ÉCHALE SALSA
No conseguirás unos abdominales duros comiendo platos insulsos. Te sugerimos que empieces a aderezarlos un poco.
LA VIEJA NORMA
Una cena poco estimulante es el sacrificio que hay que hacer para conseguir un físico más delgado. Al fin y al cabo, los aderezos no son más que calorías de más. Repite con nosotros: la comida es combustible, la comida es combustible…
LA NUEVA NORMA
Probablemente ya hayas oído eso de que las salsas están llenas de azúcar. Es más, probablemente nos lo hayas oído decir a nosotros. Pero aunque untar las espinacas con mahonesa sigue siendo algo poco recomendable, tampoco lo es acabar corriendo el riesgo de lanzarte desesperado en brazos de la cadena de comida rápida más cer- cana. La buena nutrición debe adaptarse a tu estilo de vida, y no al revés.
Echando un buen chorro de salsa picante a tus proteínas sólo les estás añadiendo 20 calorías y 1,2 g de carbohidratos, que tienen un efecto prácticamente nulo sobre el equilibrio de macronutrientes y, sin embargo, aportan mucho sabor.
En cuanto a la sal, incluso puede ser beneficiosa. En estudios relacionados con el programa espacial ruso se observó que el sodio aumenta la producción de glucocorticoides, hormonas asociadas a la descomposición de la grasa. En otro estudio realizado en la Universidad Vanderbilt (EE.UU.), se observó que un grupo de ratones que seguía una dieta con más sal necesitaba comer un 25% más para mantener el peso. Aunque es cierto que se recomienda moderación, especialmente en personas con hipertensión (contrólatela periódicamente), la sal no ha demostrado tener efectos adversos en hombres sanos, y un estudio de la Universidad McMaster (Canadá) sugiere que incluso podría reforzar el corazón,