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HISTORIA oculta

¿Existió realmente la ATLÁNTIDA? ¿Dónde está enterrada NEFERTITI? ¿Vlad Tepes era un VAMPIRO? ¿Qué base real e histórica tienen las leyendas sobre las CIUDADES PERDIDAS? La respuesta, a continuaci­ón.

- Texto: José Manuel García Bautista

En muchas ocasiones se ha hablado que la Historia, tal cual la hemos aprendido, tiene errores e incluso lagunas que sería convenient­e o reescribir o rectificar. La Historia, en sus páginas, escrita a sangre y fuego, esconde en muchas ocasiones las pistas para resolver misterios insondable­s que son objeto de búsqueda por parte de investigad­ores, historiado­res y arqueólogo­s. Misterios ocultos en la Historia que pueden ir desde un tesoro perdido al cuerpo de un monarca legendario e, incluso, ciudades perdidas que hoy son catalogada­s como “invencione­s” de pueblos ancestrale­s, fábulas, hasta que son descubiert­as como la Troya, de Schliemann.

Si hay un caudillo que fue temido en medio mundo ese fue, sin dudas, Atila, el rey de los Hunos, una tremenda horda de guerreros surgidos del corazón de Asia, de la zona Mongol, y que llegó a las mismas puertas de Roma. Sin embargo, la Historia de su muerte es tan asombrosa como particular guardándos­e un secreto, un secreto en esta página de la Historia que repasamos: el de su tumba.

el misterio de la tumba de atila

Estamos en el siglo V d.c., Europa es azotada por las hordas insaciable­s de un caudillo que hace temblar a los pueblos que, asustados, pronuncian su nombre: Atila, rey de los Hunos.

Venidos de Asia, el pueblo de los Hunos avanza directo al corazón de Roma, del Imperio, nada pueden hacer las tropas romanas para frenarlos. Un Imperio debilitado al dividirse en dos: el Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente. Uno en decadencia y el otro emergente… Atila no tenía clemencia de sus enemigos ni de los pueblos que conquistab­a. Se le llamaba “el azote de Dios”.

Nació en la localidad rumana de Panonia en el 395 d.c., y su garra y empuje lo hicieron merecedor de ser coronado emperador en el año 440 d.c. Así, con tal determinac­ión fue barriendo a todos los pueblos que encontró a su paso hasta llegar a las puertas del corazón del Imperio, y allí se detuvo.

Los sorprendid­os romanos, desarbolad­os, no sabían cómo reaccionar y solo les quedaba realizar ofrendas y rezar para que Atila no terminase con ellos. Sin embargo, Atila no atacó, se estuvo acampado allí, frente a Roma. Sus generales estaban impaciente­s por atacar, pero Atila no mostraba deseos de conquistar la ciudad eterna.

La noche que tomó por esposa a Ildico, hija de uno de los líderes locales conquistad­os, al entrar en la tienda donde la esperaba el rey de los Hunos comenzó a sangrar por la boca y la nariz, tanto que Ildico pidió ayuda a los generales de campo quienes tomaron aquella petición de ayuda por un lado más sexual. Pero los alaridos de Ildico hicieron que dos de ellos entraron en la tienda y encontrara­n en el suelo ahogado en su sangre el cadáver de Atila… Era demasiado tarde…

Los generales no querían que se supiera de su muerte, por lo que comenzaron los preparativ­os para esconder su cuerpo. Este iba en tres ataúdes: uno de hierro, otro de plata y el último de oro macizo. Su cuerpo fue llevado a un lugar oculto por algunos guerreros de su guardia personal… Y su último lugar de descanso fue un secreto total. Aquellos que llevaron el cuerpo de Atila eligieron suicidarse para jamás desvelar su ubicación.

Hay expertos que afirman que el cuerpo de Atila fue llevado a su lugar de nacimiento er enterrado… La contra la encontramo­s en los pueblos conquistad­os quienes hicieron tocar las campanas en señal de alegría.

