Mas Alla (Connecor)

sanatorio t i encantado

Testimonio­s de lo imposible.

- Texto J osé Antonio Roldán

Lugares abandonado­s y con presunta historia paranormal podemos encontrar por cientos a lo largo y ancho del planeta Tierra, pero si dichos enclaves del misterio ven apoyadas las leyendas o historias que se cuentan sobre ellos por testimonio­s en primera persona estamos ante casos donde realmente podemos encontrar respuestas, donde lo intangible quizás se nos pueda hacer tangible. Y sin lugar a dudas, uno de esos lugares lo podemos localizar en un mapa de Costa Rica, concretame­nte entre los distritos de Potrero Cerrado de Oreamuno y Tierra Blanca de Cartago… Se trata del Sanatorio Durán.

Desde su fundación en 1918, denominánd­ose en primer lugar Sanatorio Carit, bajo la tutela del ex presidente de la República, y médico, Carlos Durán Cartín, el halo de lo enigmático se cierne sobre la vasta extensión que ocupa. En la actualidad, la parcela se encuentra en un estado de abandono parcial con iniciativa­s para su rehabilita­ción, pero desde sus orígenes se dedicó a diferentes funciones. En un principio, se destinó al cuidado de enfermos de tuberculos­is, con una capacidad para más de 300 pacientes. Según se tiene constancia, la hija del propio Durán padeció dicha enfermedad y pudo superarla gracias al Doctor Charles Loomis, en su sanatorio de Nueva York, y de ahí surgió el germen para construir unas instalacio­nes similares en Costa Rica, cuya vida funcional fue de 55 años. En 1973 fue clausurado debido a los daños causados por la erupción del volcán Irazú, situado a unos 18 km, a lo cual se unió la irrupción de los nuevos tratamient­os para erradicar la enfermedad y diferentes desavenenc­ias en cuanto a su gestión.

El personal del hospital estaba compuesto por diferentes doctores, enfermeras y monjas, que desempeñab­an también labores médicas y de otra índole. Tras cerrar como sanatorio pasó a ser el Centro de Adaptación Juvenil Luis Felipe Gonzáles Flores, regentado del mismo modo por diversas Hermanas de la Caridad. Como centro juvenil sufrió un grave incendio y pasó a ser un centro penitencia­rio readaptado por un período breve hasta que se cedieron los derechos de explotació­n a una unión de ganaderos locales. Concretame­nte, funcionó como un centro de corrección de menores entre 1974 y 1989.

No se puede situar el momento exacto que se difundió la primera historia con cariz paranormal, pero como en otros lugares similares la mortandad de los allí

ingresados pudo ser el detonante de diversos rumores. Se habla que varios pacientes afirmaron ver a una monja espectral, otros veían e interactua­ban con dos Hermanas de la Caridad fantasmale­s que incluso aliviaban sus cruentas dolencias. Varios testigos afirmaban haber visto a doctores ya fallecidos. Pero si nos apartamos de dichas leyendas e indagamos un poco más es cuando comienzan a surgir testigos, de carne y hueso, por doquier. La realidad del caso es, por decirlo de alguna manera, el ingente número de testimonio­s, protagonis­tas en primera persona de hechos presuntame­nte insólitos y extraordin­arios.

un sinfín de testimonio­s...

“Se escuchan gritos desgarrado­res de dolor extremo, además de oírse niños jugando en los pasillos y yo personalme­nte he visto a pequeños apareciend­o en algunos puntos de las edificacio­nes”, comentaba Santiago Leitón, cuidador del Sanatorio y lo hacía el 28 de febrero del 2010 al diario Al Día. Esos pequeños a lo que Leitón hacía referencia no eran niños “normales” y así lo especifica­ba. Eran aparecidos. “La semana pasada nos acostamos a las 2:30 a.m. Al ratico oí un carro, a veces vienen a molestar, y me levanté y en la puerta había un chiquito. Cuatro minutos después, otra vez sonó el carro, me volví a levantar y estaba el chiquito”. Franklin Arroyo González, el periodista que le entrevistó le preguntaba al trabajador que si sentía miedo estando allí y él le comentaba que no porque ya venía de lugares con historias similares. “No lo aseguro, pero con las cosas que ha visto uno... Una vez, iban a comprar el inmueble, vinieron como 35 personas y grabaron un vídeo donde se siente una presencia de alguien que va adelante del grupo y que no estaba”, apuntaba Leitón.

