EMOCIONES, MUERTE
–A través de los personajes del libro retratas personalidades muy diferentes con las que cada lector puede sentirse identificado. ¿Cómo describirías a cada uno de los personajes y qué papel juegan cada uno de ellos en la vida de la protagonista, Sophie?
–Al final todos tenemos una mezcla de cualidades, de ahí que caigamos a menudo en las contradicciones, y creo que es fácil encontrar detalles propios en cada personaje. En este caso hay dos protagonistas masculinos: Koen y Simon. El primero es introvertido y callado, bastante reservado pero dulce en las distancias cortas. El segundo es amable, considerado y empático. Para Sophie cada uno simboliza algo diferente; Simon es sencillo y un pilar donde sostenerse; Koen tiene más aristas, pero siempre está dispuesto a tenderle la mano.
–En el libro Sophie protagoniza un cambio radical de su personalidad. ¿A qué se debe esta transformación? ¿Cuáles son las claves del desarrollo personal de Sophie?
–Sophie tenía su vida perfectamente planificada cuando sufre un golpe inesperado: la pérdida de su marido. Era inevitable que la protagonista sufriese una evolución a lo largo del libro y empezase a cuestionarse todas esas cosas que diariamente daba por sentadas. Y preguntarse cosas siempre implica estar preparada para afrontar respuestas que hasta entonces no habíamos buscado. A raíz de ahí, Sophie debe aprender a caminar sola.
MUERTE Y DUELO
–¿Estamos preparados para aceptar la muerte? ¿Cuáles son las fases de duelo por las que atraviesa Sophie y cómo las consigue superar?
– No estamos preparados. Nos cuesta hablar de aquello que duele, somos menos reacios a la hora de compartir las buenas noticias. Es un problema educativo. Por eso, no siempre tenemos las herramientas necesarias para afrontar el duelo. Sophie atraviesa varias fases a lo largo de la novela, desde el shock inicial hasta la paulatina aceptación. En ocasiones, no pasa nada por dar dos pasos hacia delante y uno hacia atrás. Es natural.
–¿Crees en el destino? ¿Crees que estamos destinados a encontrar a determinadas personas a lo largo de nuestras vidas?
–No creo en el destino de una forma mágica, pero sí me planteo a veces cosas sobre la “energía” de la gente. Pienso que es algo determinante a la hora de que dos personas se atraigan, no solo en lo referente a una relación amorosa, sino también en concepto de amistad.
– Cómo describirías a la Sophie “con grietas” resultante tras su desarrollo vital. ¿Consigue sus alas?
–Las alas siempre las tuvo, todos las tenemos, pero a veces las llevamos plegadas en la espalda y no sabemos cómo alzar el vuelo. La idea de aprender a vivir con grietas me parece interesante. No tenemos que superarlo todo y dejarlo atrás, a veces arrastramos cicatrices y está bien, es humano, lo complicado es seguir avanzando con ellas.
–Por otro lado, en tu libro también abres una pequeña ventana a la importancia de la educación en el respeto de los animales, al reciclaje y a la vida sostenible. ¿Crees que son asignaturas pendientes aún en la actualidad?
–Sí, pensé que sería interesante meter un guiño en los cuentos infantiles que Sophie edita en la editorial. Creo que la educación es la base de cualquier sociedad. Si desde bien pequeños nos enseñan a ser respetuosos con lo que nos rodea, hay muchas más probabilidades de que mantengamos esa idea cuando seamos adultos.
–¿Qué son para usted las emociones? ¿Qué importancia cree que tienen en nuestras vidas?
– Las emociones son el esqueleto de la vida. Sin ellas, nada tiene sentido.