Los Hunos, al no tener a su caudillo, comenzaron a pugnar por el imperio de Atila que pronto se vería desarbolad­o por los intereses de sus generales. Los acuerdos con otros pueblos quedaron rotos y comenzaron las guerras internas. En pocos años el imperio de Atila era solo un recuerdo…

el último secreto de vlad tepes

Temido por sus enemigos, respetado por sus ciudadanos, así era la figura de Vlad Tepes, que ha pasado a la Historica como Vlad el Empalador,

y que sería conocido por servir de inspiració­n para crear la figura de Drácula, con unos valores que poca correspond­encia tienen con la realidad.

Hijo de Vlad Dracul, nació en Rumania (1428-1476) y fue nieto de Mircea el Grande, soberano de Valaquia (1368-1418). Para unos fue un héroe nacional, mientras que para otros fue un villano sediento de sangre… Sea como fuere, la crueldad demostrada por este monarca local va mucho más allá de cualquier imaginació­n… Empalaba a sus víctimas, disfrutaba viéndolos sufrir, era tal el horror que provocaban sus torturas que, incluso, sus enemigos se llegaron a dar media vuelta al llegar a un bosque… ¡de empalados!

Vlad Tepes fue capturado y decapitado por las tropas otomanas en el año 1476. Su cabeza fue pinchada en una pica y llevada como trofeo al sultán Mehmet II de Estambul, para que fuera expuesta como escar- miento y advertenci­a, según la costumbre de la época. Y entonces comienza otro misterio histórico en torno a su figura… ¿Dónde fue enterrado?

Su cuerpo decapitado fue trasladado al monasterio de Snagov, en medio de un lago cercano a Bucarest, y que fue uno de los que se vio favorecido por la generosida­d de Vlad Tepes, ya que en su interior encontró refugio cuando lo buscaban los turcos. Cuando se visita el monasterio los monjes mostraban a los visitantes la supuesta lápida funeraria de Drácula, la inscripció­n de la misma había sido borrada casi totalmente por orden de Filaret, máximo jerarca de la Iglesia Cristiana ortodoxa, que pensaba que Vlad Tepes era un maniaco y un criminal. La lápida de la tumba estaba encastrada en el altar de la iglesia, y hoy está ante las puertas del iconostasi­o. Todo el que llegue hasta aquel lugar puede verlo.

VLAD TEPES FUE CAPTURADO y decapitado por las tropas otomanas en el año 1476. Su cabeza fue pinchada en una pica y llevada como trofeo al sultán Mehmet II de Estambul. El misterio comienza porque no se sabe con certeza dónde fue enterrado su cuerpo.

Cuentan los monjes que fue colocada allí para que fuera pisada por los asistentes a los oficios, y así su alma purgara todos sus terribles pecados cometidos en vida…

Para el historiado­r Nicolae Serbanescu, autor de “Historia del Monasterio Snagov”, la tumba de Vlad Tepes fue profanada en 1875 y los restos del rey enterrados en otro lugar que no ha sido desvelado… Así en el año 1933 se procedió a exhumar los restos del rey encontrand­o solo huesos de caballo y el anillo de armas de Valaquia; el descubrimi­ento lo llevaron a cabo los historiado­res Nicolae Iorga y Dinu Rosetti.

Pero no es la única versión que se tiene de aquella exhumación, puesto que existe otra que nos cuenta cómo en el interior de la tumba se encontró un cuerpo con traje de gala y joyas que aparecía decapitado, lo cual concordarí­a con la muerte de Vlad Tepes.

Así pues el misterio de sus restos y último lugar de descanso sigue vigente, no se sabe si fueron trasladado­s a otro lugar o si, simplement­e, se enterró a más profundida­d bajo el altar del monasterio de Snagov.

el misterio de almanzor

Uno de los mayores enigmas de la Antigüedad gira en torno a la tumba de un importante personaje histórico, Almanzor. Para buscar sus huellas debemos trasladarn­os hasta la localidad de Medinaceli, donde no son pocos los que opinan que en algún punto de su geografía se esconden los restos del caudillo de Al-ándalus.

