NO TENGAS MIEDO
Las redes sociales nos unieron durante el confinamiento, y eso es bueno. Estuvimos todos juntos bajo una situación social común.
LAS REDES SOCIALES PUEDEN HACERTE DAÑO. Eso es cierto. Lo hemos abordado en este artículo y nos lo resume Alejandro Alder. “Son capaces de crear adicción, incrementar sintomatología ansiosa y depresiva, potenciar conductas y rasgos narcisistas e histriónicos, generar dificultades para relacionarse en el ámbito interpersonal y vincular con terceras personas. Pueden llegar a excluirte del mundo de lo real para anclarte en lo virtual, desconectándote de la realidad, incrementar el sentimiento de vacío, fomentar la dependencia de la aprobación de terceros, revivir heridas emocionales, como lo son el dolor emocional vinculado a los sentimientos de rechazo o abandono, fomentar la obsesión con los followers... Hay personas que tienden a la necesidad de ser seguidos, conducta que puede alimentar un ego desmedido. Son personas con rasgos narcisistas, que buscan un gran número de seguidores que puedan reconocer y validar sus logros, su físico, sus viajes o sus acciones. Así fomentan, hasta sin darse cuenta, la necesidad de ser el centro de atención y grandiosidad. Las redes sociales pueden provocar una gestión disfuncional de las emociones en general”.
¡No desesperemos! Hemos elaborado un manual con el experto para que puedas consumir correctamente y obtener beneficios de las redes sociales. Porque sí, todo esto que te contamos a continuación es posible. Toma nota. Es importante que se l eduque sobre un uso responsable de las redes
sociales. El ámbito familiar y educativo son dos buenos espacios para empezar el principio del cambio y fomentar un uso constructivo.
l Hay que transmitir a la
sociedad, empezando desde
los más jóvenes, instrucciones, pautas y herramientas que conduzcan a un uso saludable y responsable.
Un consejo para ir gestionando l el tiempo que pasamos en las redes sociales puede ser (intentar) desconectarse de Instagram, Twitter (e incluso WhatsApp) y de los dispositivos móviles (también tablets) antes de dormir. Así se fomenta una buena higiene del sueño al respetar los tiempos de descanso. Aprende a gestionar y a l crear un equilibrio entre las interacciones reales y las virtuales. Lo virtual está en las redes. Si desconectas de ellas ahí se quedará. Es positivo dar prioridad l a las relaciones interpersonales con amistades, pareja y familiares. Ayuda a que la forma de relacionarse virtualmente no prime sobre la real. Ser consciente de cuánto l tiempo de nuestra vida dedicamos a las redes sociales Preguntarnos para qué l y por qué accedemos a las redes. ¿Qué buscamos? ¿Qué necesitas? Apuesta por lo que te llene, divierta, te haga feliz... Por último, si experimentas l ansiedad, estrés, depresión, angustia o empiezas a identificar una adicción a las redes sociales, consulta a un profesional que te ayude a ver la luz y a encontrar ese lado bueno de las redes sociales, que existe. Tener conciencia de cómo estamos emocionalmente nos ayudará a tener un consumo saludable de la tecnología.
No, esto no es un artículo tipo filtro de Instagram para que lo veas todo perfecto. Si sigues estas pautas podrás comprobar cómo las redes sociales, de verdad, pueden sacar lo mejor de ti. Acuérdate de todo lo bien que lo pasaste en el confinamiento gracias a ellas. ¿Por qué no sigues tirando por ahí? Haz la prueba y busca aquello que te haga sonreír.