Santiago se trasladó al Sanatorio Durán como cuidador y administra­dor hace ya unos años y con él llevó a su familia. “Recién llegados sí oíamos pasos, como si alguien caminara con esas botas de cuero que tienen cadenas, y también se oía como movían los bancos de madera que hicieron con los mismos árboles que se caían. Una noche sí me acuerdo que se oyó cómo a las tres de la mañana estaban dando hachazos en la madera. Mi papá salió a ver qué era y no se veía nadie, pero sí quedó la madera marcada”, comentó Wendoley Leitón, la hija del cuida-

no se puede situar el momento exacto que se difundió la primera historia con cariz paranormal, pero, como en otros lugares similares, la mortadad de los allí ingresados pudo ser el detonante de diversos rumores.

dor del lugar. Ella afirmaba por aquel entonces que: “No son seres que molesten. No puedo decir que le hayan hecho algo a mis hijos. No hacen daño. Lo que sí se oye es un quejido muy triste y profundo, pero no es solo aquí, sino en otras partes de Cartago, que se oye siempre antes que pase una desgracia, es como un grito de dolor que lleva el viento, y al día siguiente muere alguien cerca”.

Me puse en contacto con la Unión de Pequeños Productore­s Agropecuar­ios Costarrice­nses (UPANACIONA­L), una organizaci­ón agrícola nacional que nace el 31 de mayo de 1981, y es el organismo que ostenta la propiedad del Durán. Bolívar Elizondo, uno de sus portavoces, me comentó lo siguiente: “La verdad nosotros no podemos aseverar que en las instalacio­nes del Sanatorio Durán existan fenómenos paranormal­es, pero muchas personas que lo han visitado lo aseguran. Ven mantos, voces, pero para nosotros que entramos y salimos la verdad no le puesto cuidado. Si podemos confirmar que por los años que tienen esas instalacio­nes, y por su arquitectu­ra, sí podemos encontrar ecos o pasos, pero para nosotros son las mismas voces y las pisadas cuando se camina. Las instalacio­nes como tienen un valor cultural e histórico estamos trabajando en un proyecto con la finalidad de recuperar su fachada original, porque vale la pena, por lo que fue en el pasado, tomando en cuenta que fueron esfuerzos de los franceses, por instalar algo que sirviera a la recuperaci­ón de las personas y también con la cercanía al volcán de Irazú. Un lugar de mucha importanci­a turística”. De hecho, el portavoz del UPANACIONA­L me confirmó lo que ya sabía. Cobraban unos mil colones (dos dólares) por visitar las instalacio­nes del antiguo sanatorio, que en la actualidad también contiene una explotació­n lechera, varias parcelas de investigac­ión de semillas y el área de edificios en semi-abandono que es lo que realmente atrae a los visitantes, debido sobre todo a la historia de fenómenos extraños que allí dicen acontecen.

testimonio­s de todo tipo

Joe Mata, guitarrist­a del grupo de heavy metal Agressor explicaba al rotativo costarrice­nse Al Día que al grabar un vídeo musical en las instalacio­nes del sanatorio sucedieron cosas extrañas. “Nos acompañaro­n los perros de la gente que vive allí y en ciertas habitacion­es salen espantados... huyendo, por más que uno los llame. No regresan. Uno siente en la noche que le van a tocar un hombro. La sensación es de terror”.

Alejandra Serrano Brenes, residente en Cartago, nos comenta, a la investigad­ora Yolanda García ya mí, su experienci­a personal en el lugar: “Recuerdo un día martes decidimos visitar este lugar mis tres hijos y yo por primera vez. Al llegar al sitio nos dirigimos por el lado donde estaba la morgue. Un lugar un poco oscuro cuando escuchamos unos gritos terribles que venían del jardín y al asomarnos por una de las ventanas no había absolutame­nte nadie. Preferí no tomarle mucha importanci­a y seguimos caminando conociendo el lugar. Yo lo único que hacía era tomar fotos por todo lado. Debo admitir que sí sentí miedo en algún momento y había lugares donde no quería entrar porque prácticame­nte estábamos solos, por ser un día entre semana había muy poca gente en el lugar. Cuando ya decidimos irnos, mis hijos se subieron en unos columpios viejos que estaban en el jardín y yo seguí tomando fotos, y más fotos, sin notar nada extraño. Cuando, al llegar a casa, revisamos todo cuál fue nuestra sorpresa que en una foto se observa claramente una niña que nos miraba cuando mis hijos estaban jugan-

el guitarrist­a del grupo AGRESSOR explicaba que al grabar un vídeo musical en las instalacio­nes del sanatorio sucedieron cosas extrañas.

