podrían incluso hacernos pensar en que se trata de una única entidad con personalidad propia, y frecuentemente aparece asociado a otras manifestaciones de formas humanoides que no diferenciadas, aunque en multitud de casos aparece como un ente solitario.
El Hombre del Sombrero es una terrorífica entidad sobrenatural que algunos clasifican como entidad demoníaca, otros como espíritu desencarnado, y otros como un visitante de otras di-
DENTRO DEL FENÓMENO DE LOS SHADOW PEOPLE hay una entidad que destaca por su malignidad y por la intensidad con la que los testigos describen su presencia. Sus características y apariencia podrían hacernos pensar en que se trata de una única entidad: el Hombre del Sombrero.
mensiones. El gran número de encuentros con este ser ha llevado a clasificarlo como una entidad con nombre propio dentro del fenómeno de la Gente Sombra, hasta el punto de que, como se ha comentado antes, se han llegado a crear páginas web destinadas a recopilar todos los encuentros con este tipo específico de Shadow People: el (o los) Hat Man.
Dadas sus características, algunos investigadores especulan con la posibilidad de que este ser sea una entidad demoníaca. No es el primer habitante de dimensiones paralelas que es encasillado en esta clasificación. La característica de entidad demoníaca se hace extensiva a otros supuestos seres de otra dimensión, como en el caso de la confusión que existe con los extraterrestres grises, que algunos vinculan con las entidades de demoníacas en lugar de con el fenómeno OVNI gracias a una experiencia que tuvo el ocultista Aleister Crowley con estos seres, que ya detallé en un artículo anterior en esta misma publicación.
En el caso del Hombre del Sombrero, su clasificación como ente demoníaco está motivada por su relación con la parálisis del sueño y sus apariciones como visitante de dormitorio.
Una de las grandes diferencias del Hombre del Sombrero respecto a otros tipos deshadow People es que en algunas de sus apariciones no
toma la forma de una silueta humanoide sombría, sino que pueden distinguirse detalles de su ropa, o su cara.
Por lo general, los testigos suelen describirlo como un hombre maduro de edad avanzada, con el rostro blanco y cadavérico, alto y delgado. A veces el Hat Man aparece llevando una capa o una gabardina. Otras veces el sombrero puede ser de copa o, incluso, en algunos casos acontecidos en España se ha llegado a detectar un un sombrero de ala ancha.
Un testimonio aterrador sobre el Hombre del Sombreo
Hacía años había oído hablar del tema de la Gente Sombra en algunos programas de misterio, pero pensaba que habían tocado el tema sin mucho rigor, así que para mí era una especie de leyenda urbana. Esta concepción cambió el 10 de junio de 2012, cuando el programa radiofónico Espacio en blanco dedicó un episodio a los “Agresores del Más Allá. Visitantes de dormitorio”.
En él, el investigador Miguel Pedrero expuso una serie de testimonios de personas que habían sufrido fenómenos de esta índole. Una de estas historias me impactó de forma especial. Es un caso que me impresionó porque, al contrario de lo que se suele decir de espíritus y fantasmas,
deja patente que estas entidades sí pueden causar daño físico a las personas.
La propia testigo contaba, en la entrevista grabada por este investigador, que entre 1997 y 1998, en su época de estudiante, vivía en un colegio mayor de una ciudad del sur de España. Durante los dos primeros años de estancia en el colegio mayor, la testigo notaba por las noches como algo la agredía, en algunas ocasiones llegando casi a asfixiarla, pero nunca podía ver al causante de los ataques. La entidad le presionaba la cara contra el colchón de la cama, y podía sentir el crujido de los muelles del colchón y el peso de algo, de una presencia. El cuarto en que residía la testigo tenía un baño que se comunicaba con otra de las habitaciones. Al parecer, los fenómenos comenzaron en esta otra estancia.
Al principio, la testigo oía ruidos en dicho dormitorio, como si hubiera alguien dentro, y se asustaba porque le constaba que aquella habitación estaba vacía. Poco a poco comenzó a escuchar también pasos. La testigo afirmó que se levantaba, habría las dos puertas del cuarto de baño, y podía ver perfectamente que la otra habitación estaba vacía, sin nadie que pudiera ser el causante de aquellos ruidos.
Semanas después, durante un período de quince días, comenzó a encenderse sola la luz del otro cuarto.
