Expertos descubren un edificio del período grecorromano en Egipto
Un equipo de investigadores de la Universidad de Ontario ha estudiado los restos de unas 2.000 personas enterradas en Dakhla, Egipto. Tras los análisis, han concluido que seis de ellas presentaban indicios de haber padecido cáncer. Aunque solo en una de las momias había un tumor perfectamente conservado. En los cinco casos restantes, el diagnóstico se ha conseguido gracias al examen que se ha realizado de las marcas que la enfermedad había dejado en los huesos. Así, se ha determinado que estas personas tuvieron cáncer de útero, testículos o huesos. Otra conclusión a la que se ha llegado es que el riesgo de sufrir cáncer en el Antiguo Egipto era mucho menor que padecerlo en nuestros días. La tasa actual es entre cincuenta y cien veces superior a la de aquel entonces.