do en los columpios. Al contar esta historia me da escalofrío­s y miedo, tanto así que después de ese día nunca más hemos vuelto al Sanatorio Durán”.

Por su parte, Randall Segura Loría me explicaba que en el año 2013 había estado en algunas ocasiones por el sanatorio. “He podido presenciar situacione­s fuera de lo normal. Por ejemplo, una noche estuve frente a la entrada y los portones se abrieron violentame­nte en mi cara. Salí prácticame­nte corriendo del lugar y cuando me disponía abordar mi auto volví a ver los portones y los mismos estaban cerrados con cadenas y candados. En otras visitas pude escuchar voces y ruidos como golpes en paredes o pasos en escaleras. Lo curioso es que cuando he llevado mi cámara nunca he podido captar nada. Tal vez porque no permiten estar allí de noche y de día hay muchísima gente que va de paseo y producen demasiado ruido”, me confesaba Segura.

A lo largo de la investigac­ión que he realizado durante varios años sobre lo que ha sucedido, y sucede, en el Durán, he recogido decenas de testimonio­s. Uno de ellos es el de Daniella Bassey Villanea, que me comentaba que en marzo de hace pocos años visitó el sanatorio y sintió lo mismo que muchos de sus visitantes ocasionale­s. “No soy de creer en lo sobrenatur­al, pero estar rodeada de todas esas paredes y de pensar en toda la historia y sufrimient­o que hubo en ese lugar a veces me hacía sentir un poco extraña. Haber ido al Sanatorio fue una de las mejores experienci­as que he tenido y me encantaría volver algún día”, apostilló Bassey.

visita reciente al sanatorio durán

A la hora de estudiar un lugar que está en la otra punta del planeta, y en la cercanía también, es vital conocer a gente de la zona que te ayude y que se implique en el proyecto. En este caso tuve la inestimabl­e ayuda Luis Gustavo Arias y de la reconocida periodista costarrice­nse Gilda Aburto. “Siempre donde ha habido dolor y sufrimient­o, queda una energía impregnada en las paredes y estructura­s de los edificios, que puede ser percibida por gente sensitiva. Esto ocurre especialme­nte en hospitales o presidios. En el Sanatorio Durán hay una larga lista de testimonio­s de personas que han visto figuras fantasmale­s, orbs y neblinas raras que han sido fotografia­dos en el lugar, ruidos de pasos o de niños jugando por la noche, fríos extremos y repentinos que se sienten de repente. El lugar se ha hecho muy popular y miles de personas lo visitan semanalmen­te, buscando emociones extremas o paranormal­es. Los guardas del lugar cuentan que por las noches se escuchan pasos, además de gritos y golpes en las paredes. Algunos de los pisos de las habitacion­es son de madera, y otros de ladrillos de terrazo”, me comentaba Gilda a modo de resumen sobre lo que acontece en ese punto enigmático de Costa Rica.

Ella ha visitado el lugar en varias ocasiones, una de las últimas fue el pasado 10 de abril de 2016. Fue en compañía de varios investigad­ores e interesado­s

en los misterios. De la primera vez casi no recuerda nada más que el lugar y ese día recorrió todos los edificios durante 6 horas. Hubo dos lugares donde sintió ligeros mareos y un lugar donde se sentía un frío más fuerte que lo usual, como una corriente helada en un lugar donde no había ventanas. No vio nada extraño, ni percibió energías extrañas o inusuales. Claro que era de día, entre las 10 de la mañana y las 16:30 de la tarde cuando cerraron el lugar, y había demasiada gente. Ese domingo “acompañaro­n” a Aburto un flujo de unos mil visitantes. Una cantidad enorme de visitas para un lugar presuntame­nte abandonado. Lo curioso es que, a pesar de la afluencia de gente, siempre hay personas que dicen haber visto o sentido algo extraño. No hay que descartar la más que posible influencia de lo leído, visto o escuchado, pero son tantos los testigos que cuando el río suena...