La puerta de dicha habitación estaba cerrada por dentro, por lo que solo ella podía acceder a través del baño que comunicaba con su dormitorio. La evolución de los incidentes continuó, de tal forma que comenzó a encenderse la luz del cuarto de baño.
El siguiente episodio en la escalada de sucesos ocurrió un día, tras la cena, mientras se lavaba los dientes. Tenía abierta la puerta del baño que daba a su habitación y pudo ver de refilón a una persona que entraba en el dormitorio. Lo describió como un hombre de entre cincuenta y cincuenta y cinco años que andaba por la habitación, muy alto, de unos dos metros, muy delgado, vestido con un traje y una capa negros. Las ropas parecían antiguas. Incluso pudo ver su cabello y su rostro, que era huesudo y muy pálido.
Las visitas comenzaron a sucederse en el tiempo. Cuando estaba acostada, antes de dormir, aún despierta, sentía el frío, la presencia, y su cuerpo quedaba paralizado. Tras las apariciones de esta entidad la testigo se sentía cansada, como si le hubieran drenado la energía.
Esta situación se prolongó durante dos años. En algún punto de dicho período la escalada de agresiones aumentó a un nivel más preocupante, pues en una ocasión la chica sintió como si aquel ser la obligara a salir de su cuerpo, a que su yo astral abandonara su cuerpo físico. Se sentía empujada hacia lo que ella describe como “una espiral de luz” que parecía querer absorberla.
La testigo intuía que esa luz era el túnel que describen las personas que tienen experiencias cercanas a la muerte, por lo que se resistió con todas sus fuerzas, pues pensaba que, de ser absorbida por el vórtice de luz, moriría.
Al día siguiente de la experiencia, en el brazo izquierdo, el más próximo a la entidad, sufrió un una inflamación y un extraño eccema que le recorría todo el brazo. Preocupada, acudió al médico, que le explicó que se trataba de un herpes que había aparecido debido a una bajada drástica de las defensas de su cuerpo.
Ella nunca había tenido este tipo de infecciones. El análisis de sangre que le hicieron arrojó un dato preocupante: padecía un déficit serio de glóbulos blancos. Esto la obligó a seguir un tratamiento con vitaminas y antibióticos contra los herpes.
Una compañera nueva se alojó en la habitación que hasta aquel momento había permanecido vacía, y comenzó a describir a un ser similar al que veía la testigo.
Las VISITAS comenzaron a sucederse en el tiempo. Cuando la testigo estaba acostada, antes de dormir, aún despierta, sentía el frío, la presencia, y su cuerpo quedaba totalmente paralizado. Tras las apariciones la testigo sentía una bajada de energía.
Una noche, durante uno de estos episodios, la desesperación y la indignación que sentía le hicieron perder el miedo a la criatura, y comenzó a experimentar una sensación de agresividad y odio hacia el ente, hasta el punto de que la rabia la empujó a resistirse con todas sus fuerzas. En ese momento pudo abrir los ojos y vio sobre ella una especie de nube formada por un manchas sucias, grisáceas, como la textura de la estática de una televisión.
Con las pocas fuerzas que tenía, increpó a aquella cosa, diciéndole que se fuera, y el extraño ente desapareció. Las experiencias no volvieron a repetirse. Esta descripción concuerda con la de otras muchas personas que han sufrido episodios de visitantes de dormitorio. Este testimonio me parece interesantísimo, porque recoge algunas claves del fenómeno que no había escuchado antes.
Vemos cómo estas entidades cobran fuerza a medida que el miedo de sus víctimas se intensifica, como si dicha emoción fuera la emanación mental que las alimenta. Es curioso también el hecho de que la aparición del ser se viera acompañada de bruscos descensos de temperatura.
Hay investigadores que afirman que esto se debe a que estas manifestaciones extraen la energía de la temperatura ambiente y la usan para generar efectos, como hacerse visibles, hacer vibrar las ondas del aire para generar sonidos y demás parafernalia de la que se hacen acompañar.
La inmunodepresión que causa la criatura a la víctima parece indicar que este intruso de alguna manera le extrae la vitalidad, por lo que no solo se alimenta de su miedo. Esto entronca con la tradición de demonios de los sueños, como si de alguna forma el ser humano supiera de la existencia de este tipo de entidades que se alimentan de la energía vital de los durmientes.
