DURANTE EL CONCILIO VATICANO II,
la compañía de Jesús adoptó una postura más aperturista que en épocas anteriores, abrazando de buen grado a la modernidad y apostando por un cambio necesario en el seno de la iglesia.
la compañía de Jesús adoptó una postura más aperturista que en épocas anteriores, abrazando de buen grado a la modernidad y apostando por un cambio necesario en el seno de la iglesia.