Un par de cañitas al día conservarán tu memoria.
Según la ciencia, un par de cañas después del trabajo pueden ralentizar el envejecimiento cerebral y el Alzheimer. Tú invitas.
Si alguien te dijera que el alcohol podría conservarte la memoria, pensarías que ha bebido demasiado. Pero, según una investigación publicada en Scientific Reports, dos cañitas al día pueden prevenir la demencia. Otro estudio, este del British Medical Journal, comprobó en personas de entre 35 y 55 años que el riesgo de sufrir Alzheimer era un 45% mayor en abstemios que en quienes consumían hasta 28 cañas a la semana (o 14 pintas británicas o copas de vino, en el estudio).
Esta feliz noticia puedes agradecérsela al denominado ‘sistema linfático’, la red de tubos superfinos que rodea los vasos sanguíneos de tu cerebro y
ayuda a drenarlo de toxinas. En recientes experimentos con ratones se ha visto que, sorprendentemente, el alcohol en pequeñas cantidades aumenta la eficiencia de esa red de expulsión de residuos que llevamos incorporada. Con unas cañitas rápidas de camino a casa tras la jornada laboral, tu sistema glinfático filtrará mejor la pegajosa placa de proteínas, llamadas beta amiloides, característica del Alzheimer.
Como era de esperar, los científicos se han apresurado a esgrimir la célebre máxima de que “en el punto medio está la virtud”, ya que, en exceso, el alcohol distorsiona el funcionamiento del sistema glinfático y perjudica gravemente la capacidad de tu cuerpo de regenerarse.
Buen consejo, dada nuestra tendencia a convertir dos cañitas en seis sin siquiera darnos cuenta. Pero nos quedamos con que ya podemos hacer un brindis a nuestra propia salud.