LOS DAÑOS

A pesar de que bebes como un vikingo y sobrevives a las resacas como una cucaracha a una bomba nuclear, no te engañes: el alcohol está causando estragos en tu organismo. De hecho, cuanto más bebas, más peligro correrás. Uno de los problemas del alcohol es que hace que suba tu presión arterial. Sin ir más lejos, un estudio publicado por The American College of Cardiology revela que pasarte con la botella dispara tus posibilidades de sufrir un infarto. ¿Sabías que la esperanza de vida de los vikingos era de 45 años? Pues eso. Pero no sólo sufre tu corazón: el hígado también es una víctima de tus noches de desenfreno. Pasarte con las copas provocará una acumulación de grasa que dificultará que el hígado funcione con normalidad. Para evitar acabar padeciendo cirrosis, es importante echar el freno lo antes posible. Y por si esto fuera poco, tu salud mental también está en juego. La doctora Eugenia Amarfil, psiquiatra del Hospital Universitario Dexeus, explica que el alcohol tiene una gran facilidad para penetrar en el cerebro. “Tras su consumo recurrente pueden aparecer efectos adversos como la depresión, la ansiedad o afectaciones de la memoria”, comenta. Hay que empezar a pensar a largo plazo.

‘BEBER EN EXCESO DISPARA TUS POSIBILIDADES DE SUFRIR UN INFARTO’