El hecho de que al final la testigo viera una masa informe también encajaría con el precepto de que estos visitantes de otras dimensiones adoptan formas arquetípicas en función del contexto sociocultural de los testigos o de sus patrones de pensamiento y arquetipos del subconsciente.
La gente sombra
El testimonio anterior conecta el fenómeno del hombre del sombrero y de la gente sombra con el Síndrome de la muerte súbita durante el sueño, o SUNDS (en inglés) puesto que dicho término se acuñó para explicar una serie de extrañas muertes que se dieron en USA entre una etnia de refugiados de Laos: la etnia hmong.
Este tema está también conectado con el fenómeno de la parálisis del sueño y los visitantes de dormitorio.
En julio de 1977 en EE.UU. comenzaron a detectarse casos de ciudadanos procedentes del Sudeste Asiático y refugiados en Estados
Unidos, miembros de la etnia hmong, procedentes de Laos, que morían durante el sueño de forma inexplicable. Cuando el número de muertes aumentó comenzaron a conectarse los casos que habían tenido lugar en ciudades diferentes, pensando que podría haber un factor común.
Se realizaron autopsias de dieciocho corazones de las víctimas y se detectaron anomalías en los tejidos que conducen los impulsos eléctricos a través del corazón, probablemente hereditarias. Estas anomalías eran posibles inductoras de un latido desordenado. Sin embargo, esto por sí mismo no explicaba la causa de una muerte súbita.
La comunidad médica acuñó para esta extraña epidemia el término Síndrome de Muerte Súbita Nocturna Inesperada, cuyas siglas en inglés responden al acrónimo SUNDS, también conocido como Síndrome de Muerte Súbita Durante el Sueño.
El equipo médico que investigaba el caso dirigidos por Neil Holtan, del St. Paul Ramsey Medical Center, analizó también las implicaciones psicológicas del caso, para lo que hicieron entrevistas a los familiares de las víctimas, y descubrieron que muchos de los fallecidos habían comentado tener episodios de terrores nocturnos y visitas de “espíritus malignos” días antes de morir.
Desde julio de 1977 hasta los inicios de los años noventa, más de cien personas, la mayoría hombres, fallecieron por esta extraña patología.
Las conclusiones a las que llegó el equipo médico del doctor Neil Holtan fueron que no sabían por qué morían aquellos hombres durante el sueño, pero hallaron una sorprendente coincidencia: todos los muertos decían haber sido visitados en sueños días antes de su muerte por los tsog, unos demonios de esta cultura.
Al profundizar sobre este asunto, puede verse que en toda Asia se dan este tipo de muertes, y que cada cultura tiene su propio demonio de los sueños. En Filipinas se registran casos similares desde 1917 conociéndose este síndrome tradicionalmente como bangungut. El bangungut ocasionó la muerte de 722 personas entre los años 1948 y 1982, siendo el 96 % de los fallecidos hombres, con una media de edad de treinta y tres años y sin enfermedades reconocibles.
Y esto no se limita a Asia. En europa también tenemos estos demonios de los sueños. En Finlandia se les conoce como unihalvaus, en Hungría como lidércnyomás… De hecho, la propia palabra pesadilla nos indica el origen demoníaco que se atribuía a la parálisis del sueño y los visitantes de dormitorio que aparecen durante la misma.
Hasta el siglo XVIII se consideraba que las pesadillas eran causadas por seres sobrenaturales que se sentaban sobre el pecho de los durmientes, oprimiéndolo con su peso, lo que originó el término pesadilla, palabra cuya raíz está obviamente relacionada con la palabra peso. Esto enlaza creencia desarrollada desde el Mmedievo en la existencia de íncubos y súcubos, demonios que visitaban a sus víctimas por la noche para forzarlas a tener relaciones sexuales echándose sobre su cuerpo para paralizarlas.
La propia palabra íncubo en latín significa “acos-
Las MANIFESTACIONES extraen la energía de la temperatura ambiente y la usan para generar efectos, como hacerse visibles, hacer vibrar las ondas del aire para generar sonidos y demás parafernalia de la que se hacen acompañar.
tarse” o “posarse sobre algo” (comparte raíz con la palabra incubar). Su versión femenina, el súcubo, del latín succŭbus, del verbo succubare, “reposar debajo”, adoptaba la forma de una mujer.