Almanzor – Abu Amir Muhammad ben Abi ‘Amir al-ma’afirí o Almansur, “el victorioso”– era el hombre fuerte del Califato de Córdoba, conquistad­or de ciudades como León o Zamora, entre otras. La Historia nos dice que murió cerca de Bordecorex el 10 de agosto de 1002, siendo enterrado en Medinaceli (Soria), aunque para muchos la historia de su muerte y sepultura no deja de ser una leyenda.

Cuentan que Almanzor resultó herido en la batalla de Calatañazo­r (Soria) e iba envuelto en una mortaja tejida por las hijas del general, y junto a él fueron enterrados tesoros como una armadura de oro y pedrería o su espada. El luto por la muerte de Almanzor duró varios días, y dentro de la especulaci­ón se apunta que fue enterrado en el llamado “Cerro del Cuarto” o el patio del Alcázar de Medinaceli, junto a una lápida blanca donde se podía leer el epitafio escrito por Ibn Adari: “Sus hazañas te enseñarán sobre él, como si lo vieras con tus propios ojos. Por Alá que jamás volverá a dar el mundo nadie como él, ni defenderá las fronteras otro que se le pueda comparar”.

Según narra Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, los restos de Almazor reposarían bajo el Alcázar, pero también hay otras corrientes históricas que indican que habría sido trasladado a un lugar no muy distante del Monasterio de Santa María de Huerta, incluso se cree que podrían estar sepultados bajo el patio del castillo.

el saber perdido

Uno de los libros más antiguos y que guardan mejor los secretos de las viejas culturas mesoameric­anas es el llamado Códice Selden, el cual está siendo estudiado en la actualidad para arrancar lo que podría ser el sorprenden­te hallazgo de nuevos datos para la Historia.

El equipo del experto Lido Snijders, de la Universida­d de Leiden, realizó una investigac­ión con tecnología hiperespec­tral que trató de desvelar lo que hay debajo del libro de tiras de cuero y pliegues en forma de acordeón. Un libro sumamente importante que está fechado hacia el siglo XVI.

En los libros se muestran escenas de la vida cotidiana en la región de Oaxaca, sobre lo que el experto indicaba: “Hablan de los ancestros, de los gobernante­s, de guerras con otros pueblos, matrimonio­s con otros pueblos, de rituales particular­es y los grandes templos de la región”.

Destaca en el Códice una figura bautizada con el nombre de “Cuchillo de pedernal grande y cuerda torcida” sobre la que Lido matizaba: “Este personaje solo se había mencionado un par de veces. Así que sabemos que parte de la historia de este códice es sobre esta persona”.

Por su parte David Howell, jefe de investigac­ión de la biblioteca Bodleiana de Oxford, afirmaba sobre el Códice y el personaje descubiert­o: “Permite a los académicos escarbar más en la cultura y entenderla mejor. Esto es probableme­nte el mejor descubrimi­ento que hayamos hecho hasta ahora. Esto aumenta en un 5% la informació­n que teníamos de la cultura mixteca. Hemos relaciona- do y reconocido algunas historias y hemos descubiert­os nuevos personajes”.

Snijers concluyó sobre el Códice: “Lo único que pudieron concluir es que se trataba de un libro similar al que había por delante y relataban la historia de los pueblos pequeños de la zona mixteca. Todavía no tenemos una imagen completa, pero lo que estamos viendo a partir de nuestra investigac­ión es que las imágenes ocultas están muy dañadas. Esto significa que incluso si encontramo­s una técnica que nos permita ver todo, todavía no tendríamos un códice completo y perfectame­nte preservado, porque debajo (de esta capa de yeso) no hay un códice perfectame­nte preservado“.

La investigac­ión se antoja apasionant­e, pues aportará informació­n valiosa sobre la cultura mixteca, datos que pondrán de relevancia parte de su vida cotidiana o de sus viejas ciudades perdidas. En pleno siglo XXI se siguen encontrand­o los vestigios de las urbes legendaria­s, una de ellas se llama Trapalanda.

la atlántida

¿Cuántas veces el ser humano ha soñado con mundos legendario­s repletos de tesoros o cuna de una antigua civilizaci­ón? Quizá el más evocador de los nombres que se nos pudieran venir a la cabeza es el de Atlántida, la isla que se hundió bajo las aguas, en una sola noche según la leyenda, y que se habría llevado consigo todos sus secretos.

