El problema del corazón que puedes sufrir incluso sin saberlo.
Afecta al ritmo cardiaco, pero te enseñamos cómo prevenirlo.
ENTRENAR es una de las cosas más saludables que puedes hacer por tu corazón, así que imagina que llevas haciendo deporte intensamente durante una década. Pongamos que vas en bici unas 25 horas a la semana y descubres que, a pesar de todo, tienes un problema cardiaco. Esto es lo que le ha pasado al médico Fabián Sanchís Gomar. A los 26 años le diagnosticaron fibrilación auricular, una enfermedad del ritmo cardiaco que aumenta el riesgo de sufrir un infarto. Se calcula que en España la padecen un millón de personas.
En el caso del doctor Sanchís Gomar, los síntomas aparecieron en forma de “palpitaciones, mareos y falta de aire”, dice. El diagnóstico fue muy frustrante, pues él llevaba una vida sana. Ahora es investigador en la Universidad de Stanford y en la Universitat de València, y busca cubrir un vacío de conocimiento de la medicina moderna. A día de hoy los expertos aún no saben quién puede acabar teniendo fibrilación auricular o cómo de grave puede ser, y el especialista está intentado descubrir qué marcadores genéticos pueden ayudar a cambiar esto. Y es importante, porque cuanto antes se descubra más opciones de tratamiento habrá, ya sean medicamentos, cirugía o cambios en el estilo de vida.
Para aprender a prevenirlo y a detectarlo necesitas saber cómo deberían funcionar las cosas en tu corazón y qué va mal. Normalmente, el sistema eléctrico del corazón coordina la frecuencia y el ritmo de tus latidos, que son los que bombean la sangre por las cámaras. Cuando alguien tiene fibrilación auricular, estos circuitos fallan, dice el cardiólogo Aseem Desai: “Las cámaras de la parte superior tiemblan y laten muy rápido y desacompasadas con respecto a las de abajo”, explica. Puede que tengas palpitaciones, que pueden ser débiles o como fuertes latidos, que te marees, estés aturdido o te falte el aire. Algunos hombres se sienten cansados; otros no sienten nada. Los episodios de fibrilación auricular pueden debilitar el corazón, por lo que pueden ser letales. Investigadores como la doctora Sadiya S. Khan, de la Northwestern Universit,y no tienen claro cuál es la causa del incremento de casos, pero tienen la intuición de que el aumento de la obesidad y el estrés pueden estar relacionados. En todo caso, estas precauciones pueden reducir tu riesgo de sufrirla.
ESCUCHA A TU CORAZÓN
Hoy muchos se dan cuenta de los signos de fibrilación gracias a las aplicaciones que controlan el corazón y las alertas de los smartwatches. Son muy útiles ya que la fibrilación auricular es episódica, y no se muestra en un ECG salvo que ocurra en el momento en que se hace la prueba. Si te salta una alerta de pulso anormal, llama a tu médico, pero no te alarmes. Un investigación ha descubierto que solo el 15% de quienes les ha saltado esta alerta necesitaron tratamiento.
HAZTE LAS PRUEBAS DE LA APNEA DEL SUEÑO
Es uno de los factores de riesgo menos reconocidos en jóvenes con obesidad, dice el doctor Desai. El descenso en el oxígeno al dejar de respirar por la noche puede provocar episodios de fibrilación auricular y alterar el sistema eléctrico de tu corazón a largo plazo. “Cuando algunos pacientes descubren que sufren apnea del sueño y la tratan, se soluciona el problema de la fibrilación auricular”, afirma.
HAZ LO QUE A TU CORAZÓN LE GUSTA
Lo que mantiene los infartos lejos también mantiene alejada la fibrilación auricular. Esto quiere decir: mantén la presión arterial baja y controla la diabetes; deja de fumar, si no lo has hecho ya; busca alguna manera de controlar el estrés; y pierde algo de peso si lo necesitas. La obesidad puede desequilibrar el ritmo cardiaco al agrandar el corazón o provocar que se forme tejido adiposo a su alrededor, y causar problemas a su intrincado circuito.
PRUEBA CON LAS BEBIDAS ‘SIN’
Las noticias sobre que las cervezas sin alcohol están mejor que nunca no solo hacen felices a tus papilas gustativas. Una investigación de referencia publicada en el Journal of the American College of Cardiology sugiere que toda bebida alcohólica que se toma al día aumenta el riesgo de sufrir un episodio en un 8%. “El alcohol te hace perder potasio y magnesio, dos electrolitos concretos que son muy importantes para el ritmo cardiaco”, dice el doctor Desai.
HAZ EJERCICIO
La curva de la fibrilación auricular tiene forma de U: la gente que no hace nada de ejercicio tiene mucho riesgo de padecerla, y los que hacen ejercicio moderado son quienes tienen un riesgo menor. Luego está el problema de los que, como el doctor Sanchís Gomar, son atletas que entrenan mucho y que, como los del primer grupo, también tienen un mayor riesgo de sufrir fibrilación auricular. Si no haces deporte a menudo, intenta al menos alcanzar los 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada que recomiendan los especialistas en salud cardiaca. Pero si eres un atleta de resistencia o haces ejercicio intenso habitualmente, no es mala idea que pidas cita con un especialista del corazón y descartes la existencia de posibles factores de riesgo. Por lo menos hasta que las investigaciones del doctor Sanchís Gomar y su equipo den con una forma mejor de diagnosticar la fibrilación auricular.