ESPAÑA MALDITA: EL SANTUARIO DE LA BALMA (CASTELLÓN)
A unos tres kilómetros de la pequeña l ocalidad de Zorita del Maestrazgo (Castellón), una carretera sinuosa nos conduce hasta uno de l os espacios más sobrecogedores que puedan visitarse. Al Santuario de la Balma hay que acudir consultando l a guía de La España Maldita (2016), de Lorenzo Fernández, que es quien mejor conoce l os secretos de este lugar, visita obligada para los entusiastas de las historias de diablos y exorcismos:
“Para acceder al santuario únicamente existe un camino, tan sobrecogedor como el resto del edificio. Tas atravesar l a hospedería, el pasillo angosto que se abre obliga a agachar l a cabeza, dado l o i rregular de l a techumbre, que fue modelada como si l a piedra hubiera sido fundida y de este modo extraída a cucharadas. La luz penetra a través de este pasadizo, y ello hace que conforme avanzamos vaya perdiendo vigor, advirtiéndonos de que no estamos en un lugar normal…”.
En las primeras décadas del siglo XX, fue el Santuario de la Balma lugar de peregrinación para miles de f i eles, entre quienes se integraban devotos que aseguraban estar poseídos por los mismísimos demonios.
Era esta cueva, horadada en honor de la Santidad, la meca donde estos espíritus podían ser eficazmnte exorcizados. Tal y como relata Lorenzo Fernández: “En aquellos primeros años en los que la Balma se transformó en un lugar tétrico en el que todo era posible, l a Iglesia pretendió permanecer al margen. Por consiguiente, ¿quién l l evaba a cabo l os
EN LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX, fue el Santuario de la Balma lugar de peregrinación para miles de fieles, entre quienes se integraban devotos que aseguraban estar poseídos por los mismísimos demonios.
extraños rituales de exorcismo?”. Eran entonces unas mujeres, conocidas como las “caspolinas” – tal vez porque venían de Caspe ( Zaragoza), mitad curanderas mitad hechiceras, las que desempeñaban su tarea de hacer regresar a estos demonios hasta el Averno.
Hoy, el Santuario de Balma sigue recibiendo un constante goteo de f i eles y, aunque su humilde capilla se ha despojado del barroquismo de exvotos, continúan depositando misivas de súplicas alrededor de su Virgen.
PARA QUIENES GUSTEN DE LA MORBOSA ATRACCIÓN DE PASEAR ENTRE TUMBAS, una de las sepulturas más insólitas que pueden visitarse es la que se ubica en el Cementerio del Este de Barcelona.