El Prenauta: antes QUE CRISTÓBAL colón
La historia del prenauta nace con la figura de un marino onubense llamado Alonso Sánchez. Ese es el nombre de un ciudadano de la Huelva del siglo XV que, en un desafortunado viaje de regreso a España, un fuerte temporal desvío su barco de ruta y acabaron en unas nuevas tierras más allá de donde el hombre hubiera llegado jamás. Aquel viaje, realizado al menos cuatro años antes de esa mítica fecha de, 1492 sería, presuntamente, el del predescubrimiento de América... Aquel que los libros de Historia siempre se olvidan de relatar.
Años después del regreso de Cristóbal Colón y la gloria descubridora de aquel primer viaje a las entendidas como tierras de “Cipango”, ya se hablaba que el Almirante realmente solo habría seguido las indicaciones de un marino moribundo que atendió en la isla de Madeira y que relató una extraordinaria aventura que le ocurrió después de que su barco fuera desviado de su ruta original. De esta forma, habría llegado a unas tierras “nunca antes pisadas por el hombre”. Este piloto anónimo habría dado a Colón indicaciones precisas y distancias de dónde encontrarlas, junto con una descripción de todas las riquezas que allí habían. Esto alimentó la imaginación y la codicia del, por aquel entonces, marino al servicio de la Corona portuguesa.
Y no son corrientes de opinión baladíes, el padre fray Bartolomé de las Casas, cronista de aquel hito histórico, narraba: “Díjose que una carabela o navío que había salido de un puerto de España y que iba cargada de mercadería para Flandes o Inglaterra, o para los tractos, la cual, corriendo terrible tormenta, y arrebatada de la violencia e ímpetu de ella, vino diz que, a parar a estas islas y que aquesta fue la primera que las descubrió”.
De lo que no hay duda es que la historia de Alonso Sánchez es curiosa. Era un marino y comerciante que solía realizar varias veces al año la ruta de Inglaterra a Madeira e Islas Canarias, una ruta de la que conocía bien sus peligros y vicisitudes, y que solo una tormenta como aquella le pudo desviar de su dstino y “descubrir” una nueva tierra... Allí conoció a los indígenas locales, los cuales le tomaron por uno de sus barbudos dioses. Pero nuestro náufrago también trajo consigo algún souvenir “mortal” fruto del acercamiento sexual con las nativas: la sífilis.
La añoranza de la tierra hizo que intentara el regreso en una desvencijada embarcación en la que a la postre alcanzaría suelo portugués con un único pasajero: Alonso Sánchez. En aquel cayuco encontraría el regreso a casa, pero también la muerte por agotamiento...en las playas de Porto Santo nuestro prenauta llegó desfallecido, agotado, enfermo y falleció en brazos del genovés tras días de agonía...y confidencias.
En el siglo XVII, en sus Comentario Reales el inca Garcilaso de la Vega le puso nombre: Alonso Sánchez, de Huelva. Todo tras narrar las historias que oía cuando era niño de la mano de aquellos europeos tomados por dioses y que realmente eran simples mortales ebrios de poder y del brillo del áureo metal, corría el año 1609, así lo contaba el inca: “Este fue el primer principio, y origen del descubrimiento del Nuevo Mundo, de la cual grandeza, podrá loarse la pequeña Villa de Huelva, que tal hijo crió, de cuya relación certificado Cristóbal Colón, insistió tanto en su demanda”.
No fue el único porque el Dr. Bernardo Aldrete lo recogía en 1615 de esta forma: “Siendo cierto, que el primero, que dio noticia a Cristóbal Colón del Nuevo Mundo, fue Alonso Sánchez de Huelva, marinero natural de Huelva”.
El 1762 el Comendador del Convento de los Mercedarios Descalzos de Sevilla, José Cevallos, da por “original e irrefutable” la historia narrada por el inca Garcilaso de la Vega en 1609 e incluso en la actualidad su figura es recordada en Huelva con el monumento en los Jardines del Muelle, el Parque de Alonso Sánchez, el Instituto de Educación Secundaria “Alonso Sánchez” o el nombre de uno de los barcos de salvamento del puerto de Huelva...y, sin embargo, nada avala la real existencia de este marino y su extraordinaria aventura salvo la presunción de veracidad de algunos de los documentos históricos que hemos relatado.
Sea como fuere nada puede quitar a las tierras onubenses su papel protagonista en el Descubrimiento, que vio enrolarse en las tripulaciones hacia Nuevo Mundo a muchos de sus hijos que desde aquel puerto de Palos para perderse más allá de la mar océana para mayor gloria de España.