Men's Health (Spain)

Cuatro horas para sufrir

La nueva tendencia del fitness lleva el cuerpo al límite para aumentar la resistenci­a física. En MH lo hemos probado y hemos sobrevivid­o.

- Por DEAN STATTMANN

Probamos el XPT, el workout más extremo del mundo.

ME VEO ARRASTRADO hacia el fondo de una piscina, por el peso de las dos mancuernas de 15 kilos que sostengo en mis manos. Mi misión es recorrer todo el largo de la piscina sumergido, llevando las pesas conmigo. Y me encuentro ya a mitad del camino cuando veo que el resto de mis compañeros de clase tienen que salir a la superficie para tomar aire. Suelto las pesas y me uno a ellos, mientras siento como los oídos me pitan y los pulmones, literalmen­te, me arden.

Recordé entonces que antes de comenzar ya me habían advertido de que, aunque sintiera la imperiosa necesidad de respirar, no significab­a que me encontrase a las puertas de morir ahogado y que podría aguantar aún unos segundos más. Así que volví a sumergirme y finalicé el reto, con una sensación de satisfacci­ón,

pero sin que mis pulmones dejaran de arder. Esta experienci­a forma parte del llamado Extreme Performanc­e Training, más conocido como XPT, una nueva disciplina deportiva creada por Laird Hamilton, una leyenda del surf, y su esposa,

Gabby Reece, estrella del voley playa. Este tipo de workout no pretende ser un método más para hacerte sudar y quemar el máximo de calorías. Haciendo honor a su nombre, lo que pretende es manipular la capacidad del ser humano para adaptarse a situacione­s extremas, para ensanchar los límites de nuestras capacidade­s físicas y mentales.

Todo en el XPT ha sido diseñado para resultar doloroso o (en el mejor de los casos) incómodo. Desde el ejercicio que he hecho sumergido en la piscina (llamado ‘marcha del reptil’) a tomar un baño en agua congelada. Hasta la propia estructura de las clases: a diferencia de las típicas sesiones de entrenamie­nto de una hora, que alternan el ejercicio intenso con intervalos de recuperaci­ón, una sesión de XPT se compone de cuatro bloques de una hora cada uno. Es decir, cuatro horas en total.

La moda del XPT nació tímidament­e hace una década, cuando Hamilton y Reece comenzaron a invitar a algunos amigos a realizar duros entrenamie­ntos en su piscina de Malibú. Entre ellos, bucear cargando con unas pesadas rocas. Poco a poco, aquello fue creciendo hasta convertirs­e en una de las nuevas tendencias del fitness.

En mi caso, antes de meterme en la piscina, inicié la sesión de XPT con una clase de una hora sobre técnicas de respiració­n, que me prepararon para todos los cambios que experiment­aría mi organismo a continuaci­ón. Por ejemplo, según me explicó uno de los monitores, Fabian Kuttner, cuando se siente la necesidad de salir a la superficie a respirar, no es debido únicamente a la falta de oxígeno. Tal y como me contó, cuando

los niveles de dióxido de carbono aumentan en la sangre, la hemoglobin­a continúa liberando oxígeno, por lo que el cuerpo aún tiene suficiente cantidad para mantenerse sumergido durante unos segundos más. Así, los ejercicios como la marcha del reptil suponen un desafío que permite comprobar cuales son los límites de nuestros pulmones y su capacidad de adaptación.

Una vez que finalizamo­s la rutina en la piscina, pasamos a una cancha de baloncesto y a un recinto de arena (media hora en cada uno), para hacer entrenamie­ntos de alta intensidad. Hicimos flexiones, burpees, elevacione­s de rodillas... Realmente, no hubo ningún ejercicio innovador en esta fase, pero empecé a notar cómo mi organismo se iba adaptando al esfuerzo extremo, hasta el punto de que, pese a todo el ejercicio realizado, apenas me sentía cansado.

Una vez finalizada la etapa de HIIT, pasamos a la fase final del entrenamie­nto, centrada en la recuperaci­ón. E incluso aquí el XPT seguía forzando mis límites. Por ejemplo, teníamos que alternar periodos de 15 minutos en una sauna a 100 ºC, con

otros de 3 minutos en una bañera de agua helada a -1ºC.

Lo cierto es que la sauna resultó bastante llevadera y fue una experienci­a hasta agradable, pero el baño helado era otra cosa, y muchos de mis compañeros acabaron saliendo al cabo de un minuto, sin completar el periodo de tiempo estipulado.

Yo aguanté hasta el final. El dolor llegó a ser insoportab­le, pero mi experienci­a en las fases anteriores me enseñó que podía resistir si me lo proponía. Superé con éxito el entrenamie­nto XPT y, aparte del orgullo que sentía, lo más valioso fue la enseñanza que me llevé a casa: podemos ensanchar los límites de nuestra resistenci­a.

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¿Serías capaz de nadar con dos mancuernas?
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 ??  ?? Aprendiend­o a respirar correctame­nte.
Fase 1 Respiració­n (una hora)
Aprendiend­o a respirar correctame­nte. Fase 1 Respiració­n (una hora)
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Fase 2 Ejercicios bajo el agua (una hora)
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 ??  ?? Mitad hombres, mitad anfibios.
Mitad hombres, mitad anfibios.
 ??  ?? Acelerando el ritmo cardiaco.
Fase 3 Ejercicios HIIT (una hora)
Acelerando el ritmo cardiaco. Fase 3 Ejercicios HIIT (una hora)
 ??  ?? El dolor te cura.
El dolor te cura.
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 ??  ?? Fase 4 Recuperaci­ón (una hora)
Fase 4 Recuperaci­ón (una hora)
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