El peligroso trabajo de ser EMPERADOR ROMANO
¿Quién no querría ser emperador en la Antigua Roma? Antes de contestar seguramente merecería la pena sopesar los datos que un especialista en análisis de riesgo de Georgia Tech, los cuales indican que era más probable que un gladiador sobreviviera a un combate a que el emperador evitara finalizar su trayectoria en el trono con una muerte violenta.
No en vano, al analizar el tiempo que pasó desde que esos gobernantes fueron coronados hasta llegar a su aparentemente azaroso fallecimiento, los resultados muestran que los emperadores enfrentaron un riesgo significativamente alto de muerte violenta en el primer año de su reinado. Y el riesgo aumentaba aún más después de 12 años en el cargo, mostrando incluso algún de estructura subyacente a la aleatoriedad.
“Las probabilidades de supervivencia para un emperador romano eran más o menos equivalentes a jugar a la ruleta rusa con un revólver de seis cámaras, en el que el participante coloca no una sino hasta cuatro balas en el cilindro”, escribe el autor del estudio.
De los 69 gobernantes del Imperio Romano unificado, entre César Augusto (que gobernó desde el año 27 a.c. hasta su muerte, en el 14 d. C.) y Teodosio (que falleció en el 13 de enero del 395 después de Cristo), el 62% sufrió una muerte violenta, según detalla el profesor Joseph Homer Saleh, del Georgia Institute of Technology, en un estudio publicado en la revista Palgrave Communications .