¿PELÍCULA MALDITA?
Joseph B. Rhine,
a quien se le reconoce el mérito de haber encauzado el primer intento por investigar los pretendidos fenómenos paranormales – aunque revisiones posteriores evidenciaran fallos metodológicos–, ofreció un diagnóstico sobre el supuesto caso de “posesión” que, años más tarde, sería llevado a la gran pantalla.
En la carta que remitió al padre Schulze, Rhine sugiere que la explicación más plausible es que toda la fenomenología de poltergeist fuera generada por la acción del propio adolescente inducido a creer que era víctima de fuerzas demoníacas
Aunque a Rhine no le fue posible investigar personalmente el caso – solo conoció al adolescente después de que las sesiones de exorcismo hubieran aplacado la presunta fenomenología paranormal–, su diagnóstico no estaba mal encaminado: una revisión posterior de la presunta “posesión” puede explicarse perfectamente sin necesidad de atribuirse a manifestaciones sobrenaturales.
Fue el periodista
(1962) quien, en 1998, descubriera toda la verdad con respecto al caso que inspirara la película de Detrás de los pseudónimos de
Mark Opsasnick Roland Doe, Robbie Manheim, John Hoffman Douglas Deene,
o se ocultaba el verdadero nombre de su protagonista: nacido el 1 de junio de 1935 y que, desde los cuatro años, residía Cottage City – y no en Mount Rainier–, pequeña loca
Ronald Edwin Hunkeler,