ENTRENAR COMO NUNCA

Quizá el propósito de año nuevo por excelencia. Los gimnasios se frotan las manos con los que pagan su cuota pero dejan de ir en cuestión de un mes. ¿Cómo no ser uno de ellos?

Si eres un fijo del gym, lo notas cada año al llegar enero y septiembre: cuesta más que nunca pillar una cinta libre y los bancos de la sala de pesas se convierten en un bien más preciado que la vacuna del coronavirus. Un clásico. “Según un estudio centrado en los propósitos de año nuevo de la revista Personality and Social Psychology Bulletin, el 55% de los objetivos estaban vinculados con la salud, ir al gimnasio, comer más sano, dejar de fumar...”, recuerda Adrián Garrido. “A esto se le suma que son los objetivos más difíciles de mantener. Para ponerlo en contexto: no es lo mismo querer comer más sano teniendo unas razones de para qué quiero hacerlo (pérdida de peso, problemas de salud…), que querer comer sano porque me lo ha dicho un familiar”.

“Lo ideal es que no sea un propósito, sino que forme parte de nuestra rutina. Para ello es fundamental que la actividad deportiva que elijas te guste y sea fácil integrarla en tus horarios y hábitos”, indica Jesús Blanco, master trainer de Brooklyn Fitboxing. “Cuando superas este periodo de aclimatación, al mes o mes y medio de comenzar, estás más cerca de conseguirlo”.

Los ejercicios más efectivos son aquellos que te motivan y, al mismo tiempo, ponen a prueba tu capacidad cardiovascular. Combínalos con trabajo de fuerza.