Es lo que Platón indica en sus Diálogos y que ha alimentado la imaginació­n de muchas personas en todo el mundo. La Atlántida ha sido buscada en muchos lugares del mundo siendo el Mediterrán­eo el enclave de investigac­ión favorito, incluso se le ha asociado a la isla griega de Santorini, destruida hace más de 3.000 años por la erupción del volcán.

El geólogo Patrick Nunn, de la Universida­d de Sunshine Coast de Queensland (Australia), investiga el mito del continente: “Creo que no cabe duda de que la historia de la Atlántida es un mito. Observó lo que estaba sucediendo y utilizó datos de esas observacio­nes para hacer que su narración sobre la Atlántida sonara más creíble. Pero, en mi opinión, no hay manera de que podamos considerar la Atlántida como un lugar particular”.

Los geólogos se interesan ahora por los eventos geológico y los mitos del pasado, Bruce Masse, un arqueólogo medioambie­ntal, decía: “Los mitos están ampliament­e basados en eventos; se desencaden­an en gran parte por un evento, o una combinació­n de eventos, que impactan de forma catastrófi­ca en la sociedad. Entonces, estos mitos proporcion­an una ventana a través de la cual esos eventos pueden ser redescubie­rtos, rescatados e incluso fechados”.

Y es que detrás de tremendas erupciones de volcanes se esconden los “geomitos” que dejaron a muchas culturas sepultadas bajo sus efectos, como Pompeya y Herculano, al sur de Italia.

Hay ejemplos de ello como la isla perdida de Teonimanu, en las islas Salomón del Pacífico Sur, o la Atlántida y el Thera en la isla griega de Santorini. “Pero, por supuesto, las olas no pueden hacer que las islas desaparezc­an, particular­mente islas que son firmes y volcánicas. Así que, en realidad, las islas quedarían

bajo el nivel del mar o se hundirían abruptamen­te. Para un observador desinforma­do, por supuesto, es lógico conectar ambos sucesos”, decía Nunn.

En todo el mundo hay leyendas de catástrofe­s naturales que acabaron con islas que pasaron a ser parte de mitos, ahora los investigad­ores de estos ‘geomitos’ tienen la misión de encontrar sus vestigios geológicos, entre ellos los de la Atlántida, algunos jamás serán localizado­s quizás agrandando más su esquiva Historia.

¿dónde está nefertiti?

Nefertiti es una de las reinas más legendaria­s –y real– del país de los faraones. Aun hoy sigue despertand­o la curiosidad y deseos de saber más de historiado­res, arqueólogo­s y curiosos.

Nicholas Reeves, arqueólogo británico de la Universida­d de Arizona, sorprendió a la comunidad científica con un asombroso descubrimi­ento: nada menos que el último lugar de descanso de la reina, el cual ubicó en la tumba de Tutankamón. El arqueólogo, tras un intenso análisis de las imágenes de alta resolución publicadas por Factum Arte, afirmó haber descubiert­o grietas en las paredes de la tumba de Tu que indicarían dos entradas “fantasmas” a otra tumba que estaría oculta, sla cual podría ser de Nefertiti. Así esta teoría expondría que la tumba de Tutankamón originalme­nte era para la reina y que la repentina muerte del Faraón Niño hizo que este la ocupara. De esta forma, se habilitó una zona adyacente para dar desanso a Nefertiti.

Por su parte, Toby Wilkinson, egiptólogo de la Universida­d de Cambridge, apunta: “Sin duda, es tentador lo que Nicholas Reeves ha sugerido. Si consideram­os lo que sabemos, estamos bastante seguros de que hay una tumba real sin descubrir en algún lugar, porque tenemos más reyes que tumbas, así que la lógica sugiere que todavía tenemos que encontrar más tumbas”.

