Tendencia constructiva.
A lo largo de este mes de julio se formarán aspectos poco comunes y de inusual importancia, tanto en un sentido positivo como también negativo, aunque por fortuna los más importantes y de una influencia más profunda y duradera serán armónicos y favorables. Este es el caso del magnífico trígono que el Sol formará con Júpiter, día 5, y luego con Neptuno, día 8; formándose entre los tres un maravilloso y esperanzador trígono que afectará sobre todo a los signos de agua (Cáncer, Escorpio y Piscis), influyendo de un modo muy favorable sobre los sentimientos y emociones. A su vez esto se complementará con otro excelente trígono entre los gigantes Saturno y Urano, que no llegará a ser exacto, pero sí perfectamente operativo, sobre todo en la segunda mitad del mes, favoreciendo cambios, evolución y transformaciones de carácter positivo o constructivo.este otro trígono se formará en signos de Tierra (Tauro y Capricornio), lo que ayudará a que reine el sentido común y las actitudes de carácter constructivo.
Ahora bien, no estamos hablando de un mes maravilloso y paradísiaco, ya que junto a los grandes claros tendrá también importantes oscuridades, en especial hacia la segunda mitad del mismo. Así entre las aflicciones más tensas e importantes destacaría una oposición del Sol y Plutón el día 12, seguida de otro paralelo de oposición el día 13. También una tensa cuadratura del Sol con Urano el día 25, o una oposición del Sol y Marte el día 27, lo que hará que la segunda mitad de julio sea bastante más tensa o incluso violenta. Pero, en realidad, las influencias de mayor peso e importancia serán las que se formarán entre los planetas lentos, puesto que también serán las más duraderas. Por ello, los grandes trígonos que Júpiter formará con Neptuno (y los dos también con el Sol), o el de Saturno con Urano, serán, sin duda, los de mayor importancia e indicarán que estaremos ante un mes altamente positivo o constructivo, aunque no siempre tranquilo. A veces algo bueno y deseado podría venir precedido de algún suceso o vivencia dura o dolorosa, sobre todo en la segunda mitad del mes, en paralelo con el célebre refrán que nos enseña que “no hay mal que por bien no venga”. De cualquier forma, en la mayoría de los casos los buenos propósitos triunfarán sobre las tendencias destructivas.