EL NUEVO LIBRO DE JAVIER REVERTE ES UN RELATO A MEDIO CAMINO ENTRE EL DIARIO Y EL ENSAYO LITERARIO, BAÑADO POR LA MARAVILLOSA LUZ DEL MEDITERRÁNEO ITALIANO.
En este nuevo relato viajero, el escritor Javier Reverte ha seguido un camino que nos lleva a las ciudades de Venecia y Trieste y que concluye con un recorrido por la isla de Sicilia. Y no solo nos aproxima a la historia de los lugares que visita, sino que lo hace de la mano de cuatro escritores que habitaron en esos escenarios y que escribieron sobre ellos: Thomas Mann, James Joyce, Rainer Maria Rilke y Giuseppe de Lampedusa, cuatro autores geniales que retrataron con crudeza, o con humor desgarrado, o amargura, o ensoñación, o nostalgia, una época trágica y luminosa de la peripecia humana.
Crónica de viajes y ensayo literario al mismo tiempo, Suite italiana es un libro singular, de una deslumbrante rareza, en el que resuenan los ecos de grandes batallas junto a poemas de hondo lirismo, en donde se huelen aromas de melancolía y se escuchan risas sonoras, al mismo tiempo que late la más profunda de las preocupaciones del hombre: el sentido de la vida y de la muerte.
EN PRIMERA PERSONA
“Sospecho que los novelistas y poetas, en contadas ocasiones, han amado tanto la literatura, y l a han necesitado de tal manera, como en esos días no muy lejanos en que la fe en la Humanidad se vio sumida en el desconcierto, empujada por el cañoneo demoledor de las dos terribles guerras mundiales. Ellos intentaron salvar el anhelo de belleza mientras la Historia se mecía en brazos de la muerte y anegaba de sangre las trincheras de Europa. Este libro trata de escritores, pero también de viajes, pues me apasiona seguir las huellas de las grandes obras y de sus autores. Trata de artistas que lucharon por descorrer las cortinas de la existencia humana, adentrándose en lo desconocido; y de caminos bajo los pies que me llevaron a los lugares en donde crecieron sus biografías y nacieron sus logros.
Mientras hablo sobre ello y recuerdo esas creaciones y esos vagabundeos, suenan tambores de nostalgia en mi corazón. Por lo leído y lo andado”.
Tras estudiar a los japoneses centenarios para su libro El método japonés para vivir 100 años, Junko Takahashi se lanzó a experimentar las principales artes tradicionales de su país, recorriendo el camino que significa.
Mientras escribía su nueva obra, Dō. El camino japonés de
la felicidad, Takahashi sintió el peso de la larga historia y las numerosas generaciones que han traspasado las artes japonesas. Pero también le asombró la profundidad de estas culturas que se han formado en cientos de años, además del esfuerzo y la responsabilidad que asumieron los sucesores de cada disciplina. “Por encima de esa presión estaba el sentimiento de querer compartir las experiencias que he vivido y los conocimientos que he adquirido. Los maestros y muchas personas más sabias que yo me ayudaron inmensamente”, confiesa en las páginas.
No en vano, las artes tradicionales japonesas han conservado sus raíces sin dejar de evolucionar durante 700 años. Y, tal y como explica Junko Takahashi, en este largo tiempo numerosas personas se han dedicado a ellas. No solo l os i emoto ( maestros principales) de las diversas escuelas y sus practicantes, sino también los artesanos que han fabricado o cultivado los instrumentos, los utensilios y los materiales – como las flores, el té y los dulces– aplicando unas técnicas que se han transmitido de generación en generación durante siglos. La producción de chasen, los batidores de bambú para el té, es un buen ejemplo. Los chasen tienen entre 80 y 120
“EN J APÓN, EL CAMINO DE LAS ARTES TRADICIONALES nos lleva a la paz interior y es un aprendizaje que siempre enriquece la personalidad de quien lo practica”.