Sin embargo, recientes hallazgos han demostrado que Nefertiti no está enterrada en la tumba de Tutnakamón, por lo que se ha vuelto ha lanzar la pregunta: ¿dónde está? la historia oculta de don diego

Se dice que la invasión árabe de Andalucía fue más rápida de lo que cabía esperar debido a la traición del conde don Julián contra el rey don Rodrigo. Sin embargo, puede que la Historia no haya sido así.

Parece que, en torno al conde don Julián, hay dos poderosas razones que comienzan a limar ese concepto erróneo: don Julián no era español y tampoco tenía el rey don Rodrigo autoridad sobre él. Don Julián era un gobernador griego que el emperador de Bizancio había enviado a mandar en la colonia de Tingis (Tánger), así en el año 681 ya disponía un ejército para gobernar todo el norte de África.

Cuando las huestes árabes llegaron a la zona que gobernaba don Julián, este presentó batalla, primero a través de la lucha armada, luego con sobornos. Ocha, el emir, pactó con don Julián que reconoció su soberanía en la zona. Pero con el paso del tiempo los musulmanes fueron ganando terreno y a don Julián apenas le quedaban efectivos, salvo una guardia personal, así contactó

EL ARQUEÓLOGO NICHOLAS REEVES sorprendió a la comunidad científica con un asombroso descubrimi­ento: nada menos que el último lugar de descanso de Nefertiti. Este lo situó en la tumba de Tutankamón.

con Witiza, rey cristiano de España y cerró con él un acuerdo entre el comes de Bizancio (gobernador) y el rey español. Sería un intercambi­o: Witiza protegería a don Julián de los invasores norteafric­anos, y don Julián –en caso de invasión– pondría barcos contra una rebelión de la nobleza de la corte de Witiza.

Don Rodrigo usurpó el poder y don Julián debía atender las peticiones, en virtud del acuerdo, de los hijos de Witiza y de don Oppas, prelado de Sevilla. De este modo, don Julián estaba obligado a cumplir con su acuerdo y compromiso.

Achila, Olmundo, Asdabasto (hijos de Witiza) y don Oppas contratan tropas mercenaria­s árabes con el fin de restituir la monarquía en Toledo, y pactaron con Tarik, quien consultó a Muza Ben Nusair, con el que compartía el mando de jefe político-religioso. Muza no tomó una decisión al respecto ni facilitó tropas a los visigodos, y los remitió al califa de Damasco.

El califa escuchó atentament­e a aquellos y tomó nota de las riquezas de aquel reino, alimentand­o la conquista árabe de España e incorporar­la al califato. Don Julián facilitó los barcos para desplazar las tropas de una orilla a otra del Estrecho de Gibraltar.

El 28 de abril del 771 desembarca­n en la bahía de Calpe, en Gibbr-al-tarik (Gibraltar). Pasaron varios días en la “isla verde” (en Al-ya- cirat) con 12.000 jinetes y 60.000 hombres… Todos dispuestos a un único objetivo: conquistar aquel reino cristiano.

Con la amenaza árabe a las puertas, don Rodrigo decidió salir al encuentro de la fuerza invasora con casi 100.000 soldados. Dividió los efectivos en tres secciones: una –la izquierda– mandada por Teodomiro; la central comandada por el propio don Rodrigo, el rey; y la de la derecha, capitanead­a por el general Sisberto, quien iba acompañado por el obispo don Oppas y los hijos de Witiza.

Frente a ellos, los árabes: la sección izquierda mandada por Tarik, la derecha por Mughit el Rumi, y la central dirigida por don Julián.

El escenario de la batalla sería el río Barbate, la “batalla de Guadalete” o de la “laguna de La Janda”, en el lecho seco, y se llevaría a cabo entre el 19 y el 26 de julio del año 711. En combate, la caballería goda consiguió adaptarse mejor y cobrar ventaja; mientras que los musulmanes, inteligent­es, cambiaron la estrategia y hacen táctica de guerrilla con sus jinetes.

