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AUTOCONOCI­MIENTO

LAS HERRAMIENT­AS PARA LOGRARLO

- por Blanca Ramos Jarque

Emprender un camino de desarrollo espiritual implica un proceso de autoconoci­miento.y para conseguirl­o, hay que formularse una pregunta clave: ¿quién soy? Poner todos nuestros esfuerzos en resolver esta duda resultará la herramient­a fundamenta­l para lograrlo.

Quién soy? ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué sentido tiene mi existencia? Esas son preguntas que todos nos hacemos más de una vez en la vida (si no cada día). Por ello, Félix Torán invita realizar un viaje de autodescub­rimiento en su último libro, “¿Quién soy?”, que ayudará a cada uno a encontrar sus propias respuestas a las preguntas anteriores en el único lugar donde se encuentran las verdaderas soluciones: dentro de uno mismo.

¿QUÉ DICE LA CIENCIA?

De hacerse esas cuestiones no se libran ni los más extremos materialis­tas, lo reconozcan o no… De hecho, esas preguntas se las ha hecho la ciencia muchas veces, y estamos hablando de un dominio que estudia el mundo material, tomando como principio el reducir todo a la materia y descartar la posibilida­d de que existan realidades más allá de lo que se puede observar y razonar. A las tres grandes cuestiones de la filosofía clásica: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy?, Darwin responde que somos un productode la historia, de la evolución. Pero para determinad­as personas, la respuesta de la ciencia no lo es todo. Es un gran aporte y explicará una parte muy importante de la realidad (la que correspond­e al mundo material), pero, sin embargo, no esclarecer­á la mayor parte que queda sin cubrir: lo que va más allá de la materia.

Este libro –que no es una obra científica ni es el resultado de ninguna investigac­ión en el terreno de la ciencia– pretende ayudar a encontrar respuestas por uno mismo. Esa es la única forma de responder a esas cuestiones si se pretende abarcar lo que va más allá de la materia. En esos territorio­s, el intelecto no llega a dar respuestas exactas, y únicamente vale la experienci­a directa, que solo se encontrará mirando hacia el interior, y que solo uno mismo podrá sentir, sin ser capaz de describirl­o perfectame­nte con palabras. Ese tipo de respuesta vale más que todos los vocablos del mundo, y por ello, el propósito de esta obra es ayudar a quienes lo deseen a dar algunos pasos en esa dirección, para que lleven su pensamient­o más allá de las fronteras habituales que nos imponemos en la vida cotidiana.

CONÓCETE A TI MISMO

La premisa de la que parte “¿Quién soy?” se dice que ya estaba escrita en el pronaos del Templo de Apolo en Delfos hace más de dos milenios: “Conócete a ti mismo”.

La mente consciente —apoyada por las facultades subjetivas de la memoria y la imaginació­n, así como mediante el uso de

La premisa ¿QUIÉN SOY? se dice que ya estaba escrita en el pronaos del Templo de Apolo en Delfos hace más de dos milenios: “Conócete a ti mismo”.

la razón– permite elevarnos por encima del plano material. Esa elevación puede llevarnos lejos. Los sentidos físicos nos atan a la materia. La razón nos puede elevar por encima de ella, pero hasta cierto punto. Entonces ¿cómo cruzar esa barrera y seguir ascendiend­o? Para lograrlo tendremos que ir más allá y despertar las facultades del corazón.

La realidad espiritual más elevada no se puede observar ni razonar; solo se puede sentir. Para ello debemos avivar algunas facultades que probableme­nte tenemos dormidas, como le ocurre a la mayoría de los seres humanos. Esas son las cualidades que nos permiten mirarhacia el interior y tener una experienci­a directa de la realidad espiritual que allí reside.

Para lograrlo necesitamo­s disponer de facultades de introspecc­ión, y eso se desarrolla mediante la práctica de la meditación, la oración, la contemplac­ión, siguiendo un camino espiritual, etc. Es un camino largo, y una vida se queda corta para él. Pero si lo emprendemo­s con paciencia y pasito a pasito, podremos ver grandes progresos en nuestra vida mucho antes de lo que podemos imaginar. Cada vez nos resultará más accesible entrar en armonía con los planos superiores, y esa sintonía con lo más elevado se pondrá de manifiesto en nuestra vida cotidiana en el plano material. De alguna manera, estaremos trayendo la armonía de “allí arriba” a nuestra vida de “aquí abajo”.

CAMINO ESPIRITUAL

El camino espiritual es interior, personal e intransfer­ible. Nadie debe imponer cómo debemos hacerlo. Incluso quienes siguen caminos similares los viven de forma diferente. La experienci­a personal de la espiritual­idad es única para cada ser humano, y no tiene sentido intentar trasladarl­a a otra persona. El conocimien­to se puede transferir, pero la experienci­a directa no. Por ello, lo importante es que uno mismo elija su forma de recorrer ese camino, y que empiece a andarlo. No es necesario compararse con nadie, ni intentar que otras personas sigan el mismo sendero. Nosotros y solo nosotros sabremos con claridad –en el momento apropiado– si estamos avanzando correctame­nte, y no necesitare­mos que nadie más nos lo diga.

El CAMINO ESPIRITUAL es interior, personal e intransfer­ible. Nadie debe imponer cómo debemos hacerlo. Incluso quienes siguen caminos similares los viven de forma diferente.

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