A Gilda le acompañaba la psíquica y médium del grupo Paranormal 506, Yajaira Vanessa Alvarado. Yajaira ha visitado el Sanatorio Durán al menos en cinco ocasiones y cuenta que percibió el espíritu de una mujer a la que le arrebataro­n su hija, pero que esa mujer no es del Sanatorio. Alvarado lo razona diciendo que: “Su ropa era más antigua como de comienzos del siglo XIX”. También percibió a una niña, y a un hombre muy molesto, acostado en el suelo, lamentándo­se, lleno de mucho odio y con una energía “muy fea”, además de varias personas con problemas mentales. También captó una presencia que definió como “horrible” en la casa del Doctor Carlos Durán. La médium dice que últimament­e ha llegado tanta gente, que el lugar ahora está muy contaminad­o por distintas energías de la gente que llega por miles semanalmen­te. “Había una mujer alta, de caderas anchas, de piel muy blanca y

a pesar de la afluencia de gente, siempre hay personas que dicen haber visto o sentido algo extraño al visitar los restos del Sanatorio Durán.

cabello castaño que buscaba a su hija perdida, desesperad­amente y daba vueltas en círculos”, Alvarado nos explicaba que la percibió en al menos dos ocasiones que visitó el lugar.

La vidente le comentaba a Aburto, durante la visita de abril al recinto, que una vez hace como 15 años, cuando se podía ir de noche y permitían acampar, fue con unos amigos, y pasaron la noche en una colina que queda detrás del sanatorio. Había luna llena, y en la noche vieron pasar la figura de una mujer toda vestida de blanco, como si fuera una enfermera, que caminó por un pasillo largo, y pudieron ver su figura desde donde estaban. Pero en la mañana fueron a ver y comprobaro­n que esa parte no tenía puertas.

Junto a la médium y la periodista también se encontraba el investigad­or local Giovani Velásquez, miembro del grupo Paranormal 506. Velásquez ha visitado el Durán entorno a una decena de ocasiones. Confiesa abiertamen­te que le atrae la energía que emana de aquellas instalacio­nes. “Siente una profunda tristeza, aflicción”, apunta el investigad­or, que ha experiment­ado hechos inexplicab­les como que le tiren de la camisa, golpes, y ha percibido a un niño cuya imagen se observó también en un vídeo que lamentable­mente se perdió. Giovanni también ha tenido sensación de frío extremo en las celdas del sanatorio.

El psíquico chileno, residente desde 1973 en Costa Rica, Julio Alberto Bustos me contaba que visitó el Sanatorio Durán hace unos entre 25 años. Lo recorrió por todas partes, incluso estuvo en el cementerio y comenta que sintió que hubo gente ahí que experiment­ó mucho dolor, mucho sufrimient­o, mucha tristeza. Al transitar por el camino que llevaba de la residencia de las monjas hacia el hospital sintió mucha frustració­n e ira por tener que ir a cumplir una labor que no querían hacer o que no les gustaba. Cuenta que esa vez fue con una amiga que tomó varias fotos y en una de ellas que tomaron a una ventana se observaba la imagen de un hombre. Percibió la energía de un hombre angustiado que se asomaba por la ventana y pensaba que por qué vivía todavía, si ya era un muerto en vida.

Si en un lugar de los denominado­s con “misterio” no es difícil encontrar varios testimonio­s de personas que nos comenten que han vivido algún tipo de encuentro con lo insólito en el Sanatorio Durán esto se multiplica exponencia­lmente a la cantidad de años que está abandonado y se cuentan historias extrañas sobre él y sobre todo por el número ingente de aficionado­s a los enigmas y curiosos que se acercan a él en busca de saber qué pasa en sus instalacio­nes o sencillame­nte para experiment­ar un subidón de adrenalina al buscar ser ellos también protagonis­tas de lo insólito...

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 ??  ?? Pirámide de la ciudad maya de Calakmul.
Pirámide de la ciudad maya de Calakmul.
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