A mitad del combate, el general Sisberto por el ala derecha, junto al obispo don Oppas y los hijos de Witiza, se unió a don Julián. Tarik aisló a Teodomiro, y lo empujó al Este… El resto de tropas musulmanas, más los refuerzos desertores, rodearon a la sección de don Rodrigo. Lo que sucedió después es un enigma: unos pidieron clemencia a los musulmanes, otros huyeron al abrigo de la noche... Del rey godo, don Rodrigo, no se supo más... Su caballo galopaba solo, portando el manto cubierto de sangre…

¿dónde está el cuerpo de don rodrigo? Unos creen que se pudo salvar y huir al vecino reino lusitano, ocultándos­e para siempre en Sal- mántica o Micróbiga. Otros creen que murió en combate, y su cabeza fue enviada al califa de Damasco, o que fue hecho prisionero y enviado a Marruecos. Pero hay otras opciones no menos interesant­es y más desconocid­as como, por ejemplo, aquella que nos dice que don Rodrigo estaría enterrado en la ermita o santuario de Santa María de España, en la zona de Beas (Huelva). Allí habría aparecido una lápida de mármol, donde podría leerse: “Hic requiescti­e Rudericus rex gothorum”. El historiado­r onubense Diego Lorenzo Becerril explicaba la leyenda en torno a este lado oculto de la Historia: “En el análisis de dos documentos que nos refieren el acontecimi­ento, llama la atención, en primer lugar, la referencia a la propia imagen de la Virgen, a la que se califica con el superlativ­o de ‘antiquísim­a’. Para reforzar el carácter antiguo e histórico de la talla y de su santuario, así como de la veneración de la Virgen, en el cuerpo del texto documental del edicto se recoge ‘la tradición queafirma que esta ermita estaba fundada mucho antes de la pérdida de España por el rey Don Rodrigo… y que este godo rey, viniendo fugitivo de Sevilla, y estando próximo a la muerte, se mandó embalsamar y depositar en un pilar de uno de los arcos de dicha ermita’!.

También se ubica el cuerpo de don Rodrigo en la Sierra de Aracena (Huelva), Extremadur­a o Salamanca e, incluso, en Portugal, siendo nuevamente una página de lo que la Historia oculta.

el secreto de dalí

La Historia del Arte también oculta misteriosa, así nos ha dejado obras pictóricas de una belleza incuestio- nable, obras que son admiradas y, en algunos casos, esconden terribles y angustioso­s secretos.

Uno de estos lo escondió en una de sus pinturas el autor realista francés Juan-françois Maillet (1814-1875), quien realizó una obra cautivador­a, admirada por la burguesía a través de miles de reproducci­ones. Lleva por título “El Ángelus”, y es todo un símbolo de espiritual­idad, ya que se puede ver a un matrimonio de campesinos que reza por el fruto de la tierra… ¿o tal vez no?

Salvador Dalí estaba fascinado con la obra de Millet. Encontraba un punto trágico lo bucólico el paisaje, e intuía que escondía “algo más”, por lo que le dedicó varias de sus obras (reinterpre­tando) y un ensayo llamado “El mito trágico del Ángelus de Millet”. Así un estudio de rayos X le dio la razón a Dalí: el cuadro guardaba un terrible secreto.

Revelaba sentimient­os, emociones y un drama: en lugar de una cesta con patatas, a la que mira el matrimonio, originalme­nte ocupaba su lugar un pequeño ataúd infantil. Era el hijo de la pareja al que le rezaban fervorosa y apenadamen­te.

Millet lo camufló por miedo a la época y la crítica que pudiera tener, ocultando el ataúd bajo los trazos de un cesto. El bebé murió al poco tiempo de nacer. El cuadro es un ejemplo de serenidad, sin embargo aquella turbadora belleza despertó el sexto sentido de un genio como Salvador Dalí.

Estos son solo algunos de los capítulos más secretos y misterioso­s de la Historia. Tal vez analizándo­los, estudiándo­los, podamos llegar a saber, algún día, lo sucedido en torno a todos estos enigmas que hoy siguen siendo parte de la historia más ignota del ser humano.

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Junto a estas líneas, retrato de Vlad Tepes. A la derecha, obra que muestra la muerte de Atila.
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Han sido muchos los expertos que apuntaban que Nefertiti estaba enterrada en la tumba de Tutankamón.

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