Antes de cortarte el pelo, lee esto
Te sientas en el sillón de la barbería y no sabes muy bien lo que quieres. O peor todavía: no sabes cómo expresarlo. Aquí te traemos el remedio para estas fiestas.
Imagina que acabas de mudarte a una ciudad. O que tu barbero habitual se ha jubilado. O que estás de viaje y necesitas urgentemente un corte de pelo. O que simplemente te apetece mucho notar el roce de una cuchilla en la nuca y oír el suave zumbido del cortapelos recorriendo tu cabeza. Sea cual sea el motivo, necesitas dar con un nuevo peluquero. Y no es tarea fácil. Para encontrar un lugar o una persona que entienda exactamente lo que quieres hay que superar algunos problemas de comunicación y expectativas. Para ser el mejor cliente posible, sólo tienes que facilitarle al profesional en cuestión una cierta información. Así que apunta. Entra dispuesto a hablar sobre tu pelo, y hazlo de manera efectiva. Para un peluquero, un cliente que se pasa de quisquilloso es mejor que otro que no da ninguna información. Así que no te cortes ni un pelo (con perdón). Cuando tu peluquero te pregunte: “¿Cómo lo quieres?”, tú expláyate. Puede que te resulte extraño describirte a ti mismo y a tu pelo, y explicar cuál debe ser el resultado estético del corte. La mayoría de la gente se siente algo incómoda al pensar en su aspecto y en sus pretensiones estéticas... Los peluqueros y los barberos son como las huellas dactilares. O los copos de nieve. O la llamada de apareamiento de los pin
güinos. Es decir: que son únicos. A lo mejor entras en una barbería y, como te ha gustado su página web, crees que te van a dejar hecho un Beckham. Pero incluso en ese establecimiento puede que tengan un barbero novato, y a su lado otro que sea un fuera de serie con las tijeras, pero no se le dé bien manejar el cortapelos. O podrías encontrarte a uno de la vieja escuela que te haga un corte estilo militar, o que sea un mago con la navaja pero las pase canutas si llegas con una melena de más de 10 centímetros. También existe el peluquero que sabe hacerlo todo bien, pero que nunca ha tenido don de gentes.
Lleva una foto tuya. Si tienes una cara alargada y llevas una foto de Leonardo DiCaprio cuando iba en plan Gatsby, se pasará 15 minutos tratando de explicarte amablemente que lo que pretendes es imposible. Otros muchos clientes buscan a futbolistas en Google. Hay imágenes a cientos, con todo tipo de cortes de pelo. Puedes buscar uno que tenga una cabeza con una forma parecida a la tuya y un tipo de pelo similar. Pero lo más inteligente es que te hagas una foto cuando consideres que tu propio corte está en su mejor momento.
HAZTE UNA FOTO CUANDO TU CORTE ESTÉ EN SU MEJOR MOMENTO. EL PELUQUERO SABRÁ VOLVER A ESE PUNTO.
Informa de tus giros y remolinos. Si tienes un remolino gigante oculto y te cortan demasiado, el resultado no será bueno. Avisa al peluquero, aunque probablemente no pueda hacer gran cosa al respecto. Igual que la madera tiene vetas, el cabello tiende a crecer en una dirección natural. Por mucho que tú te empeñes en peinarlo a la izquierda, si él se empeña en apuntar a la derecha, acéptalo.
Ve a la peluquería más a menudo. Dependiendo de la longitud del corte, puedes tardar entre tres semanas (pelo corto) y seis semanas (pelo algo más largo) en volver a pedir hora. La norma general es que toca volver cuando ya no te sientes tan a gusto como cuando saliste de la peluquería después del último corte. Así que no te ausentes demasiado, que tampoco es tan caro, hombre.