presencias sobrecogedoras
Desde que entramos se hicieron patentes las tres presencias. Como parece ya habitual, las de la mujer – que grita aterrorizada o llora desconsoladamente– y la niña – a la que gusta jugar con l os presentes y casi siempre tiene ganas de hablar–. Más tarde llegó él, el capataz, haciéndolas enmudecer e instándonos a irnos de su propiedad. Su presencia es tosca y se hace notar enrareciendo el ambiente. Todas las máquinas que llevábamos se pusieron en marcha: MEL Meter, REM Pod, EDI y Spirit Vox se mostraron muy activas.
Pero hubo, además, una cuarta presencia, quizá la más espectacular, un ente que quedó registrado por nuestra Kinect. La Kinect es una cámara de la consola Xbox; apareció en el mercado hace años, pero fue retirada porque, según sus fabricantes, daba errores puntuales, ya que parecía detectar a un segundo jugador inexistente en las partidas. Nada más l ejos de la realidad, l o que realmente detectaba era algo invisible a nuestros ojos, pero existente: detectaba fantasmas.
De ahí que l os investigadores tomasen estos antiguos modelos de Kinect, l os modificasen para adaptarlos a ciertos programas informáticos y poder así captar a estos entes. En nuestro caso, pudimos ver perfectamente, detrás de dos de nuestros investigadores, una f i gura que, nerviosa al verse descubierta, terminó por desplazarse tras una columna.