Mas Alla (Connecor)

Dile adiós al azúcar

Descubre cómo aprender a vivir sin este alimento.

- por Blanca Ramos Jarque

El azúcar está presente en tantos productos de supermerca­do que hay una manera muy sencilla de reducir la cantidad de azúcar en la dieta: evitar consumir toda la comida procesada. Claro que sencillo no significa fácil. Al menos, elimina los peores productos y prohíbeles la entrada en tu carrito de la compra. Una vez que te acostumbre­s a hacerlo, solo tardarás unos segundos en leer las etiquetas de los envases y recuperará­s la sensación de control ( o casi).

LEER LAS ETIQUETAS DE LOS ENVASES

Si coges una lata o un paquete de un producto de alimentaci­ón y lees los azúcares que aparecen en la etiqueta, en los ingredient­es, te darás cuenta de que nuestro plan perfecto es ligerament­e imperfecto. La ley no obliga a los fabricante­s de comida a especifica­r el tipo de azúcar que contienen sus productos. Así, lo único que podemos usar como guía es la cifra que aparece bajo “hidratos de carbono ( de los cuales, azúcares)”. Esto significa que cuando una etiqueta dice “azúcares”, se puede estar refiriendo a cualquier tipo de azúcar: desde los que se incluyen de forma natural ( en la leche y en la fruta) a todos los añadidos. Queda clarísimo, ¿verdad? Por eso, quizá sea buena idea pasar al plan B y estudiar las listas de ingredient­es en busca de villanos ocultos. Para que un producto se considere bajo en azúcar, ha de contener menos de cinco gramos de azúcar por cada cien gramos. Si contiene más de quince gramos por cada cien, se considera que es alto en azúcar. Recuerda: la Organizaci­ón Mundial de la Salud recomienda que los adultos consuman un máximo de seis cucharadit­as de azúcar diarias.

LA EXCEPCIÓN: LOS LÁCTEOS

Justo cuando pensabas que empezabas a tenerlo claro, resulta que hay una anomalía que debes conocer: si miras la etiqueta de los ingredient­es de la leche entera ( de vaca, de cabra o de oveja), verás que contiene 4,7 gramos de azúcar por cien mililitros. Si te encanta la leche y acabas de hacer los cálculos, quizá te haya dado un soponcio: un litro de leche contiene más de once cucharadit­as de azúcar. Sin embargo, el azúcar de la leche es lactosa, un azúcar natural. En el cuerpo, la lactosa se descompone en glucosa y en galactosa. Por lo tanto, la leche no contiene fructosa. Esto significa que cuando calcules la cantidad de azúcar que contiene una bebida láctea,

La Organizaci­ón Mundial de la Salud recomienda que los adultos consumaos un máximo de seis cucharadit­as de AZÚCAR al día.

El AZÚCAR está presente en tantos productos de supermerca­do que hay una manera muy sencilla de reducir la cantidad de azúcar en la dieta: evitar consumir toda la comida procesada.

puedes omitir los primeros 4,7 gramos de azúcar por cien mililitros. Y puedes asumir que cualquier cantidad por encima de 4,7 gramos son azúcares añadidos. Por ejemplo, si el batido de chocolate preferido de tu hijo contiene trece gramos de azúcar por cien mililitros, sabrás que han añadido 8,3 gramos de azúcar por cada cien mililitros ( 13 g - 4,7 g de lactosa = 8,3 g). Para convertirl­o en cucharadit­as, divide 8,3 entre 4,2 y sabrás que la bebida contiene 1,9 cucharadit­as de azúcares añadidos.

Otros productos lácteos, como el queso, la nata, la mantequill­a y el yogur, contienen distintas cantidades de lactosa en función de los procesos de elaboració­n. Los quesos curados y la mantequill­a son los que contienen menos lactosa.

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