EL MÁS ALLÁ ETRUSCO
Las tumbas o monumentos funerarios, así como todo lo que se ha hallado en su interior, son los pilares de la etruscología, ya que poco se conserva de los templos y todavía menos de las construcciones civiles. Esto demuestra, según los arqueólogos, que para los etruscos la vida en la tierra era temporal y que, como los egipcios, creían que lo importante era construir tumbas fuertes y sólidas, llenas de todo lo que se podía necesitar para la vida eterna.
De este modo, se encuentran las tumbas de cámara, excavadas en el subsuelo, con largos corredores con bóvedas falsas que llevan a la cámara sepulcral. Aquí se han hallado vasijas de metales preciosos, cerámicas y estatuas de bronce. El más célebre de este tipo de sepulcros es la Tumba Regolini- Galassi, en Caere. Otra tipología sn las tumbas excavadas en la roca, muchas veces decorada con frescos que narran momentos de la vida del difunto, como la Tumba de los Augures, en Tarquinia, ciudad de donde procede la mayor parte de producción pictórica rescatada de este pueblo.
La apertura y estudio de las tumbas ha permitido a los arqueólogos reconocer a los estruscos como grandes artesanos. Ls piezas de cerámica, fácilmente reconocibles por su intenso fondo negro, pulido y brillante, son fruto de un bruñido muy intenso que demuestra su maestría. Además conocían a fondo el tratamiento de los metales, como lo demuestra la gran cantidad de piezas de orfebrería y platería, elaboradas con multitud de filigranas, que utilizaban en sus ritos funerarios y depositaron junto al difunto.