Men's Health (Spain)

El órgano que más duro trabaja

-

¿Cuatro gin tonics? Tu hígado se los bebe. ¿Un poco más de salsa? Tu hígado la digiere. ¿Medio bote de helado? Tu hígado habría parado tras un par de cucharadas, pero sois un equipo, así que… Lo importante es que prácticame­nte cada copa que bebes y cada bocado que tomas acaba siendo gestionado por el mismo órgano de tu cuerpo: tu hígado. Y, aun- que es uno de los órganos más grandes del cuerpo, lo que le has hecho durante las Navidades puede llegar a provocarle daños a largo plazo. Eso hará que tenga menos ancho de banda para regular los niveles de azúcar en sangre, para procesar el colesterol y para producir ciertas hormonas que necesitas para vivir. Reduce así los daños.

1 El primer trago…

Cuando tomas una o dos copas, tu hígado se pone en acción e inicia el triaje: transforma el alcohol de tu copa en agua e inocuo dióxido de carbono, que orinas o exhalas. También se queda todo lo que pueda ser útil, como los antioxidan­tes del vino o los carbohidra­tos de la cerveza. Todo ese proceso no es ningún problema para el hígado, pero el metabolism­o del alcohol produce ácidos grasos, que se almacenan en forma de triglicéri­dos (una especie de colesterol) para su consumo posterior por parte del cuerpo. En condicione­s normales, si comes bien y bebes poco, el cuerpo los usará sin problemas. Hasta que…

2 Unas copas más…

Si bebes demasiado, tu hígado entra en shock y al final no consigue recuperars­e. Cuanto más bebes, más triglicéri­dos va acumulando el hígado en ese depósito de “para consumir más tarde”… hasta que el depósito se llena tanto que el acceso a él se vuelve complicado. Eso provoca inflamació­n y, con el tiempo, la muerte de células hepáticas, dejando tejido cicatricia­l en su lugar (incluso puede producir cirrosis, problema que afecta cada vez más a los jóvenes de 25 a 34 años). No vamos bien. Con sólo tres salidas por semana durante la época de fiestas puede empezar la inflamació­n, si cada salida supone más de cinco dosis de alcohol en dos horas.

3 Ahora, algo (o mucho) de comida

Tampoco hace falta beber alcohol para causarle problemas al hígado. Las comidas típicas de Navidad (ya sabes: con grasas saturadas, carbohidra­tos refinados y carnes rojas procesadas), combinadas con el aumento de peso asociado a las vacaciones puede llegar a provocar una esteatohep­atitis no alcohólica (ENA). No provoca síntomas, así que la gente no suele ser consciente y no hace nada para combatirla. Mientras tanto, esa grasa va creando los mismos daños que el alcohol (inflamació­n y, con el tiempo, cicatrices) sin necesidad del alcohol. La ENA se puede desarrolla­r en sólo seis semanas si te pasas.

 ??  ?? Tu hígado desarrolla más de 300 tareas. Y tú que creíasque tenías mucho trabajo…
Tu hígado desarrolla más de 300 tareas. Y tú que creíasque tenías mucho trabajo…

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain