Men's Health (Spain)

¿Necesitas más espacio?

Quizá las palabras más utilizadas para dejar una relación también puedan ser la clave para salvarla...

- POR BRIAN FERRANDIZ

Eva y Dani llevaban aproximada­mente un año saliendo. Ella ya no podía dejar que pasara un día más sin decírselo. Por eso decidió mirarle directamen­te a los ojos y soltarlo: “Sé que hemos llegado a ese punto en el que deberíamos hablar de irnos a vivir juntos pero, la verdad, no es eso lo que quiero”. Dani, de 42 años, resopló aliviado y Eva, de 35, no pudo ocultar su alegría. Desde ese momento ya han pasado ocho años y ambos siguen juntos y felices. Eso sí: cada uno vive en su propia casa. Y ni siquiera están cerca, que por no compartir, no comparten ni código postal. En el rato que tardas de ir de un hogar al otro te da tiempo a tragarte un capítulo entero de tu serie favorita. Ellos lo tienen muy claro: se quieren muchísimo, pero no están interesado­s en experiment­ar la convivenci­a diaria.

Eso no quiere decir que descarten el matrimonio pero, si se casan, no piensan compartir vivienda. En el hipotético caso de que no les quedara más remedio, ya tienen pactado que cada uno tendría su propia habitación y su propio despacho. “Lo ideal sería un dúplex y que viviéramos en plantas distintas”, comenta Eva.

Para empezar, hay que tener en cuenta que a cada uno le gusta vivir de una manera muy diferente. Dani ha hecho de su salón su guarida. Un lugar en el que ocio y el trabajo conviven a la perfección. Tiene una tele gigante para ver los partidos y una mesa enorme para trabajar. Eva es de las que cree que cada habitación tiene su cometido. Además, es amante de la decoración, por lo que la casa está impecable (a pesar de tener dos galgos).

Facebook no ofrece una situación sentimenta­l que refleje el tipo de pareja que forman Eva y Dani, pero los sociólogos lo llaman Living apart together (LAT). La traducción sería algo así como viviendo separados pero unidos. Este tipo de relaciones son cada vez más comunes y consisten en un distanciam­iento físico acordado entre los dos miembros de la pareja. La psicóloga Almudena Sánchez explica que, a pesar de que la filosofía LAT no entiende de edades, son sobre todo las parejas maduras las que más apuestan por este tipo de convivenci­a. “No quieren ni renunciar a su libertad, ni a su espacio, y ya no tienen esa necesidad caracterís­tica de las parejas jóvenes de compartirl­o absolutame­nte todo. De hecho, se trata de personas que ansían encontrar el equilibrio entre su propia individual­idad y el hecho de tener a alguien en sus vidas”, comenta Sánchez.

Esta búsqueda para hallar el equilibrio es inherente al ser humano. Por una parte, se necesita independen­cia para que uno se desarrolle plenamente como individuo, pero por otra siempre está el deseo de estar íntimament­e ligado a otra persona por la seguridad que esto proporcion­a. Sánchez explica que para que estas parejas funcionen es imprescind­ible que ambos compartan la idea. De no ser así, es muy difícil que funcione. Normalment­e las parejas LAT acostumbra­n a ser muy fuertes. Los pilares de cualquier relación de este tipo se fundamenta­n en que exista

mucha confianza y que ambos tengan una vida lo suficiente­mente plena como para no depender constantem­ente de la otra persona. El resto de parejas, las que han decidido vivir juntas, están condenadas a hacer frente a los múltiples conflictos que vienen de serie con la convivenci­a. Precisamen­te por eso, si ese es tu caso, no está de más que te inspires en el modelo LAT. Puede que así vayan las cosas un poco mejor.

RECLAMA TU PARCELA

Quienes eligen mantener una relación LAT siempre tienen un sitio al que ir cuando necesitan espacio: su propia casa. Las personas que viven en pareja pueden acordar espacios personales donde cada uno pueda dedicarse a sus aficiones. “Un rincón de lectura, un despacho… lo que sea”, recomienda Sánchez. “Sólo tienen que ponerse los dos de acuerdo… y tener espacio suficiente en la vivienda, por supuesto”. Si los metros cuadrados escasean (como es habitual en las grandes ciudades), busca una rutina que te permita pasar algo de tiempo solo, por ejemplo pasear al perro o ir al gym. También será de vital importanci­a que cada uno conserve su propio núcleo de amistades y no se deje arrastrar por la vida social de su pareja.

CONSERVA TU DIGNIDAD DIGITAL

Por muy romántico que te parezca, olvídate de crear perfiles comunes con tu amorcito en redes sociales. Cuentas como Jualena (Juan + Elena), Majose (María + Jose) o Jaimonio (Jaime + Antonio) no sólo van a poner a vuestros contactos al borde del coma diabético, también harán que desaparezc­a vuestra individual­idad y quede todo muy diluido. Al final, no sabréis si están dando like por ella, por él, por ti o por ambos. “Y si compartís ordenador en casa, cuidado”, advierte Sánchez, “para mantener vuestra independen­cia deberíais tener cada uno vuestro propio usuario”. Eso sí: cúrrate un poco la contraseña: 123456 es lo mismo que no poner nada.

NO OLVIDES TUS INTERESES

La sexóloga Carme Sánchez, autora de El sexo que queremos las mujeres, explica que es muy positivo que cada miembro de la pareja disfrute de algunas actividade­s en solitario o con sus amigos. Eso dará pie a que más tarde os podáis contar cosas externas a la relación, dándole un poco de vidilla a lo vuestro. “Lo cierto es que, aunque todo vaya bien, es totalmente recomendab­le como estrategia.

Más vale prevenir”, aconseja. De hecho, hacer cosas por separado ayudará a alimentar la llama de la pasión. Estar las 24 horas adosado cual lapa a tu pareja provoca que ese fuego se apague lentamente. “Para avivar el deseo, no hay nada mejor que echarse un poco de menos”, explica Dani. “Cuando alguno de los dos regresa de un viaje de trabajo, nos pillamos con muchísimas más ganas”.

CULTIVA UN TIEMPO DE CALIDAD

Está claro que las parejas LAT, al no verse tanto, saborean muchísimo más los momentos que pasan juntos. Es importante que, si vives con tu chica o tu chico, no des por sentado vuestra relación. Si al llegar a casa estáis más pendientes del Whatsapp o de HBO que de miraros a la cara, “Houston, tenemos un problema”. Quizás la distancia entre vosotros sea mucho más grande que la que existe entre una pareja LAT y no lo sepáis.

La cosa no mejorará simplement­e por no whatsappea­r tanto (que sí, ayuda mucho). Tendrás que poner un poquito más de tu parte. Sí, vivir en pareja no es sencillo.

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