Preguntamos a
nuestros expertos.
Los cánceres de próstata, pulmón e intestino siguen siendo los más comunes entre los hombres. Y las estadísticas más aterradoras muestran cuántas vidas se podrían salvar haciendo unos ajustes en nuestro estilo de vida simples y no invasivos.
Tomemos como ejemplo el cáncer de intestino. Comer media cebolla al día podría reducir sus posibilidades en un 79%. Tiene propiedades anticancerígenas comprobadas, mientras que su alto contenido de fibra reduce el tiempo que los químicos dañinos permanecen en el intestino. Cada dosis de 10 gramos reduce el riesgo en una décima parte, según la publicación médica BMJ. Cuando se trata del cáncer de pulmón, la medida más obvia pasa por dejar de fumar, lo que reduce el riesgo de sufrir la enfermedad hasta cuatro quintas partes. Aparca el cigarrillo y adopta nuevos hábitos, como pasear a diario o comenzar a hacer ejercicio ligero. De esa manera fortalecerás tu sistema inmunológico y mejorarán las defensas, la sensibilidad a la insulina y los antioxidantes. Todos ellos son factores vitales en la prevención del cáncer.
Y si superas los 30 minutos de actividad física diaria, reduces el riesgo de sufrir próstata a la mitad, tal y como han revelado varios estudios científicos. Además, asegúrate de incorporar abundantes frutas y verduras a tu dieta habitual. Por ejemplo, una ración semanal de champiñones contiene suficientes antioxidantes (entre ellos ergotioneina y glutatión) que pueden reducir el riesgo de padecer diversos tipos de cáncer hasta un 17%. ¿A qué esperas para tomar medidas?