MENOS ENFERMEDADES
Desde la época de Hipócrates (400 a. C.) se han planteado teorías sobre la acción curativa del ayuno. De hecho, se han aportado evidencias científicas sobre su capacidad de reducir la inflamación y mejorar los niveles de azúcar y lípidos en la sangre en enfermedades crónicas. En estudios de la Universidad de Wisconsin y el Instituto Nacional de Envejecimiento de EEUU, la restricción calórica –una forma de ayuno que distancia las comidas muchas horas– mejoraba las enfermedades cardiacas y la diabetes en monos.
La restricción alimenticia también reducía los índices de cáncer en los primates, aprovechando posiblemente un mecanismo evolutivo que limpia el organismo. Entonces, ¿ayunar es más sano que llevar una dieta normal y equilibrada? Probablemente no. Según los expertos, la cuestión no es tanto que ayunar mejore la salud, sino que comer en exceso la empeora.