HE CUMPLIDO 40 AÑOS. ¿MI RETO DE PERDER GRASA ES POCO REALISTA?
Ante todo, no te desanimes. No hay ninguna razón por la que no puedas acabar con la grasa en la mediana edad. Pero para inclinar la balanza a tu favor tienes que saber a qué te enfrentas.
Cuando llegas a la treintena, tu cuerpo empieza a autosabotearse: la testosterona, la progesterona y la hormona del crecimiento humano (HGH) comienzan su lento declive y provocan una reducción de la masa muscular. Al llegar a los 40, los niveles de testosterona se deterioran a un ritmo del 1% cada año, lo que dificulta la ganancia de músculo. Mientras, una enzima en el tejido graso convierte la testosterona restante en estrógenos, lo que hace que la cintura se expanda, y los niveles de cortisol, la hormona del estrés, comienzan a aumentar. Se estimula así la degradación muscular y que la grasa se acumule alrededor de la cintura. Los niveles de cortisol también están inversamente relacionados con la testosterona. A más estrés, menor será tu testosterona.
No te resignes. Empieza por renovar tu dieta. La disminución de la testosterona ralentiza la tasa metabólica basal –la quema diaria de calorías–, así que estimúlala comiendo a horas regulares, en lugar de hacerlo de forma irregular. Prioriza las proteínas en cada comida.
Y céntrate los entrenamientos funcionales de todo el cuerpo, que activan las fibras musculares de contracción rápida, lo que añade masa en los lugares adecuados. “Plantéate hacer circuitos que mezclen cardio total-body y entrenamiento de fuerza”, sugiere el fisioterapeuta George Palmer. Esto provocará un pico en tus niveles de testosterona y acelerará tu metabolismo. Quemarás grasa mucho después de terminar de entrenar.