¿ÁRBOL DE VERDAD O DE MENTIRA?
Respondemos a uno de los grandes dilemas de la temporada.
Aquí nos inclinamos por el artificial debido a varias razones. Los abetos naturales que se comercializan proceden de viveros, pero la mayoría no son especies autóctonas de la Península Ibérica. Es decir, que originalmente no forman parte de nuestros bosques naturales. Las especies más típicas en estas fechas son el abeto de Normandía ( Abies nordmanniana) y el abeto rojo ( Picea abies o Picea excelsa), que provienen del Centro y Norte de Europa o incluso del Cáucaso ( A. nordmanniana). Por eso, volver a plantarlo al final de las Navidades, si no es en un jardín, no tiene ningún sentido. Habitualmente, sólo sobrevive uno de cada diez árboles de Navidad que se plantan. Es decir: el éxito es muy escaso.