Los ejercicios espirituales
Los Ejercicios
espirituales, de San I gnacio de Loyola (1548) son, sin duda, su obra cumbre y están i mpregnados de l a esencia contrarreformista.
Comenzó a redactarlos en 1522, durante su retiro en una cueva de Manresa, y fueron concluidos en 1548, con l a aprobación papal. San I gnacio nos explica que “por este nombre se entiende todo modo de examinar l a conciencia, de meditar, de razonar, de contemplar; todo modo
de preparar y disponer el alma, para quitar todas las afecciones desordenadas (apegos, egoísmos ,...) con el fin de buscar y hallar la voluntad divina”.
Llevado sala práctica, consisten en el retiro voluntario aun lugar tranquilo, apartado, para orar y meditar en silencio (aunque siempre bajo las uper visión de un director espiritual), enfocando el pensamiento en la vocación religiosa y en la glorificación de Dios.
Según el historiador José Luis Abellán, los Ejercicios dan importancia predominante ala imaginación sobre la razón, con sus famosas “composiciones de lugar ”, donde se trata de“ver” el lugar con los cinco sentidos. La confianza de San Ignacio en la acción de la imaginación sobre la voluntad era poderosa, y dicha confianza se extendía no solo al momento determinado del are solución, sino aun largo período subsecuente a dicha resolución.