DE REGRESO AL TRABAJO POSCOVID
TRAS MESES de confinamiento y tímidas salidas a la calle, incluso tras unas discretas vacaciones en un paraje tranquilo inundado de aire puro, hay quienes temen el día D: la operación retorno a la oficina. Los miedos son dispares: desde la fiabilidad de los protocolos de seguridad hasta la exposición ante compañeros, clientes y jefes tras estar recluidos en una zona de confort. El síndrome de la cabaña nos lleva a añorar ese espacio reducido donde todo era controlable y previsible y a temer ese mundo exterior más competitivo. “Si esto te sucede, no te preocupes, solo tienes que darte tiempo. Si fuiste capaz de acostumbrarte a vivir confinado, también lo serás de volver a tu antigua realidad”, afirma Francesc Miralles, divulgador y experto en desarrollo personal que ha hablado con investigadores, neurocientíficos, médicos, psicólogos, filósofos y demás expertos para ofrecernos los mejores consejos de cara a prepararnos para la era poscovid.
La mejor terapia contra la preocupación es la ocupación, así que mantén una atención plena sobre lo que estés haciendo: “Cuando ocupas tu mente en algo, esta se centra solo en eso. Si eres una persona con tendencia a la hipocondría, al miedo, a la ansiedad o a la inseguridad, prográmate bien tus tareas, de manera que no haya tiempo para pensar en asuntos incontrolables”, matiza Miralles, quien aconseja también la práctica de la gratitud: volver a la oficina significa que tienes trabajo, que no has tenido la mala fortuna de otros que ahora mismo están desempleados. Piensa en la suerte que tienes y no en la pérdida de confort y todo te irá mejor.
Cuando la angustia viene generada por la incertidumbre –¿me quedaré sin trabajo?, ¿me pondré enfermo?– lo mejor es dejar de pensar en clave de futuro. Nadie sabe lo que va a pasar mañana y tampoco podemos cambiarlo, así que céntrate en el presente. Intenta hacer hoy todo lo que puedas, y no solo hablamos de trabajo. Incluso puedes escribir una lista de cosas, en la que haya cabida para pasar tiempo contigo mismo, con tu familia y amigos, incluso para realizar acciones para otros, como llamar a esa persona que necesita unas palabras de aliento.
“Se trata de adaptarnos. Como decía Bruce Lee, ‘sé agua’. El agua se adapta a la forma del recipiente que la contiene. Haz lo mismo. Déjate fluir con la corriente. Como bien sabía Darwin, no sobrevive el más fuerte, si no quien mejor se adapta”.
Si eres de los que continúan teletrabajando y aún no le has cogido el punto, sigues echando muchas horas de más y tus horarios se han descontrolado, para un momento. Piensa que lo importante es la productividad. No se trata de estar siempre presente, sino de tener unos buenos resultados. Para ello, es necesario que te fijes un horario y respetes las horas de descanso y desconexión. Si estás bien, tu trabajo es mejor. “Querer estar en todo a todas horas es un campo abonado para el error, los malentendidos en la comunicación, las malas relaciones con los compañeros o clientes... Solo trata de hacer bien aquello por lo que te pagan, como has hecho siempre”, aconseja Miralles. Un horario acotado, aun trabajando desde casa, es sano y hace que rindamos mejor.
Para acabar, aprovecha esta era de incertidumbre de manera positiva. Si tienes más tiempo libre, porque tus horas de trabajo son ahora menos, decide qué quieres hacer. Puedes optar por verte todas las series televisivas o por formarte, y esta última es una decisión de lo más inteligente. Seguramente dentro de un par de años echarás la vista atrás y recordarás este momento, y es mejor que no te lamentes por el tiempo perdido. Si tienes un proyecto, quizás sea el momento de ponerlo en marcha, de emprender. “Piensa: ‘Dentro de este escenario, ¿qué puedo hacer yo?’. Encuentra tu espacio. En todas las crisis pasadas ha habido personas como tú que han liderado grandes iniciativas o puesto en marcha negocios de éxito”. Be water, my friend.