A estas criaturas se les atribuía la capacidad de succionar la energía vital de sus víctimas, dejándolas debilitadas u ocasionándoles la muerte por un paro cardíaco.
Esta creencia se hace extensiva también al mundo anglosajón. Henry Fuseli plasmó esta concepción cultural en su obra The Nightmare, creada en 1781, en la que podemos ver a una mujer dormida con un íncubo sentado en su pecho y la cabeza de un caballo. En inglés el término nightmare (pesadilla) se compone de night, “noche” y mare, “yegua”. Según algunos lingüistas, proviene de la palabra Mara, término de la mitología escandinava utilizado para designar a un espíritu enviado a atormentar o sofocar a los durmientes.
Todos estos datos encajan con la descripción que daba la chica que fue acosada por el Hat Man y que contaba su testimonio en este programa de radio.
¿POR QUÉ UN SOMBRERO?
El Hat Man se diferencia del resto de los Shadow People por adoptar la forma de un hombre con un sombrero. Esto podría responder a la simbología asociada a esta prenda. El sombrero representa, al igual que la corona, el poder y la autoridad. El sombrero hace que quien lo lleva parezca más alto, más imponente.
Además, es algo desfasado, antiguo, por lo que denota que la entidad que estamos viendo es algo antiguo, lo que da todavía mayor sensación de miedo, al resaltar el hecho de que esa aparición no pertenece a nuestro entorno habitual.
Otro uso que se da al sombrero es el de ocultar el rostro, lo que causa inquietud porque el cerebro está diseñado para leer los rasgos faciales de las otras personas para ver sus emociones. Puede ser que esta sea una forma que le da nuestro subconsciente al hombre del sombrero al proyectar el arquetipo jungiano de la sombra, o puede ser que esa sea la forma que elige esta entidad para causarnos miedo.
ENTIDAD PARASITARIA DEL BAJO ASTRAL O ELEMENTO DEL BAJO ASTRAL
Hace meses se obtuvieron los resultados del proyecto AWARE, un estudio científico que trataba de discernir si las Experiencias Cercanas a la muerte existen. El estudio demostró que en un 2% de los casos estudiados los recuerdos visuales de experiencias fuera del cuerpo de los pacientes que estaban sufriendo una parada cardíaca y que tenían el encefalograma plano eran reales.
Si las las experiencias fuera del cuerpo como las que tuvo Stephen P. fueran reales, podría pensarse que lo que afirmaban las tradiciones esotéricas sobre el cuerpo astral y los viajes astrales podría ser cierto. Esto abre, por lo tanto, una posibilidad remota a que los encuentros con el Hombre del Sombrero puedan ser ciertos, porque estas antiguas tradiciones también hablan de que en el plano astral hay entidades no humanas que parasitan la energía vital de los humanos, por lo que encajarían a la perfección con todo lo expuesto en los párrafos anteriores.
Bajo esta óptica, cabría pensar que el hombre del sombrero es en realidad una entidad parasitaria del bajo astral o un elemental del bajo astral. Los Elementales del bajo astral o larvas astrales son habitantes de los planos astrales más bajos, donde se concentran todas las energías densas y negativas, conocidas como bajo astral. Algunos autores interpretan que este bajo astral es el que ha dado origen al mito cultural del infierno. Según algunas doctrinas esotéricas, cuando los seres humanos mueren, la consciencia va dejando atrás los siete cuerpos sutiles. Los 3 primeros son el cuerpo físico, el cuerpo astral y el cuerpo mental.
Cuando la conciencia deja atrás el cuerpo astral para pasar al mental, normalmente el cuerpo astral se desintegra. Sin embargo, a veces eso no ocurre si la persona estaba muy apegada a lo material por haber tenido una vibración espiritual muy baja debido a haberse centrado en las emociones negativas, el cuerpo astral está demasiado animado por esas energías negativas.
Este “cadáver astral” intentará alimentarse de miedos, emociones y tendencias nocivas para continuar existiendo y retrasar su proceso de desintegración.
Hay otros tipos de entidades astrales que podrían ser responsables del fenómeno, cuestión en la que abundo en mi libro Seres de otra dimensión.
Sea como fuere, parece haber algo que se manifiesta a miles de testigos a lo largo y ancho del mundo adoptando esta tétrica forma, momento en el que, al menos para ellos, pasa a ser una realidad que deja en sus mentes un recuerdo indeleble.